La memoria, en los tu¨¦tanos

Teatro de ida y vuelta, con salitre de las dos orillas, como la vidalita, la guajira y la colombiana. Susana Hornos, Zaida Rico, Ana Noguera y Maday M¨¦ndez, j¨®venes int¨¦rpretes de Granos de uva en el paladar junto a la chilena Lorena Carrizo, dejaron su Espa?a natal ante la escasez de oportunidades, se plantaron en Buenos Aires y crearon all¨ª esta primera entrega de su Trilog¨ªa republicana, con la que se han apuntado un ¨¦xito notable, nominaciones y premios incluidos. Las historias que la entretejen, escritas por Rico y Hornos, se inspiran en sendos relatos de esta ¨²ltima y en episodios protagonizados por gente de a pie durante nuestra Guerra Civil.

La primera historia habla de emancipaci¨®n femenina con la cadencia, el tono y el l¨¦xico del Lorca de las tragedias rurales (¡°t¨², mucho estudiar, pero seca¡±, le espeta una madre a su hija), sensaci¨®n esta reforzada por las intervenciones de un coro que evoca el de Bodas de sangre y por la caracterizaci¨®n y el vestuario de N¨¦stor Burgos, que podr¨ªan servir bien para una Bernarda Alba. La protagonista de la segunda historia es una presa cuyo marido plant¨® la bandera tricolor en la torre de una iglesia. La tercera, la de mayor vuelo po¨¦tico, muestra como lo ideol¨®gico fue a menudo un mero pretexto para quitarse de en medio al vecino o al hermano y apoderarse de su hacienda.

Aunque comparta por instantes esa asimetr¨ªa, imperfecci¨®n de trazo o punto de ingenuidad caracter¨ªsticos del teatro alternativo, Granos de uva en el paladar (el t¨ªtulo alude a dos versos del Pimpiririnpimpim, canci¨®n de rondalla) est¨¢ puesta en escena con una est¨¦tica lograda, ausente en la mayor¨ªa de este tipo de producciones pero tambi¨¦n en gran parte del teatro comercial. Contra una expresiva vela roja texturizada, obra de Alejandro Mateo; envueltas por la luz pr¨ªstina de Mariano Arrigoni, las codirectoras crean una imaginer¨ªa inspirada y una atm¨®sfera atemporal. El alargamiento de alguna de las acciones pl¨¢sticas y coreogr¨¢ficas que plantean (oportunas en tanto cuanto en el teatro de la ¨¦poca evocada la pantomima ten¨ªa no poca presencia), se compensa con la irrupci¨®n de otras plenamente logradas.

Por lo que a las certeras int¨¦rpretes respecta, destaca la determinaci¨®n con la que Zaida Rico encarna al ni?o Miguel, en un episodio que pone de relieve lo vital que para nuestra salud moral ser¨ªa buscar los restos de nuestros ancestros asesinados durante la contienda y restituirles el reposo digno que merecen. Para no dejar lugar a dudas, las actrices acallaron los largos aplausos del p¨²blico, recordaron que hay 2.300 fosas por abrir y nos informaron de que tras la funci¨®n del domingo pr¨®ximo se abrir¨¢ debate con Baltasar Garz¨®n y Juan Diego Botto.