El festival de Angulema es Charlie
El atentado de Par¨ªs marca la gran cita del c¨®mic, que homenajea a los dibujantes asesinados El certamen ha aumentado sus medidas de seguridad
En la pelea de los l¨¢pices contra los kalashnikov est¨¢ claro quienes ganan la batalla de la fuerza. Pero la historia cuenta con algunos ingeniosos que ganan guerras. Las ideas necesitan algo m¨¢s que el miedo para volatilizarse. Los atentados de Par¨ªs contra Charlie Hebdo han armado a un ej¨¦rcito de l¨¢pices, movilizados por todo el mundo en defensa de su libertad creativa. Y Angulema, convertida en la capital del c¨®mic durante su 42? festival internacional para el que se prev¨¦n 200.000 asistentes, es el territorio perfecto para evidenciar que la conmoci¨®n por la muerte de personas que atacaban con risas es tan grande como la falta de miedo.
¡°Para nosotros ha sido muy fuerte. La gente sigue muy afectada y se hace preguntas sobre muchas cosas que hace tres semanas no nos pregunt¨¢bamos, pero creyendo que deben tener respuesta dentro de nuestro modelo republicano¡±, expone Pilar Mu?oz, la directora de la Casa de los Autores, un singular espacio creado en julio de 2002 en Angulema para acoger a historietistas de cualquier nacionalidad que desarrollan alg¨²n proyecto creativo durante su estancia.
Por casi todas partes asalta el Je suis Charlie: en escaparates de tiendas o en grafitis en muros, en muchas conversaciones y, por supuesto, en los espacios propios del festival. Se cumpli¨® lo anticipado por Franck Bondoux, delegado general del certamen, d¨ªas antes: ¡°El Festival de 2015 ser¨¢ un tiempo de memoria¡±.
En Angulema, que ha reforzado sus medidas de seguridad notablemente y donde hoy se celebrar¨¢ una manifestaci¨®n en defensa de la libertad de expresi¨®n, es posible ya comprar el libro colectivo El c¨®mic es Charlie, en el que han participado 175 autores, que han donado sus dibujos para una obra cuya recaudaci¨®n se destinar¨¢ a las familias de las v¨ªctimas de los atentados de Par¨ªs. Colaboran, entre otros, Milo Manara, Guy Delisle, Manu Larcenet, Gipi, Mana Neyestani, Frederik Peeters o Robert Crumb, que ha cedido la vi?eta Un dibujante cobarde, que difundi¨® Lib¨¦ration poco despu¨¦s del atentado. En ella Crumb recurre al humor para reflejar el temor: el dibujante se autorretrata sujetando el dibujo de unas nalgas con el t¨ªtulo ¡°?Culo peludo de Mahoma!¡±. Tembloroso y asustado, Crumb sostiene que se trata de una broma: ¡°En realidad es el culo de mi amigo Mahoma Bakhsh, un productor de cine que vive en Los ?ngeles¡±.
Contrarreloj, el festival ha improvisado la exposici¨®n La historia de Charlie Hebdo, en el Museo del C¨®mic, para rendir homenaje a creadores que hab¨ªan estado muy vinculados a Angulema, como es el caso de Wolinski, que recibi¨® el Gran Premio en 2005. En la muestra se incluyen ejemplares de Hara-Kiri, precedente del semanario sat¨ªrico, donde ya ondea la irreverencia religiosa que tan a menudo inspirar¨ªa a Charlie Hebdo en el futuro, como la portada de Cavanna titulada Las aventuras del peque?o Jes¨²s, donde puede verse a Cristo clavado en la cruz por las orejas. En el repaso hist¨®rico no faltan ejemplares emblem¨¢ticos como el de la llegada del hombre a la Luna o portadas alusivas al final de la dictadura de Franco, aunque pocos temas, con la salvedad del sexo, llegan a ser tan recurrentes en la revista como la cuesti¨®n religiosa.
¡°Las religiones no son un discurso neutro, no es algo que est¨¦ al margen, tienen una vocaci¨®n de injerencia en nuestras vidas. El humor y la blasfemia no son un ataque, si no una defensa frente a la injerencia de la religi¨®n. Me inquieta que se hable de Charlie Hebdo como si fuera una revista especializada en ofender a las religiones. Yo no creo que las religiones merezcan un respeto mientras ellas no nos lo tengan a nosotros como individuos librepensantes¡±, reflexiona el guionista Antonio Altarriba, un cl¨¢sico de Angulema, que todav¨ªa recuerda la humildad de las primeras ediciones y que poco podr¨ªa aventurar que acabar¨ªa convertido, junto al dibujante Keko, en el primer espa?ol en recibir el Gran Premio de la Cr¨ªtica, que le entregaron el jueves por el ¨¢lbum Yo, asesino.
Altarriba y Keko tambi¨¦n acudieron ayer a los Estados Generales del C¨®mic, una suerte de asamblea fundacional de la profesi¨®n que pretende sacar a los autores de cierta postraci¨®n laboral. En Francia se publican entre 5.000 y 6.000 t¨ªtulos al a?o, una cifra que ha crecido en los ¨²ltimos tiempos sin que el volumen de negocio (entre 400 y 500 millones de euros anuales) se haya incrementado proporcionalmente. ¡°Es cada vez m¨¢s dif¨ªcil vivir del c¨®mic¡±, se?ala Karim Rimka, un historietista de Toulouse, reconvertido en profesor. El creador es la parte m¨¢s d¨¦bil del negocio, que apenas se embolsa el 10% de un c¨®mic frente al 40% de las librer¨ªas, el 30% de las editoriales o el 15% de los impresores (el resto es IVA). Un comit¨¦ en el que participan soci¨®logos, economistas e historiadores elaborar¨¢ un estudio sobre la situaci¨®n de los autores de c¨®mic en Francia para plantear reformas para mejorar su situaci¨®n, incluido el aumento de sus ingresos por derechos de autor.
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