El p¨¢jaro de Calatrava para la Zona Cero se resiste a volar
La estaci¨®n de trenes del arquitecto e ingeniero espa?ol para Nueva York suscita una amplia controversia
Visto desde el piso 69 del One World Trade Center o desde las calles que cruzan el Lower Manhattan, el proyectado p¨¢jaro de alas extendidas de Santiago Calatrava para la Zona Cero de Nueva York, espacio lleno de emociones por el 11-S que albergar¨¢ uno de los tres grandes intercambiadores de transporte de la ciudad, se ha convertido en blanco de cr¨ªticas por el despilfarro, la mala gesti¨®n, la ambici¨®n pol¨ªtica a costa del contribuyente y las dificultades de realizaci¨®n, diez a?os despu¨¦s del inicio de las obras.
Las ataques m¨¢s serios destacan que la obra, cuya inauguraci¨®n est¨¢ prevista para finales de este a?o tras seis de retraso, costar¨¢ unos 4.000 millones de d¨®lares (3.469 millones de euros), el doble de lo anunciado. Las m¨¢s despiadadas y burlescas alertan de la conversi¨®n de la estructura en un estegosaurio capaz de aterrorizar a ni?os y viandantes, seg¨²n Steve Cuozzo, cr¨ªtico del New York Post.
La obra, de imponente aspecto, tiene sin duda un lugar reservado entre los edificios espect¨¢culo del mundo. Pero tambi¨¦n ocupar¨¢ un puesto destacado en el Olimpo de estaciones m¨¢s caras y retrasadas de la historia. Pese a que parte de las cr¨ªticas se han centrado en el creador espa?ol, el an¨¢lisis de los datos de ejecuci¨®n deja en muy mal lugar a los responsables pol¨ªticos encargados de la revitalizaci¨®n de la zona.
La Autoridad Portuaria de Nueva York y Nueva Jersey, organismo dependiente de los dos Estados encargado de reconstruir la zona cero, reconoce que, de haberlo sabido, no se habr¨ªa embarcado en el proyecto. ¡°Hoy no priorizar¨ªamos un gasto de 3.700 millones de d¨®lares frente a otras necesidades¡±, dijo en octubre pasado Patrick J. Foye, director de la autoridad. Lo que Foye no dice es que hasta ocho Gobernadores distintos, casi una decena de directores y presidentes del organismo que encabeza, sin contar alg¨²n alcalde, han toqueteado el proyecto para dejar su impronta.
La obra costar¨¢ unos 3.469 millones de euros, el doble de lo anunciado
El resultado es un gasto descomunal para una estaci¨®n y un futuro centro comercial por el que hoy pasan unos 46.000 pasajeros, apenas 10.000 m¨¢s que por la humilde Penn Station, y muchos menos que los 208.000 que fluyen a trav¨¦s de Grand Central. Se calcula que la estaci¨®n del Lower Manhattan ser¨¢ utilizada por 160.000 pasajeros en el futuro.
¡°Nunca hubo un no a las peticiones de organismos y funcionarios, ya que se trata de redise?ar un lugar destruido por terroristas¡±, dijo al Wall Street Journal Christopher Ward, director de la citada autoridad entre 2008 a 2011. En el primer a?o de Ward en el puesto, rechaz¨® hacer recortes por 500 millones de d¨®lares.
George E. Pataki, el Gobernador republicano de Nueva York con el que arranc¨® el proyecto, vio en una espectacular terminal de trenes un motivo de lustre para su candidatura. Prometi¨® que estar¨ªa lista en 2009. Pataki fue el primero, pero despu¨¦s llegaron otros, entusiasmados por los 4.550 millones de d¨®lares destinados por el Gobierno federal para el Lower Manhattan.
