Una historia de amor
Saccomanno y Fernanda Garc¨ªa Lao, la relaci¨®n literaria y pasional entre un antiguo ni?o trostkista y una exiliada argentina (no psicoanalizada)
![Pablo de Llano Neira](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F54da206b-fa41-42c8-82c2-74ee2ad5197f.jpg?auth=a032241d3c2b4915c0391add9de332ed056bbfffaff10a8bc7a2ce230552b1db&width=100&height=100&smart=true)
![Saccomanno y Garc¨ªa Lao se conocieron en la primavera de 2013.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/NK4NZG4D6DDKHRPURO3BWJQ63Q.jpg?auth=269c822552957f3e55aad6fc633bfc7a0510180d08ecf49bcc95f6b9812eeb6a&width=414)
?l podr¨ªa ser un general retirado de la guerra de Vietnam con esa piel gruesa, esos rasgos duros, la camisa vaquera, los jeans, el cabello cortado a ras por los lados. Sobre todo cuando se pone las Ray-Ban cl¨¢sicas. Ella, si el tiempo no se apura, va a ser una mujer joven hasta la tercera edad. Tambi¨¦n jeans, apretados, una blusa negra asim¨¦trica, el pelo corto con el flequillo derecho cay¨¦ndole hasta debajo del ojo. Un maestro de escritores, afamado tallerista, forjado en el peso bruto de la novela rusa y de la norteamericana. De 66 a?os. Una escritora de 48 cuy¨® pap¨¢ le dijo que no a Videla cuando ella ten¨ªa diez y que tuvo que salir al exilio con lo poco que pudo recoger antes de salir todos de casa: un libro de Mark Twain, una mu?eca. Admiradora de Valle-Incl¨¢n, lectora del Lazarillo, de la Celestina. Mallarm¨¦, Valery, Apollinaire, Michaux. Francia y Espa?a. Guillermo Saccomanno recuerda que gracias a la biblioteca de su padre pod¨ªa leer lo que le diera la gana de los cl¨¢sicos que lo formaron. ¡°De pibe¡±, leyendo a Zola y a Balzac.
¨CCosas que yo detesto ¨Cdice ella.
¨CM¨¢s respeto ¨Cpide ¨¦l.
Hace un a?o se conocieron y se enamoraron.
Dicen: ¡°Fulminante¡±.
Fernanda Garc¨ªa Lao es hija de Ambrosio Garc¨ªa Lao, un exitoso productor de noticieros argentino que tuvo que irse de su pa¨ªs cuando la dictadura le ofreci¨® un ascenso: dirigir la Universidad de Cuyo. A cambio de delatar a los opositores al r¨¦gimen. Ambrosio les dijo que no. Ellos lo encerraron en una habitaci¨®n y le sugirieron que se lo pensara otra vez. Tres horas m¨¢s tarde abrieron la puerta y ¨¦l les dijo que ya lo hab¨ªa pensado. Otra vez: no. Entonces se fue a casa y apuraron las maletas. ?l, su esposa Mar¨ªa del Amor, las tres ni?as. Ambrosio Garc¨ªa Lao lleg¨® a Espa?a con un ansia: aprender lo antes posible todo lo que pudiese de su nueva tierra para facilitar la adaptaci¨®n de la familia. Por el d¨ªa trabajaba. De noche estudiaba. Geograf¨ªa, historia, gastronom¨ªa. En 1983, en el primer d¨ªa de sus vacaciones de verano, Ambrosio Garc¨ªa Lao baj¨® a la playa, se meti¨® en el agua y se ahog¨®. Su mujer y las ni?as se volvieron tres a?os despu¨¦s a Argentina. Fernanda hab¨ªa crecido: se hab¨ªa hecho punk.
¨CY Mendoza [su tierra de origen] era una provincia reaccionaria, muy conservadora ¨Ca?ade Saccomanno.
