Walesa, historia de un h¨¦roe
El polaco Andrzej Wajda vuelve a sus 88 a?os a retratar en un filme la vida del l¨ªder de Solidaridad
Solo en situaciones especiales surgen los h¨¦roes, las personas que dan un paso adelante cuando al resto les tiemblan las piernas. ¡°Yo tengo las ideas claras. Soy como el toro que cuida el reba?o¡±. En 1980 la periodista Oriana Fallaci entrevist¨® a uno de esos h¨¦roes, Lech Walesa, autor de esa cita, l¨ªder del sindicato polaco Solidaridad, un movimiento que puso contra las cuerdas al Gobierno de su pa¨ªs y, por extensi¨®n, al g¨¦lido reba?o de mandatarios comunistas del Este de Europa. Puede que Walesa no fuera un hombre cultivado intelectualmente, pero pose¨ªa un carisma arrollador. Y en la charla con la periodista italiana, no solo se autodefini¨® como ese toro guardi¨¢n. Tambi¨¦n asegur¨®: ¡°Las masas sin l¨ªder no tienen futuro¡±. Y: ¡°Cuando la multitud se calla yo s¨¦ lo que tengo que decir¡±. Carism¨¢tico, engre¨ªdo, dotado de una oratoria subyugante, Walesa devino en mito al recibir el Premio Nobel de la Paz en 1983, pero su estrella decay¨® tras convertirse en Presidente del Gobierno Polaco en 1990. Sin embargo, a inicios de los ochenta fue una de las cu?as que hicieron saltar por los aires todo un sistema pol¨ªtico.
Y Andrzej Wajda estaba all¨ª. Retirado Manoel de Oliveira y fallecido Alain Resnais, Wajda es, a sus 88 a?os, el director europeo m¨¢s veterano en activo. Ganador de un Oscar de Honor, cuatro veces candidato a la estatuilla de Hollywood (la ¨²ltima ¨Ccon Katyn (2007)- incluso despu¨¦s de haber recibido el premio honor¨ªfico), el cineasta polaco siempre ha sido cr¨ªtico con lo que le rodea: sus pel¨ªculas retratan y cuestionan la historia de su pa¨ªs. Tambi¨¦n ¨¦l fue arrastrado por la marea Walesa, y se convirti¨® en senador en 1989 al ir en las listas de Solidaridad.
Lech me dijo: ¡®Es la cuarta vez que veo el filme y cada d¨ªa me gusta m¨¢s
Andrzej Wajda
Ahora estrena en Espa?a, articulada sobre la famosa entrevista de Fallaci, Walesa. La esperanza de un pueblo, que cierra su trilog¨ªa iniciada con El hombre de m¨¢rmol (1976) y El hombre de hierro (1981), en la que Walesa se encarnaba a s¨ª mismo. Ese mismo a?o, 1981, Wajda entr¨® en Solidaridad. Con su ¨²ltimo trabajo, el cineasta deja claro que tampoco es indulgente con los amigos. ¡°Walesa me llam¨® un d¨ªa y me dijo: ¡¯Es la cuarta vez que veo la pel¨ªcula y cada d¨ªa me gusta m¨¢s¡¯. ?l tambi¨¦n particip¨® en la promoci¨®n del filme en la Mostra de Venecia¡±. Es decir, que es una persona cr¨ªtica consigo misma. Wajda estalla en carcajadas, lo que valdr¨ªa como respuesta, aunque matiza: ¡°Preferir¨ªa no responder a esa pregunta. Lo importante es que cuando Lech tuvo que ser cr¨ªtico con la realidad, lo fue¡±.
