Retazos nerudianos
Neruda no se dejaba versos buenos sin publicar. Los in¨¦ditos ahora recuperados parecen innecesarios
Pablo Neruda sol¨ªa decir en sus a?os finales que le iban a publicar ¡°hasta los calcetines¡±. Los editores lo persegu¨ªan y ¨¦l conoc¨ªa bastante bien al gremio, aun cuando sus contratos, antes de que entregara sus asuntos a una agencia seria, cosa que s¨®lo ocurri¨® al final de su vida, se encontraban en un desorden ca¨®tico. Despu¨¦s de su muerte se publicaron sus memorias en prosa, Confieso que he vivido, editadas por su viuda, Matilde Urrutia, y por el escritor venezolano Miguel Otero Silva. El m¨¦todo editorial fue muy discutible. Como el poeta, cansado, enfermo, agobiado por su cargo de embajador en Par¨ªs, estaba lejos de haber terminado el dictado de su libro, los dos improvisados editores introdujeron textos autobiogr¨¢ficos del Neruda de los a?os cincuenta. El resultado fue un extra?o collage literario. Hay que tener en cuenta que el poeta hab¨ªa escrito a su regalado gusto en a?os un poco anteriores, sin interferencias de ninguna especie, un texto maestro de memorias en verso, Memorial de Isla Negra (Santiago, 1964).
Tambi¨¦n hubo algunos libros p¨®stumos que el poeta hab¨ªa alcanzado a preparar, y uno de poemas de adolescencia y juventud, El r¨ªo invisible (1980). Trabaj¨¦ con Matilde en la preparaci¨®n de este libro y el t¨ªtulo es un fragmento de verso suyo sobre la poes¨ªa (un r¨ªo invisible que pasa por las venas del poeta). Con Matilde ten¨ªamos abundante material en cuadernos de juventud y seguimos un criterio claro: s¨®lo publicamos textos que el poeta hab¨ªa publicado en diarios y revistas de ese tiempo.
En estos poemas in¨¦ditos hay momentos en que parece que la inspiraci¨®n va a despegar, pero son casi siempre repetitivos
Si se hubiera seguido el mismo criterio con la colecci¨®n actual de poemas in¨¦ditos, el libro, con su feo t¨ªtulo, no existir¨ªa. Ahora bien, el asunto plantea un problema interesante. Existe la noci¨®n muy difundida de que Neruda era un poeta espont¨¢neo, de puro instinto, vegetal, como le gustaba decir a Jos¨¦ Bergam¨ªn, gran mal poeta, como dijo Juan Ram¨®n Jim¨¦nez. Me parece que es una visi¨®n anticuada, superficial. En los a?os de su llegada a Espa?a, antes de la guerra, el joven Neruda, con Tentativa del hombre infinito, con Residencia en la tierra, era una extraordinaria voz de vanguardia, emparentada de alg¨²n modo con el surrealismo europeo. Juan Ram¨®n lo juzgaba con criterios acad¨¦micos y se equivocaba. Basta con haber conocido bien su biblioteca para comprender que Neruda le¨ªa y estudiaba en profundidad, con enorme pasi¨®n literaria, la gran poes¨ªa de todos los tiempos. Lo vi organizar algunas de sus ediciones en forma perseverante y enteramente coherente, con sentido s¨®lido del orden interno del libro, con atenci¨®n puesta en todo, incluso en la tipograf¨ªa, el dise?o, las ilustraciones. Por ejemplo, en v¨ªsperas de publicar Estravagario, el poeta coleccionista (en su vida y en su obra) pasaba horas buscando dibujos de viejas ediciones de Julio Verne.
Si un autor as¨ª dejaba poemas suyos sin publicar, era porque su gusto personal, su autocr¨ªtica, los hab¨ªa rechazado
Si un autor as¨ª dejaba poemas suyos sin publicar, era porque su gusto personal, su autocr¨ªtica, su sentido de la composici¨®n de cada colecci¨®n de versos los hab¨ªa rechazado. Escog¨ªa bien los poemas que publicaba y olvidaba los que merec¨ªan ser olvidados. No era un autor a quien se le cayeran los poemas de la mesa de trabajo y quedaran extraviados entre papeles.
En estos poemas in¨¦ditos hay momentos en que parece que la inspiraci¨®n va a despegar. Pero los poemas son casi siempre repetitivos y dan la impresi¨®n molesta de ser innecesarios. Quiz¨¢ agregan algo para los estudiosos de su obra, los nerud¨®logos, especie humana enigm¨¢tica. En cualquier caso, los momentos l¨ªricos que despuntan a la vuelta de algunos de estos versos est¨¢n lejos ¡ªmuy lejos, me atrevo a decir¡ª de los grandes momentos de la poes¨ªa nerudiana.
Tus pies toco en la sombra y otros poemas in¨¦ditos. Pablo Neruda. Edici¨®n de Dar¨ªos Oses. Pr¨®logo de Pere Gimferrer. Seix Barral. Barcelona, 2015. 132 p¨¢ginas. 15.90 euors (digital, 9,99).
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