Retrato de Pistorius, el h¨¦roe terror¨ªfico
El libro de John Carlin sobre el atleta sudafricano ca¨ªdo en desgracia es una obra sobre la condici¨®n humana
?Se puede querer a alguien que tiene las manos manchadas de sangre? ?A uno que vomita, llora y se revuelve ante el recuerdo de sus pecados? ?Caben en el mismo cuerpo el h¨¦roe y el villano, el icono y el ejecutor, el ejemplo de los ni?os y el hombre que mat¨® a su novia en la noche de San Valent¨ªn? O lo que es lo mismo, ?cu¨¢ntas personas es Oscar Pistorius?
John Carlin explora en Pistorius, la sombra de la verdad (Planeta) las luces y las sombras de un personaje poli¨¦drico. El arranque estremece al lector, le zarandea y le lleva sin previo aviso a las oscuras horas de la noche de San Valent¨ªn de 2013. All¨ª comienza un relato desapasionado (puro periodismo) de los minutos que siguieron a la muerte de Reeva Steenkamp, tiroteada en un ba?o por su propio novio, Pistorius, el ni?o al que le hab¨ªan cortado las piernas por una malformaci¨®n a los 11 meses; el adolescente que se hab¨ªa enfrentado a la muerte de su madre; el atleta que hab¨ªa conseguido competir en los Juegos sobre dos pr¨®tesis futuristas; y el hombre que resume en sus carnes todo lo bueno y lo malo de Sud¨¢frica. Carlin informa as¨¦pticamente. Con frases cortas. Como un investigador redactando su informe en la escena del crimen. Vida. Disparos. Muerte. Sangre. Sesos. Gritos. Llanto. Miedo. Ese cuadro tenebroso de instantes dolorosos rompe en mil pedazos cualquier imagen preconcebida sobre un personaje de fama mundial y ayuda a paladear sin la compa?¨ªa de los clich¨¦s la verdadera tarea del libro: entender la compleja personalidad del velocista, llena de contradicciones.
Porque la madre de Pistorius era el ep¨ªtome del cari?o maternal, pero tambi¨¦n una alcoh¨®lica obsesionada por las armas y acostumbrada a llamar a la polic¨ªa porque cre¨ªa que hab¨ªa ladrones en su casa. Porque el padre de Pistorius jur¨® no separarse nunca de ¨¦l cuando a¨²n no ten¨ªa ni una hora de vida, y al poco se fue a vivir a otra ciudad. Porque sobre sus piernas bi¨®nicas Pistorius es un dios de 1,80 metros, el hombre m¨¢s sexy de Sud¨¢frica, mientras que sin ellas es un inseguro amputado de 1,50 metros. Porque el mismo hombre que escrib¨ªa mensajes melosos y viv¨ªa en una pel¨ªcula de Disney (¡°amorcito¡±) se iba luego a reventar sand¨ªas a disparos, usando las destructivas balas dum-dum como si fuera Rambo.
Hay como poco dos Pistorius, y se ve desde la inquietante foto de portada. Ilustra al velocista en el juicio, apesadumbrado (faltar¨ªa m¨¢s), pero tambi¨¦n como a punto de sonre¨ªr. Un lado de la cara est¨¢ iluminado. El otro no. Entre esa luz y esa oscuridad caben el chico que reza a todas horas, el que dispara sin querer una pistola en un restaurante, el que ayuda siempre al necesitado y el que es arisco cuando se siente ninguneado. Carlin disecciona con maestr¨ªa el conflicto, y lo utiliza para describir las tensiones de un pa¨ªs en el que abundan los extremos. No es solo un libro sobre Pistorius, tambi¨¦n es un libro sobre la condici¨®n humana, tan fuerte como para apoyar incondicionalmente al ser querido, tan d¨¦bil como para enaltecerle en el ¨¦xito y vilipendiarle cuando cae en desgracia. El relato (queda claro por la abundancia de voces y detalles) no se escribe en un despacho con la puerta cerrada, sino pisando la calle, hablando con los protagonistas y observando el juicio en primera fila. Hay tanta verdad en las p¨¢ginas que a veces ser¨ªa mejor que todo fuera mentira.
?Puede ser que este Pistorius que acaba con una vida sea el mismo capaz de ayudar hasta el l¨ªmite de lo incre¨ªble a una familia islandesa (is-lan-de-sa) en la que nace un beb¨¦ con su misma discapacidad? ?Puede ser que este velocista de voluntad inquebrantable, capaz de ganarse el derecho de competir en los Juegos, sea el mismo que se derrumba frente a la soledad? ?Puede ser que tras toda una vida luchando por demostrar que no es distinto acabe concluyendo que s¨ª lo es?
El libro, que frena su arranque demoledor para describir con minuciosidad cada detalle del juicio al sudafricano, lanza preguntas inquietantes y da respuestas turbadoras. Pistorius queda retratado en la inmensidad de sus inseguridades. La dulce Steenkamp ayuda a dibujar el personaje del atleta por contraposici¨®n. La fotograf¨ªa que queda de Sud¨¢frica huye del estereotipo. Desde esas primeras p¨¢ginas fren¨¦ticas a las ¨²ltimas, pausadas, al lector siempre le sobrevuela la misma certeza: por muy r¨¢pido que logre correr Pistorius, sus miedos siempre le dan caza.
Pistorius. La sombra de la verdad de John Carlin
Traducci¨®n de Josep Escarr¨¦
Planeta. Barcelona, 2014
379 p¨¢ginas. 20 euros
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