L¨ªmites
La s¨¢tira tiene los mismos l¨ªmites que la participaci¨®n de un contertulio en un debate
Algunos analistas corrieron a advertir de los peligros que conlleva adscribirse a la defensa de la libertad de expresi¨®n tras los atentados de Par¨ªs, apuntando que la s¨¢tira tiene que tener sus l¨ªmites. Es evidente que todo tiene l¨ªmites, para eso est¨¢n las leyes que protegen los derechos al honor de las personas, que persiguen las injurias o que castigan los delitos de exaltaci¨®n del terrorismo o incitaci¨®n a la violencia. La s¨¢tira tiene pues los mismos l¨ªmites que la participaci¨®n de un contertulio en un debate. La s¨¢tira simplemente establece un contexto, pero no est¨¢ liberada de cumplir la ley. Quienes insisten en que la s¨¢tira no puede permitirse cuando ofende a otros proponen, de manera grotesca, que cualquiera que se d¨¦ por ofendido exija clausurar la vi?eta. Estar¨ªamos protegiendo de la cr¨ªtica humor¨ªstica a religiones, partidos, equipos de f¨²tbol, personajes hist¨®ricos, a la CIA y hasta el macram¨¦, que casi siempre se menciona con tono de mofa en las conversaciones.
En Espa?a asistimos constantemente a esa gradaci¨®n de la ofensa seg¨²n los intereses particulares, ignorando que el contexto de s¨¢tira no es informativo, sino que altera la realidad y la retuerce para generar una sonrisa o una ret¨®rica antipomposa. Los v¨ªdeos de humor que jalonan la televisi¨®n incluyen doblajes manipulados que hacen hablar a personas relevantes de cosas absurdas y que hasta cruzan conversaciones que nunca se han producido. A nadie le resultar¨¢ ofensivo ver a un l¨ªder pol¨ªtico dibujado como un Cristo crucificado o a una tonadillera sacada en procesi¨®n de Semana Santa.
Por ese mismo proceso de guiarse por el sentido com¨²n resulta chocante que alguien creyera que el humorista Facu D¨ªaz del canal La Tuerka se mofaba de las v¨ªctimas del terrorismo cuando aparec¨ªa como un l¨ªder del PP encapuchado que ped¨ªa la liberaci¨®n de sus presos. Si de alguien se burlaba bajo el eslogan PP Presoak Etxera era del formato habitual de ETA en sus comunicados y de un partido que cuenta con numerosos condenados por delitos de corrupci¨®n. Por mucho l¨ªder reunido en Par¨ªs tras los asesinatos, la aceptaci¨®n de la s¨¢tira es un ejercicio diario de salud mental que tiene sus l¨ªmites claros y establecidos, por lo que nadie tiene que venir a poner sus l¨ªmites propios y particulares.
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