Yo soy una argentina no psicoanalizada¡± Fernanda Garc¨ªa Lao
Cuando se conocieron a finales de la primavera de 2013 en un festival de novela negra, se intercambiaron libros. ?l le dio uno suyo: C¨¢mara Gesell. Ella le regal¨® el ¨²ltimo que hab¨ªa escrito: C¨®mo usar un cuchillo. Para empezar. Pero ella se ten¨ªa que ir pronto a pasar una temporada en Francia. Antes de irse, ¨¦l le dijo: ¡°Yo te quiero coger la cabeza¡±. Una forma ruda de decirle que su intenci¨®n era enamorarle la mente. Pactaron una cosa: se escribir¨ªan cartas para alimentar el amor y de paso tendr¨ªan una novela epistolar. Los personajes que eligieron ten¨ªan la naturaleza cambiada: un hombre con el coraz¨®n de una mujer ¨Cle correspond¨ªa a ella¨C y una mujer con coraz¨®n de hombre ¨Ca ¨¦l¨C. El punto de partida de la f¨¢bula era que un cirujano le hab¨ªa puesto a cada uno el coraz¨®n del otro. Al juego le pusieron nombre: Amor invertido. Empieza en Par¨ªs. Ya la han acabado, porque ella ha regresado a Argentina, pero a¨²n no la han publicado. Mientras hablan sentados en la cafeter¨ªa de un hotel de Guadalajara, han venido a la Feria del Libro con su pa¨ªs, invitado de honor de esta edici¨®n, los dos se dicen cosas: ?l, que le encanta que en la escritura de ella note ¡°una sombra de amenaza¡±; ella, que ¨¦l escribe ¡°como una bestia desbocada, con frases eternas, como una boa¡±.
Saccomanno dice que de alguna manera, como ella es m¨¢s joven que ¨¦l, de otra generaci¨®n, el intercambio epistolar era una v¨ªa propicia para Fernanda ¡°para romperme los huevos¡±. Explica que por las lecturas de ella, tuvo que regresar a escuelas que hab¨ªa dejado hace tiempo: el surrealismo, por ejemplo. Garc¨ªa Lao explica que entre ambos hay una diferencia sint¨¢ctica: ¡°?l siempre abre y yo cierro. ?l es el rey de las subordinadas y yo soy una fan¨¢tica del punto¡±. Lo quiere, lo mira, lo vacila: ¡°Eres James Dean con 40 a?os m¨¢s¡±. Y tambi¨¦n se califica a s¨ª misma: ¡°Yo soy una argentina no psicoanalizada¡±, dice, a cuento de que ¨Cpese a la intensa y dram¨¢tica historia de su familia¨C de momento nunca le ha apetecido meterse por el camino autobiogr¨¢fico. Tiene un acento ¨²nico. Casi espa?ol del todo y casi argentino del todo. Saccommano tambi¨¦n dice lo que es ¨¦l en esencia: ¡°Un hombre que de ni?o fue trostkista¡±. No viven juntos. ?l en Villa Gesell, en la costa, a unos 400 kil¨®metros de Buenos Aires. Ella en la capital. Una cosa les gusta a ambos de igual manera: Roberto Arlt, el escritor argentino; lo quieren los dos a la vez. Cuando se van a tomar una foto, se levantan de los taburetes de la cafeter¨ªa y se sientan en una banqueta negra con un fondo de tela negra detr¨¢s: posan de espaldas el uno del otro. Saccomanno con un cigarro rubio sin encender. En las siguientes fotos el cigarro pasa a la mano de Fernanda.
¨CSi os fallara la literatura, ?tambi¨¦n os fallar¨ªa el amor?
¨CNo, tambi¨¦n es una relaci¨®n muy carnal ¨Cdijo ella.
Y justo ah¨ª es cuando lo mir¨® y le dijo que era James Dean con 40 a?os m¨¢s. Te quiero coger la cabeza.
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