La cagada
Los v¨ªdeos colgados por las familias andaluzas durante la Nochevieja son la mejor expresi¨®n del rigor con que funciona el grupo humano en situaciones de emergencia
La televisi¨®n es todo o nada. Especialmente en Espa?a. F¨ªjense en el canal auton¨®mico valenciano, que fue durante a?os una prioridad manipuladora de su Gobierno y tras quebrarlo les resulta natural su ausencia. A nadie le importa un carajo la televisi¨®n, pese a que la tengan m¨¢s cerca que a los familiares m¨¢s queridos. Y sin embargo, cuando algo pasa, la televisi¨®n es lo m¨¢s importante. En un pa¨ªs en el que nadie dimite aunque haya muertos por su nefasta gesti¨®n, bastaron unas horas para que el responsable de continuidad de Canal Sur dejara su cargo y se abriera una investigaci¨®n para llegar al fondo del esc¨¢ndalo por la no retransmisi¨®n de las uvas de Fin de A?o en Canal Sur.
Hace a?os, el Tano Pasman, un aficionado del River Plate que vio c¨®mo su equipo descend¨ªa a la serie B del f¨²tbol argentino, fue filmado por su familia frente a la tele, desolado y roto, en una rabia insultadora demente que se convirti¨® en la m¨¢s hermosa escena de cercan¨ªa emocional entre quien mira y lo que ve a trav¨¦s de la pantalla. Tras el Fin de A?o fallido, los v¨ªdeos en la Red colgados por las familias andaluzas que gozaban de grabarse comiendo las uvas se han convertido en un acontecimiento visual. Son la mejor expresi¨®n del rigor con el que funciona el grupo humano en situaciones de emergencia.
Todos arrancan con el revuelo familiar previo a las uvas. Los mismos que gritan piden silencio para no perder detalle. Pero cuando se desata la tragedia televisiva y comprueban que las campanadas han sido tapadas en emisi¨®n por los anuncios, la reacci¨®n es id¨¦ntica. Primero asombro, luego alguien toma la iniciativa de cantar las uvas para los dem¨¢s aunque sea con una cacerola o chocando un tenedor con la botella de cava. Se celebra el a?o nuevo y acto seguido pasan a cagarse en los muertos del canal y a prometer todo tipo de actos de venganza, mientras se retoma la normalidad. A la larga se agradecer¨¢, y c¨®mo, haber vivido el momento. Y todos los que padecimos la retransmisi¨®n habitual, en el fondo, echaremos de menos no haber vivido la cagada y poder contarla y recrearla hasta que la tele nos regale otra anomal¨ªa.
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