Gamitana y yuca en casa de los awaj¨²n

Es un d¨ªa especial en la comunidad nativa de Temashnum, un poblado awaj¨²n del Alto Mara?¨®n, en el departamento peruano de Amazonas. Celebran nuestro encuentro con un cuenco de masato ¡ªbebida ritual para los visitantes, cotidiana para ellos, hecha a base de yuca fermentada¡ª que se llena para cada invitado y una comida de fiesta. Como es habitual en estas comunidades, los pobladores participan del almuerzo como observadores y cuando acaban los invitados marchan a sus casas.

La mesa del centro comunal se cubre con cuatro grandes hojas de pl¨¢tano sobre las que van repartiendo la comida. Lo primero son unos trozos de yuca cocida ¡ªla yuca es el pan de la selva¡ª y un pote con sal que reparten en peque?as monta?itas sobre las hojas. La cocina awaj¨²n es tan sencilla y elocuente como este pueblo, orgulloso de sus costumbres y su naturaleza. Cocinan en agua, sin sal ni especias. Hoy han matado uno de los pollos que corren por el poblado ¡ªgrandes como se?oritos, con las carnes oscuras y sabrosas¡ª y han cortado el extremo de un aguaje, una variedad de palmera que ofrece unos frutos redondeados, recubiertos de una coraza de escamas. Extrajeron el coraz¨®n del palmito, incorporando al guiso la parte de fuera, m¨¢s dura, para que cueza con el pollo y unos trozos de yuca. Llegar¨¢n a la mesa tiernos y jugosos. La yuca se quiebra en la boca en cuanto la tocas con la lengua. Deshilacharon el interior del palmito en peque?as tiras, a modo de tallarines, para echarlo a la olla con el ¨²ltimo hervor.

En el aguaje hab¨ªa una colonia de suris, unos gusanos gruesos y mantecosos que colonizan los palmitos, y los incorporan al men¨², bien fritos, sobre una hoja que disponen frente al invitado principal. La piel es crujiente y el interior mantecoso y suave. Es mejor no comer la cabeza: amarga. Tambi¨¦n llegan media docena de aguajes bien maduros y tres huevos cocidos. Me temo que es todo lo que hab¨ªa disponible ese d¨ªa. En casa de los awaj¨²n, la cocina suele ser un ejercicio simple, casi elemental; a menudo, un mero asunto de subsistencia con la yuca como ingrediente ¨²nico.

La etnia awaj¨²n integra la comunidad nativa m¨¢s numerosa del Per¨²

La etnia awaj¨²n integra la comunidad nativa m¨¢s numerosa del Per¨², con unos 60.000 miembros. Perteneciente a la familia de los j¨ªbaros, cuya casta se ramifica en diversas etnias a lo largo la Amazon¨ªa peruana y ecuatoriana, vive un tr¨¢nsito decisivo para su supervivencia. Fue siempre un pueblo cazador y pescador, pero ya no hay nada que cazar a menos de cuatro d¨ªas de marcha de sus tierras y bien poco que pescar en este Mara?¨®n que transita convertido en un gigantesco estercolero. Los ancianos que dirig¨ªan las comunidades han cedido el poder a los j¨®venes, encarg¨¢ndoles el tr¨¢nsito hacia la agricultura, concretada casi exclusivamente en el pl¨¢tano y el cacao.

La ma?ana siguiente desayuno en casa de Nicol¨¢s, un t¨¦cnico agrario nativo de la comunidad de Chipe. Nuestro desayuno es una peque?a gamitana guisada en un caldo casi transparente. En el centro de la mesa, la yuca y la sal. Junto a nosotros, uno de sus nietos come un huevo reci¨¦n frito, mojando la yema con un bast¨®n de yuca cocida. Me gustar¨ªa cambiarle el plato.

La gamitana pertenece a la familia de las pira?as y puede medir m¨¢s de un metro. Si das cortes transversales en el lomo, el resultado es muy parecido a una chuleta de cordero, con una tira estrecha de carne rodeando la espina. Esas gamitanas son sabrosas y la carne muestra tonos dulzones. Cuando llega la temporada de lluvias y el r¨ªo crece ¡ªdonde el Amazonas empieza a llamarse as¨ª, tras el encuentro del Mara?¨®n y el Ucayali, las subidas pueden ser de hasta 17 metros¡ª, las gamitanas entran al bosque y se alimentan de frutas.

Hace tiempo que el r¨ªo no trae nada. Ahora, las gamitanas son chicas y crecen en las pozas que Nicol¨¢s abri¨® cerca de sus chacras de cacao y pl¨¢tano. Este peque?o pescado, espinoso y humilde cuando se muestra en estas tallas, representa los cambios que se est¨¢n operando en las vidas de los awaj¨²n.