Historia inacabada de Puig Antich
Un libro revisa documentaci¨®n policial, judicial y diplom¨¢tica para rebatir t¨®picos sobre el ¨²ltimo ejecutado a garrote vil del franquismo


Tras 20 minutos de agon¨ªa, mor¨ªa en la c¨¢rcel Modelo de Barcelona Salvador Puig Antich, el ¨²ltimo ejecutado a garrote vil en Espa?a. Corr¨ªa el 2 de marzo de 1974. Ten¨ªa 25 a?os. Cuatro d¨¦cadas despu¨¦s, el profesor de historia de la Complutense Gutmaro G¨®mez Bravo presenta Puig Antich. La transici¨®n inacabada (Taurus), un libro que, revisando documentaci¨®n policial, judicial y diplom¨¢tica sobre aquella ¡°ejecuci¨®n pol¨ªtica¡±, pretende ¡°desmentir los t¨®picos de un episodio que marc¨® la hoja de ruta del final de una dictadura incapaz ya de mantenerse sin el uso de la fuerza¡±, en palabras de su autor. Le arroparon en la presentaci¨®n de la obra ayer en la Fundaci¨®n Bertelsmann, Juan Luis Cebri¨¢n, presidente ejecutivo del Grupo PRISA y de EL PA?S y acad¨¦mico de la lengua, y ?ngel Juanes, vicepresidente del Tribunal Supremo.
El historiador considera que el asesinato del almirante Carrero Blanco, cometido por ETA siete semanas antes, ¡°influy¨® evidentemente¡± en la pena de muerte dictada por un tribunal militar contra el joven militante del MIL (Movimiento Ib¨¦rico de Liberaci¨®n), acusado de haber matado al subinspector de polic¨ªa Francisco Anguas. Pero el libro recuerda que cuando ETA hizo volar por los aires el coche del entonces presidente del Gobierno, el 20 de diciembre de 1973, un fiscal militar hab¨ªa solicitado ya dos penas de muerte para Puig Antich. Su ejecuci¨®n fue ¡°mucho m¨¢s que una simple venganza¡±, concluye.
?Por qu¨¦ recuper¨® entonces el r¨¦gimen franquista un m¨¦todo de ejecuci¨®n que hab¨ªa utilizado por ¨²ltima vez en 1959, con una envenenadora y con el asesino de cuatro personas, entre ellas una embarazada? ?Por qu¨¦ fue juzgado Puig Antich por la jurisdicci¨®n militar? ?Por qu¨¦ no sirvi¨® de nada la presi¨®n de la Iglesia o las amenazas para frenar la integraci¨®n de Espa?a en el entonces Mercado Com¨²n Europeo? ?Por qu¨¦ no se moviliz¨® ning¨²n partido?
El autor argumenta que el R¨¦gimen nunca consider¨® levantar aquella pena de muerte porque en aquel momento le interesaba aplacar a la extrema derecha -que entonces sal¨ªa a manifestarse al grito de ¡°?No queremos apertura. Queremos mano dura!¡±- y congraciarse con el Ej¨¦rcito y la Polic¨ªa -varios agentes acudieron al hospital donde curaban a Puig Antich de varias heridas de bala recibidas durante el tiroteo en el que muri¨® el subinspector Anguas con la intenci¨®n de llev¨¢rselo para darle ¡°el paseo¡±, como en la Guerra Civil-. Para apoyar su interpretaci¨®n, cita G¨®mez Bravo informes como este que el embajador estadounidense, Horacio Rivero, envi¨® a su secretario de Estado, Henry Kissinger: ¡°El inter¨¦s del Gobierno en el orden p¨²blico y su sensibilidad a las presiones de la extrema derecha explican la decisi¨®n de ejecutar al anarquista catal¨¢n Puig Antich¡±.
Cebri¨¢n record¨® que el mismo d¨ªa, a la misma hora y por el mismo m¨¦todo, fue ejecutado el polaco Heinz Chez, condenado por la muerte de un guardia civil. Probablemente, sugiri¨® el acad¨¦mico, el preso habr¨ªa tenido un final distinto de no haberlo necesitado el R¨¦gimen para disimular las implicaciones pol¨ªticas de la ejecuci¨®n de Puig Antich.?
Adem¨¢s de analizar toda la instrucci¨®n del caso, G¨®mez Bravo se detiene en su libro en el fallido proceso de revisi¨®n, cuando tanto el Tribunal Supremo como el Constitucional rechazaron los recursos de la familia? Puig Antich para que la justicia estableciese, ya en democracia, que aquel juicio militar contra su hermano hab¨ªa sido una farsa.
El subinspector Anguas falleci¨® en un tiroteo entre cinco agentes y Puig Antich producido en los seis metros cuadrados del portal 70 de la calle Girona de Barcelona. Para apoyar su recurso de revisi¨®n, el abogado de la familia present¨® una infograf¨ªa elaborada por dos peritos que mostraba que los disparos se produjeron desde distintos ¨¢ngulos y que era imposible determinar si hab¨ªa sido Puig Antich quien hab¨ªa matado a Anguas. Las armas de los agentes implicados en el tiroteo nunca llegaron a ponerse a disposici¨®n del tribunal militar que le conden¨® a muerte y los casquillos desaparecieron. La autopsia del cad¨¢ver del subinspector, que ten¨ªa cinco impactos de bala, se realiz¨® en una comisar¨ªa.
Juanes, que particip¨® en la revisi¨®n del caso ante el Supremo y consider¨® entonces que hab¨ªa base suficiente para admitir el recurso de la familia Puig Antich, asegur¨® ayer, durante la presentaci¨®n del libro, que los magistrados tienen hoy muy poco margen, m¨¢s all¨¢ de la presentaci¨®n de "hechos nuevos" para revisar este tipo de procesos. As¨ª, record¨® que la ley de memoria hist¨®rica, aprobada por el Gobierno de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero en 2007, declar¨® "ileg¨ªtimos" los tribunales franquistas, pero no anul¨® las condenas que hab¨ªan impuesto, por lo que considera "pr¨¢cticamente imposible¡± que puedan revisarse esos juicios, como reclaman, desde hace a?os, decenas de familiares de represaliados.
El autor del libro record¨® que los miles de paseados y fusilados del franquismo que permanecen en fosas comunes sin abrir convierten a Espa?a en el segundo pa¨ªs del mundo con m¨¢s desaparecidos, solo por detr¨¢s de Camboya, y en una "anomal¨ªa" mundial, que le ha valido al Gobierno varios reproches de la ONU.
En un momento en que la Transici¨®n espa?ola recibe m¨²ltiples reproches en algunos sectores de la opini¨®n p¨²blica, Cebri¨¢n quiso defenderla:? ¡°Quienes la critican se olvidan de que ese fue el verdadero final de la Guerra Civil; la reconciliaci¨®n entre los hijos de los vencedores y los hijos de los vencidos¡±, dijo. La falta de reparaci¨®n a las v¨ªctimas del franquismo fue "el precio" que tuvo que pagar la izquierda a cambio de que los fascistas aceptaran un proceso democr¨¢tico que devolviera la soberan¨ªa al pueblo, a?adi¨®. "Deber¨ªamos tratar de hacer un esfuerzo colectivo por recuperar la memoria y aprender de esa victoria hist¨®rica tras una Guerra Civil que dur¨® 40 a?os y gener¨® una fractura de la que todav¨ªa no hemos sabido recuperarnos", concluy¨® Cebri¨¢n.?
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