Dermoest¨¦tica
En Espa?a, una de las consecuencias de la crisis es que se ha perdido negocio de retoque y la gente ha optado por m¨¦todos menos costosos y hasta sanos para alcanzar un buen aspecto
Corporaci¨®n Dermoest¨¦tica, empresa con sede matriz en Valencia y centros localizados en Espa?a y Portugal, ha presentado un preconcurso de acreedores. Mala noticia para las apariencias, esa prioridad general. La empresa se ha dedicado a la cirug¨ªa est¨¦tica, la correcci¨®n de la obesidad y los cuidados de la piel a trav¨¦s del l¨¢ser, que es el photoshop de quienes no pueden relacionarse con el mundo a trav¨¦s de las revistas ilustradas. En los pa¨ªses emergentes, el principal rasgo de la evoluci¨®n de renta es el crecimiento de las operaciones de est¨¦tica, lo que confirma que el dinero no trae la inteligencia sino que desacompleja. Contabilizando pechos retocados, culos ensalzados, narices estandarizadas y recuperaciones del virgo se puede concluir en qu¨¦ pa¨ªses hay bonanza y en cu¨¢les no. La operaci¨®n est¨¦tica per c¨¢pita miente menos que las agencias de calificaci¨®n.
En Espa?a, una de las consecuencias de la crisis es que se ha perdido negocio de retoque y la gente ha optado por m¨¦todos menos costosos y hasta sanos para alcanzar un buen aspecto. Pero si somos capaces de entender la obsesi¨®n de los individuos por poseer una buena imagen, tendremos que entender tambi¨¦n que los pa¨ªses y sus gobernantes utilicen m¨¦todos parecidos. Lo que ha pasado en Espa?a, y que muchos han llamado una crisis institucional, es en realidad una crisis dermoest¨¦tica. Porque diferentes sectores se han encontrado sin la habitual posibilidad de retoque, liposucci¨®n y siliconizaci¨®n, que llevaban a cabo por varios m¨¦todos, desde falsear las cuentas hasta domesticar la cr¨ªtica medi¨¢tica.
Incluso las televisiones, tan entregadas a perpetuar la idiotez en la ciudadan¨ªa, han encontrado un fil¨®n para ciertos horarios en se?alar los defectos estructurales del pa¨ªs. Se ha ca¨ªdo el maquillaje y nos hemos encontrado una realidad no ya sucia sino desvencijada. Y tenemos dos opciones, recuperar la man¨ªa dermoest¨¦tica y proceder al nuevo enga?o, o salir a pasear y tomar el aire y alcanzar la lozan¨ªa bajo la brisa de la verdad. La de un pa¨ªs que puede envejecer, que puede cumplir los ciclos vitales sin avergonzarse, que deja de tener una caja B como quien tiene un cuerpo B. Desde la matriz valenciana hasta el resto peninsular, el paisaje no necesita un retoque ni unos hilos de oro, sino salud y ventilaci¨®n.
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