Lo curioso es que Walesa lider¨® un sindicato que no fund¨®, aunque estaba all¨ª desde sus inicios, cuando se acerc¨® a sus oficinas a cantarles las cuarenta a sus l¨ªderes intelectuales, y que se hizo fuerte en la huelga que arranc¨® en el astillero de Gdansk el 31 de agosto de 1981. Walesa, que ya hab¨ªa participado en las protestas de 1970 -aunque intentado apaciguar a la gente-, hac¨ªa cuatro a?os que no trabajaba en esa factor¨ªa, pero se col¨® por un muro trasero y dio voz y rostro a aquel levantamiento. ¡°Como cineasta fue muy positivo ver aquello con mis propios ojos. En aquel momento Walesa fue nuestro apoyo. Y si yo sal¨ª elegido senador posteriormente fue porque se hizo fotos conmigo [risas]¡±. No habr¨¢ m¨¢s Walesa en el cine de Wadja. ¡°No me queda m¨¢s por contar. Es cierto que populismos como Walesa tienen poca cabida hoy en d¨ªa, pero m¨¢s miedo me da en la actualidad la extrema derecha. Polonia forma parte de Europa. Cuando nos gobernaba Mosc¨², nosotros mir¨¢bamos a Europa Occidental. Y seguimos igual. Esa extrema derecha asusta en todo el continente¡±.
Se conocieron en 1980, en la huelga que dio inicio a las revueltas en Polonia
Wajda y Walesa, 17 a?os m¨¢s joven que el cineasta, han llevado vidas paralelas durante momentos crepitantes de sus existencias. ¡°Es lo que ocurre cuando a¨²nas fuerzas contra una dictadura. Las autoridades fueron v¨ªctimas de su propia pol¨ªtica. En 1980 ellos no quer¨ªan hablar con los intelectuales, con los profesores ni conmigo. Solo quer¨ªan negociar con un obrero porque se cre¨ªan creadores de esa clase social. Y por tanto que podr¨ªan manipularle. Fue justo el haber crecido muy dentro del sistema comunista, lo que hizo que ese electricista tuviera las respuestas m¨¢s poderosas. Yo conoc¨ª a Lech en los astilleros en aquella huelga de 1980, justo antes de que llegara la Comisi¨®n Gubernamental a negociar. Era arrebatador¡±.
Esa relaci¨®n estrecha llev¨® a que Wajda trabara amistad muy pronto con Danuta, la esposa de Walesa, uno de los grandes personajes casi silentes de su pel¨ªcula, y a la que su marido, cada vez que sale de casa a destinos inciertos, le deja sus pocos objetos de valor mientras dice: ¡°V¨¦ndelo si no regreso¡±. En su nombre, Danuta recogi¨® el Premio Nobel de la Paz, ante el miedo de Lech de que a la vuelta de Noruega el Gobierno no le dejara entrar en Polonia. ¡°Era una persona que acept¨® muy bien el papel de su marido, y a la vez carg¨® con la crianza de sus ocho hijos. Yo quer¨ªa mostrar su actitud y su comportamiento¡±. Lech Walesa perdi¨® las elecciones presidenciales de 1995 y de 2000, en las que obtuvo un paup¨¦rrimo 1% de los votos. ?No atisb¨® el final de su tiempo? ¡°En fin, m¨¢s all¨¢ de Walesa, yo siempre tuve claros mis l¨ªmites. Nunca cont¨¦ otra historia que no fuera la de Polonia. Me siento muy arraigado a mi tierra. He visitado muchas veces Estados Unidos, jam¨¢s me plante¨¦ trabajar all¨ª¡±.
Wajda usa la historia de su pa¨ªs en la gran pantalla al igual que los ni?os que protagonizaban el cine iran¨ª de los ochenta y noventa: ¡°Para contar historias que la censura aprobara y no descubriera lo que realmente quer¨ªamos entrevistar¡±. Adem¨¢s, su cine surge desde las entra?as de las relaciones personales. Si ilustr¨® la brutal masacre de Katyn en el filme hom¨®nimo no fue solo por la bestialidad y la ignominia de la matanza, sino porque su padre, oficial de caballer¨ªa, fue uno de los 20.000 ejecutados por los sovi¨¦ticos en aquel mayo de 1940. ¡°Seguir¨¦ filmando. ?A que me dedicar¨ªa yo jubilado? Lo ¨²nico que s¨¦ hacer es cine, que en mi caso es a la vez trabajo y descanso¡±.
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