El dise?ador: ¡°Ser¨¢ un icono para Nueva York¡±
Calatrava no tiene dudas sobre su proyecto. ¡°Ser¨¢ un icono para Nueva York y un punto de encuentro para habitantes y turistas. Sorprender¨¢ positivamente¡±, declara a EL PA?S por correo electr¨®nico. El arquitecto asume las cr¨ªticas como parte de la complejidad de la obra: ¡°Es muy compleja, por su localizaci¨®n y por la sensibilidad social existente. Une distintos medios de transporte, lo que dificulta la planificaci¨®n. Tras los atentados de Londres y Madrid, las autoridades pidieron cambios para adecuarla a los nuevos requerimientos de seguridad. Esto ha supuesto ajustar el proyecto¡±.
Sobre el retraso de seis a?os y el sobrecoste, se?ala: ¡°Es una obra que ha tenido que ir adapt¨¢ndose a circunstancias imprevistas y requerimientos nuevos. Simultanear la construcci¨®n con el funcionamiento de las l¨ªneas que lo atraviesan modific¨® calendarios y presupuestos. Adem¨¢s, se han incluido las obras adyacentes en el presupuesto¡±. A los que afirman que su proyecto era irrealizable, responde: ¡°Si analiza el concepto inicial y el resultado final, ver¨¢ que es el mismo. Ha habido cambios, pero no son importantes¡±. ¡°El resultado es muy bueno, especialmente la parte de acero, ¨²nica en el mundo. La estaci¨®n entroncar¨¢ con otros iconos de la ciudad, como los puentes del Hudson y el East River. Ha sido un orgullo participar en un proyecto que ser¨¢ emblem¨¢tico¡±, a?ade.
El proyecto inicial era de 2.000 millones, 300 aportados por la Autoridad Portuaria y 1.700 por la Administraci¨®n Federal de Transportes. ¡°El calendario y los presupuestos eran poco realistas¡±, fue la ¨²nica explicaci¨®n que dio la Autoridad Portuaria en 2008, cuando ampli¨® el presupuesto a 3.400 millones de d¨®lares. S¨®lo los gastos administrativos superan los 655 millones.
Una de las decisiones que m¨¢s encarecieron los trabajos fue construir la nueva estructura sin cerrar una l¨ªnea de metro que atraviesa la zona, lo que provoc¨® retrasos y unos 400 millones de d¨®lares extra. Pataki apoy¨® la decisi¨®n, ya que esa l¨ªnea es la que utilizan los pasajeros de Staten Island, un basti¨®n republicano.
En 2005, el Departamento de Polic¨ªa determin¨® que eran necesarios cambios en previsi¨®n de atentados: hab¨ªa que doblar el n¨²mero de nervios de acero del p¨¢jaro de Calatrava. El coste de las 36.500 toneladas de ese material alcanza los 474 millones. La conexi¨®n con otras instalaciones colindantes result¨® m¨¢s compleja de lo previsto, lo que provoc¨® otros 400 millones inesperados.
Techo m¨®vil desechado
Originalmente, el concepto preve¨ªa un techo m¨®vil para abrir la estaci¨®n hacia el cielo, una opci¨®n muy costosa que se abandon¨® en 2008. Ese a?o, el alcalde Michael Bloomberg orden¨® que el memorial del 11-S, junto a la estaci¨®n, se acabara para el d¨¦cimo aniversario de la tragedia. La decisi¨®n modific¨® plazos y a?adi¨® 100 millones al presupuesto. Los da?os del hurac¨¢n Sandy en 2012 tambi¨¦n provocaron sobrecostes. La prensa de Nueva York ha especulado con que el estudio de Calatrava ha cobrado unos 80 millones de d¨®lares.
¡°?Qu¨¦ pas¨® con el p¨¢jaro en vuelo que nos prometieron? ?Las alas de acero son ahora la espina de un pescado gigante? Este proyecto agota la capacidad para hacer chistes baratos¡±, afirma Cuozzo en su columna. De momento, nadie le ha re¨ªdo las gracias.
Babelia
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