As¨ª nos volvimos a enganchar a 'Homeland'... otra vez
Hace unas semanas habl¨¢bamos del comienzo de la cuarta temporada de Homeland y el reto que estaba afrontando de reinventarse a s¨ª misma tras la pol¨¦mica tercera entrega. Con los primeros compases de las nuevas aventuras (y locuras, un t¨¢ndem inseparable en este caso) de Carrie Mathison ya se empezaban a ver brotes verdes en una serie que algunos pensaban (pens¨¢bamos) que no iba a ser capaz de levantar cabeza. O que al menos lo iba a tener complicado. Que nada ser¨ªa igual. Pero el voto de confianza y el beneficio de la duda que le dimos ha terminado dando sus frutos en forma de una temporada que no da respiro, que ha recuperado algunas de las mejores cosas de la Homeland de los inicios y la adicci¨®n que gener¨® la segunda entrega. En esta semana de par¨®n y a falta de tres cap¨ªtulos para el final de la temporada, el balance es m¨¢s que bueno.
Esta Homeland 2.0 vuelve a quemar cartuchos a la velocidad de la luz, como hizo en aquella segunda entrega fren¨¦tica al m¨¢s puro estilo 24. Mientras, la trama de espionaje y contraespionaje, de topos e informadores en cada bando, contin¨²a su camino entrelazada con el resto de la historia. Carrie, experta en tomar las peores decisiones posibles, sigue arrastrando hacia el fango a los que est¨¢n a su alrededor (Peter Quinn, cuidado, que eres de los pocos que faltan por caer en sus redes, huye ahora que a¨²n est¨¢s a tiempo).
Desde que la serie se aproxim¨® a la mitad de la temporada, cada final de cap¨ªtulo ha dejado sin respiraci¨®n a los espectadores. Muertes repentinas. Reapariciones inesperadas que te dejan al borde del infarto (s¨ª, me refiero a ESA aparici¨®n). Persecuciones y huidas. Explosiones. De todo. Esta Homeland 2.0 nos deja sin aliento.
El reseteo le ha sentado muy bien. En la tercera temporada, la serie hab¨ªa ca¨ªdo en un c¨ªrculo vicioso del que solo pod¨ªa escapar con un golpe de efecto. Solo cont¨® con alg¨²n momento que recordaba a sus tiempos de m¨¢ximo esplendor. Pero la gran mayor¨ªa de los cap¨ªtulos no llevaban a ninguna parte y algunas tramas se revelaron como un total enga?o, algo que provoc¨® aburrimiento y confusi¨®n a partes iguales (tanto fue as¨ª que muchos espectadores terminaron creyendo que lo que ocurr¨ªa al final tambi¨¦n hab¨ªa sido solo una farsa). Era necesario hacer borr¨®n y cuenta nueva. Cambio de aires, diferentes localizaciones (la serie se traslad¨® a grabar a Sud¨¢frica), nuevos conflictos pero viejos temores y errores.
Y as¨ª es como, poco a poco, los que hemos seguido con Homeland hemos ido reconociendo que la cuarta temporada est¨¢ mereciendo mucho la pena. Que as¨ª, s¨ª. Es diferente a la Homeland del principio, s¨ª, pero es una serie la mar de entretenida. La Homeland 2.0 nos gusta porque nos tiene pendientes de lo que ocurre todo el tiempo, sin dar tregua. Porque no soportamos a Carrie y, a¨²n as¨ª, ah¨ª seguimos; porque queremos saber qu¨¦ ocurre con ella y con Saul; porque cuando una semana no hay cap¨ªtulo, se la echa mucho de menos.
?A d¨®nde llegar¨¢ todo este entramado de espionaje? ?Son de fiar los personajes que parecen merecedores de confianza o no? ?Ocultan algo? ?Qui¨¦n m¨¢s caer¨¢ por culpa de Carrie? Sea cual sea la respuesta a cada pregunta, estamos enganchados de nuevo a Homeland, no hay vuelta atr¨¢s.
Ya es hora de decirlo bien alto: Homeland nos ha vuelto a ganar.
Comentarios
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.