Vizinczey y Andr¨¦s Vicente G¨®mez, una d¨¦cada de peleas judiciales
El escritor reclama al productor los 270.000 euros que el juez le conden¨® a pagarle
Durante casi una d¨¦cada, el escritor h¨²ngaro Stephen Vizinczey y el productor Andr¨¦s Vicente G¨®mez han estado batallando judicialmente en Espa?a. El motivo, la edici¨®n en Norteam¨¦rica de la pel¨ªcula En brazos de la mujer madura (1997), opci¨®n para la que no pose¨ªa derechos G¨®mez ¨Cel mismo productor lo confirma y defiende que no tiene nada que ver con que haya aparecido en aquel mercado en v¨ªdeo la pel¨ªcula con subt¨ªtulos en ingl¨¦s- y por la que la Audiencia Provincial le conden¨® en marzo de 2014.
Esta ma?ana, los representantes del autor, de 81 a?os, han vuelto a explicar su frustraci¨®n por lo que, aseguran, es otro contratiempo ininteligible. El 3 de marzo de 2014, la Audiencia Provincial de Barcelona fall¨® a favor del escritor y conden¨® al productor a pagarle 310.000 d¨®lares (unos 270.000 euros). Como G¨®mez y sus socios no apelaron al Tribunal Supremo en el plazo establecido de 20 d¨ªas, el abogado de Vizinczey les inform¨® de que la sentencia era definitiva y que la Audiencia Provincial la confirmar¨ªa en pocos d¨ªas. "Desde ese momento", asegura por el escrito el autor, "han pasado diez meses y no he tenido noticias. La sentencia final, que por rutina deb¨ªa enviarse al Juzgado de lo Mercantil a los pocos d¨ªas, a¨²n no ha sido remitida para poder cobrar el dinero que se me debe. Las cartas certificadas que he enviado a la Secretar¨ªa Judicial de la Audiencia Provincial de Barcelona no son aceptadas. Todas mis peticiones de informaci¨®n est¨¢n siendo ignoradas. Este no es m¨¢s que el ¨²ltimo ejemplo de una pesadilla de siete a?os que est¨¢ bien documentada en los archivos¡±.
Desde Dubai, Andr¨¦s Vicente G¨®mez explica por tel¨¦fono que ¡°son tonter¨ªas de un tipo que solo tuvo un ¨¦xito literario y ha querido exprimirlo¡±. ¡°Yo no he perdido todos los juicios que ¨¦l dice, eso primero; despu¨¦s, la empresa hace tiempo que dej¨® de ser de mi propiedad. Hubo un momento en que me embargaron, s¨ª, pero todo qued¨® aclarado y hoy lo ¨²nico que busca es publicidad¡±.
Hace unos meses, este periodista habl¨® por tel¨¦fono con Vizinczey. ¡°Creo que Manuel Lombardero es un director brillante, que el gui¨®n de Rafael Azcona es excelente y que la mayor¨ªa de las interpretaciones son sensacionales. Pero he tenido muy mala suerte con las adaptaciones en el cine¡±. Desde su casa de Londres, su voz sonaba cansada. El escritor h¨²ngaro reconoc¨ªa su estado: ¡°Llevo a?os perdidos, en los que mi enfado no me dej¨® crear¡±.
En diciembre de 1996 el h¨²ngaro firm¨® un contrato con Lola Films S. A., en concreto con su administrador, Andr¨¦s Vicente G¨®mez ¡ª¡°Quiero que quede claro que yo s¨®lo negoci¨¦ con Andr¨¦s Vicente, ¨¦l cerr¨® las condiciones del contrato y cualquier aspecto relacionado con el mismo deb¨ªa estar aprobado por ¨¦l¡±¡ª para adaptar su novela m¨¢s conocida (m¨¢s de cuatro millones de ejemplares vendidos por todo el mundo) al cine. Dirigida por Manuel Lombardero, y con gui¨®n de Azcona, las aventuras amorosas del h¨²ngaro Andr¨¢s Vajda, un joven cuya iniciaci¨®n sexual corre a cargo de una cuarentona en el periodo comprendido entre la Segunda Guerra Mundial y el levantamiento h¨²ngaro de 1956 contra el ej¨¦rcito sovi¨¦tico, se desarrollaban en el filme En brazos de la mujer madura, de 1997, en la Espa?a posterior a la guerra civil y con Juan Diego Botto dando vida a Andr¨¦s. En aquel contrato, Vizinczey solo ced¨ªa los derechos de producir y explotar la pel¨ªcula ¡°en pa¨ªses cuya lengua materna o el primer idioma extranjero no fuera el ingl¨¦s¡±; m¨¢s a¨²n, el escritor se quedaba ¡°el derecho a producir versi¨®n alguna en ingl¨¦s de dicha pel¨ªcula, tanto doblada como subtitulada, en ning¨²n soporte ni formato¡±. Se hace una excepci¨®n: los pocos di¨¢logos ¡ªen ingl¨¦s¡ª que tiene en el filme Faye Dunaway. Adem¨¢s, entre otros apartados, quedaba estipulado que aparecer¨ªa su nombre y el t¨ªtulo de la novela en todos los embalajes en los que se distribuyera la pel¨ªcula (v¨ªdeos ¡ªera 1996¡ª, discos¡). En caso de incumplimiento de las cl¨¢usulas, se determinaban diversas cantidades en d¨®lares. Seg¨²n la versi¨®n del h¨²ngaro, ¡°ya hab¨ªa tenido problemas con Andr¨¦s Vicente, porque en 1994 transform¨® esos derechos limitados en ilimitados, y cuando el juzgado mercantil embarg¨® el filme semanas antes de su lanzamiento, vino a Londres a redactar los t¨¦rminos de un nuevo contrato conmigo¡±.
La novela ya hab¨ªa tenido una adaptaci¨®n canadiense en 1978 con Tom Berenger como protagonista. ¡°Por eso hablo de mi mala suerte¡±, bromeaba Vizinczey. Y desde Canad¨¢, en concreto desde Toronto, en 2006 un amigo le llam¨®. ¡°Fue una gran casualidad. Descubri¨® en un videoclub un filme con el nombre de mi novela, aunque yo no aparec¨ªa mencionado en la car¨¢tula, y me telefone¨® para preguntarme si ten¨ªa algo que ver conmigo¡±. Era la versi¨®n espa?ola de su libro. G¨®mez asegura hoy por tel¨¦fono que no tiene nada que ver con que alguien haya decidido editar la pel¨ªcula all¨ª. ¡°M¨¢s a¨²n, no est¨¢ doblada al ingl¨¦s, sino que apareci¨® con subt¨ªtulos, lo cual incluso no me quitar¨ªa la raz¨®n. Es incre¨ªble que este difamador siga a¨²n metiendo ruido¡±. En el comunicado de esta ma?ana ¨Ceste peri¨®dico ha intentado infructuosamente recabar de nuevo la opini¨®n del autor- Vizinczey apunta: ¡°Sigo sin haber recibido un solo c¨¦ntimo. Alg¨²n funcionario de la Audiencia Provincial est¨¢ reteniendo la sentencia, y a pesar de que G¨®mez y sus socios han agotado todas las v¨ªas, a¨²n pueden robarme¡±.
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