Basilea presta al Reina Sof¨ªa y el Prado sus tesoros art¨ªsticos
Las joyas del Kunstmuseum, que cerrar¨¢ para ampliar instalaciones, viajar¨¢n a Madrid
Hace poco m¨¢s de un a?o, el director del Reina Sof¨ªa, Manuel Borja-Villel, decidi¨® telefonear a Bernhard Mendes, director del Kunstmuseum de Basilea, uno de los museos p¨²blicos m¨¢s importantes del mundo. El responsable del centro de arte madrile?o sab¨ªa que el suizo hab¨ªa iniciado unas ambiciosas obras de ampliaci¨®n por las que la mayor parte de este a?o tendr¨ªa que estar cerrado a los visitantes. As¨ª se puso en marcha una operaci¨®n gracias a la que Prado y Reina Sof¨ªa han podido incluir en sus programaciones dos exposiciones con obras maestras procedentes de Basilea.
El Prado mostrar¨¢ en su galer¨ªa central 10 ¨®leos de Picasso, con toda la carga simb¨®lica que eso conlleva; el Reina Sof¨ªa expondr¨¢ 170 obras de los siglos XIX y XX en una doble muestra que ocupar¨¢ la cuarta planta del edificio Sabatini. Son piezas que casi nunca han salido de Suiza, por lo que ser¨¢ una ocasi¨®n ¨²nica de contemplar telas de Gauguin, Van Gogh, Renoir, Manet, Modigliani, Monet, L¨¦ger, C¨¦zanne, Chagall y el propio Picasso. Se podr¨¢n ver desde el 18 de marzo hasta el 13 de septiembre.
Una semana antes de que las obras inicien su viaje hacia Espa?a, los responsables del Kunstmuseum de Basilea han mostrado a un grupo de periodistas espa?oles las obras y explicado la transformaci¨®n del actual museo. El cant¨®n suizo m¨¢s peque?o en extensi¨®n, 37 kil¨®metros y 200.000 habitantes, cuenta nada menos que con una treintena de museos; un fen¨®meno al que no es ajeno el que Basilea fuera la capital mundial de la imprenta y uno de los centros intelectuales de mayor importancia desde el XVI.
El Kunstmuseum naci¨® en 1662 a partir de una la suma de colecciones privadas. La de Basilius Amerbach, donde se inclu¨ªa el legado de Erasmo de Rotterdam y varios retratos de Hans Holbein, constituye uno de los m¨¢s preciados tesoros de un conjunto sobre el que el director ejecutivo del museo, Stephan Charles, ofrece cifras de v¨¦rtigo: 300.000 obras desde la Edad Media, de las que solo el 5% forman parte de la permanente.
Suma de espl¨¦ndidas colecciones privadas, el museo fue creado como tal en 1936 en un palacete cl¨¢sico de exterior blanco. Los trabajos de ampliaci¨®n, iniciados en 2013, concluir¨¢n a comienzos de 2016 y supondr¨¢n la creaci¨®n de un edificio similar conectado por un subterr¨¢neo. Un equipo de j¨®venes arquitectos de la ciudad ha sido el encargado de un proyecto aprobado en refer¨¦ndum. El coste final ser¨¢ de cien millones de euros pagados a medias entre el cant¨®n de Basilea y la Fundaci¨®n Laurenz, vinculada a los omnipresentes laboratorios Roche. Stephan Charles asegura que no hay ninguna clase de contrapartida econ¨®mica ni de ning¨²n otro tipo por el pr¨¦stamo: ¡°Ellos se ocupan del transporte y de los seguros. Es un acuerdo entre amigos y queremos intensificar las relaciones en el futuro¡±.
?C¨®mo se han escogido las obras que van a cada uno de los dos museos espa?oles? Nina Zimmer, conservadora jefe del museo responde: ¡°Para el Prado estaba clara la elecci¨®n de los 10 picassos y en el Reina Sof¨ªa se ha querido montar una peque?a historia del arte contempor¨¢neo¡±. Esa ¡°peque?a historia¡± que viaja hacia el Reina Sof¨ªa incluye todos los g¨¦neros y todos los formatos desde finales del XIX. Por citar solo algunos nombres: Munch, Kandinski, Braque, Dubuffet, Giacometti, Paul Klee, Mondrian, Gerhard Richter, Rothko, Jasper Johns, Andy Warhol, o Steve McQueen.
En paralelo se mostrar¨¢ una segunda exposici¨®n que recoge, en 60 cuadros, la esencia de c¨®mo se ha ido construyendo el Kunstmuseum, a base de sumar obras en dep¨®sito. Son piezas elegidas de las colecciones de Rudolf Staechlin e Im Obersteg, dos poderosos hombres de negocios que hicieron sus colecciones en paralelo. Staechlin, nieto de Rudolf Staechlin, cuenta que su abuelo comenz¨® en 1914 a coleccionar arte franc¨¦s del siglo XIX, mientras que Obersteg prefiri¨® adquirir desde 1916 obras maestras modernistas. A la hora de elegir sus obras favoritas, Rudi Staechlin no parece tener manos suficientes para se?alar los alargados jardines de Van Gogh, la delicadeza de Modigliani o los tres retratos que Chagall pint¨® en 1914 y que solo han salido de Suiza en una ocasi¨®n. El de Madrid ser¨¢ su segundo viaje, como sucede con otras muchas obras que le acompa?an.
Refer¨¦ndum por Picasso
Entre pinturas, dibujos y estampas, el Kunstmuseum de Basilea posee 337 picassos. Entre todas las piezas, hay dos cuya historia habla mucho de los sentimientos de los suizos hacia el arte. Se trata de Arlequ¨ªn sentado (1923) y Los dos hermanos (1906), dos obras depositadas por Rudolf Staechlin. Pero esos dep¨®sitos deben verse como pr¨¦stamos que, en general, son definitivos, aunque la titularidad no se cede; las obras siguen perteneciendo a su propietario. En 1967, Staechlin necesit¨® dinero l¨ªquido y decidi¨® poner en venta los dos picassosy descolgarlos de las paredes del museo.
El vecindario de Basilea pidi¨® que se convocara un refer¨¦ndum para que el Ayuntamiento adquiriera las obras. El s¨ª gan¨® por mayor¨ªa y las dos telas fueron adquiridas por 8,5 millones de francos suizos. Seis los puso el consistorio y, el resto fueron aportaciones de entidades privadas. Enterado el pintor espa?ol de lo ocurrido decidi¨® regalar a la comunidad nada menos que cuatro cuadros. Tres de ellas se podr¨¢n ver tambi¨¦n Madrid: Hombre, mujer y ni?o (1906), Venus y amor (1967) y La pareja (1967).
Babelia
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