Ferlosio sigue echando chispas
El autor de ¡®El Jarama¡¯ re¨²ne por vez primera todos sus pecios y reedita su narrativa
¡°Lo m¨¢s sospechoso de las soluciones es que se las encuentra siempre que se quiere¡±. Con este aforismo abr¨ªa Rafael S¨¢nchez Ferlosio (Roma, 1927) su libro Vendr¨¢n m¨¢s a?os malos y nos har¨¢n m¨¢s ciegos, que al a?o siguiente, 1994, obtuvo el Premio Nacional de Literatura. Desde entonces, el escritor no ha dejado de salpicar sus ensayos y colaboraciones en prensa con sentencias a las que ¨¦l prefiere llamar como a los restos de un naufragio: pecios. Tanto los que formaron aquel volumen inaugural como los incluidos en 2002 en La hija de la guerra y la madre de la patria o los publicados en EL PA?S y Abc quedar¨¢n reunidos el pr¨®ximo 9 de abril en Campo de retamas. El volumen se completa adem¨¢s con una treintena de in¨¦ditos y varios env¨ªos a la secci¨®n de Cartas al Director de este peri¨®dico. Aproximadamente un 40% del total no se hab¨ªa recogido antes en libro.
Con la aparici¨®n de ese tomo de 224 p¨¢ginas, Ferlosio cambia Destino ¡ªsu editorial desde que ganara el premio Nadal de 1955¡ª por Random House. El nuevo lanzamiento ir¨¢ adem¨¢s acompa?ado por la recuperaci¨®n en Debolsillo ¡ªsello del mismo grupo¡ª de sus tres novelas: Industrias y andanzas de Alfanhu¨ª, El Jarama y El testimonio de Yarfoz. Debolsillo ser¨¢ tambi¨¦n la que publique en oto?o los cuentos completos del premio Cervantes de 2004. La operaci¨®n Ferlosio culminar¨¢ el a?o que viene con sus ensayos reunidos.
Ignacio Echevarr¨ªa, responsable de esta revisi¨®n general, explica que Campo de retamas se abre con los pecios in¨¦ditos y se cierra con los ya publicados, eso s¨ª, debidamente expurgados: los que no han superado ¡°la barrera del pudor¡± no se reeditan. Ferlosio, cuenta el cr¨ªtico, trabaja ¡°reformulando cada idea, cada frase; m¨¢s que una obra de orfebrer¨ªa, el resultado es un canto rodado pulido y repulido¡±.
Mientras culmina el trabajo sobre iconograf¨ªa femenina que adelant¨® el a?o pasado la revista El estado mental, las citadas recuperaciones supondr¨¢n una nueva vida para la escurridiza obra de alguien que se ha pasado d¨¦cadas huyendo del, en sus propias palabras, ¡°grotesco papel¨®n de literato¡± que se le vino encima con el ¨¦xito de El Jarama. Armado con la Teor¨ªa del lenguaje de Karl B¨¹hler, se retir¨® a estudiar gram¨¢tica durante 15 a?os. Que no dej¨® de escribir lo demostr¨® su reaparici¨®n en 1986 con tres libros nuevos: Campo de Marte, Mientras no cambien los dioses, nada ha cambiado y El testimonio de Yarfoz.
Comprimidos para degustar
"Naturaleza y civilizaci¨®n¡Pero, decidme: ?qu¨¦ es m¨¢s naturaleza: un le¨®n persiguiendo a un ant¨ªlope en el Parque Nacional de Tanganika o un gato persiguiendo a una rata bajo la luz de los faroles junto a la interminable pared del matadero?".
"Tener ideolog¨ªa es no tener ideas. ?stas no son como las cerezas, sino que vienen sueltas, hasta el punto de que una misma persona puede juntar varias que se hallan en conflicto unas con otras. Las ideolog¨ªas son, en cambio, como paquetes de ideas preestablecidos, conjuntos de tics fision¨®micamente coherentes, como rasgos clasificatorios que se copertenecen en una taxonom¨ªa o tipolog¨ªa personal socialmente congelada".
Never more: "Decir que el tiempo todo lo cura vale tanto como decir que todo lo traiciona. ?Sabr¨¦ sobrevivir sin traicionar?"
Alonsanf¨¢n: "La verdad de la patria la cantan los himnos: todas son canciones de guerra".
Paisaje para Demetria: "Por el lomo de la alta pared del huerto coronada con cascotes de botella ven¨ªa andando esta tarde un gatito, sin cortarse".
Ortegajos: 'El proyecto vital': "Mundo feliz aquel en que los ni?os no entendiesen ni aun remotamente la pregunta capital del verdadero corruptor de menores: 'Y t¨², ?qu¨¦ quieres ser de mayor?".
Fue tras recoger en dos tomazos sus ensayos y art¨ªculos, cuando el campe¨®n de la frase subordinada ¡ªla famosa hipotaxis¡ª se revel¨® con Vendr¨¢n m¨¢s a?os malos... como un maestro del pensamiento breve. ¡°Ferlosio en comprimidos¡±, lo llam¨® Fernando Savater en un legendario monogr¨¢fico de la revista Archipi¨¦lago. Savater recuerda aquella ocurrencia de 1997 y se sigue declarando devoto de los chispazos del autor deEl alma y la verg¨¹enza: ¡°Su pensar a la contra est¨¢ m¨¢s logrado en los pecios porque el argumento se debilita cuando tiene que recorrer todos los meandros del razonamiento. Los pecios y las hipotaxis son dos formas distintas de expresar un pensamiento similar, pero lo breve nos convence por su rotundidad¡±. Para el fil¨®sofo y escritor donostiarra, los autores de aforismos suelen moverse ¡°entre lo reflexivo y lo festivo¡± y Ferlosio est¨¢ entre los primeros: ¡°Sus sentencias son razonamientos condensados, como esos insectos atrapados en ¨¢mbar durante milenios y cuyo ADN nos permite reconstruir un dinosaurio¡±.
A la hora de buscar familia literaria a fragmentos que pueden ser epigramas, fogonazos, metralla o microrrelatos, el novelista Gonzalo Hidalgo Bayal ¡ªautor de Camino de Jot¨¢n, un ensayo de referencia sobre la ¡°raz¨®n narrativa¡± de S¨¢nchez Ferlosio¡ª evoca el Juan de Mairena de Antonio Machado pero matiza: ¡°Los pecios de Ferlosio son... ferlosianos. Est¨¢n escritos como si partiera de cero, del vac¨ªo. Tengo la impresi¨®n de que el poco aprecio que ¨¦l tiene por El Jarama viene precisamente de que no parti¨® de cero sino de lo que se escrib¨ªa en la ¨¦poca, lo que escrib¨ªan los amigos... No s¨¦ si alguna vez fueron restos del naufragio, pero ya tienen categor¨ªa de g¨¦nero en s¨ª mismos¡±.
Los pecios son adem¨¢s el lado m¨¢s personal de la obra de un autor al¨¦rgico a la exhibici¨®n autobiogr¨¢fica sin renunciar a un lirismo ¨¢cido: ¡°Los d¨ªas felices los pone all¨ª el recuerdo. Por eso son tan tristes¡±. Son un ¡°autorretrato sumergido¡±, apunta Echevarr¨ªa. Atravesados por un sentido del humor que contradice su fama de hura?o ¡ª¡°Ladro pero no muerdo¡±¡ª, son tambi¨¦n la esencia de un pensamiento surgido de la sospecha de que ¡°tener ideolog¨ªa no es tener ideas¡± y de la voluntad de socavar los t¨®picos de la Historia, el lenguaje o la autoridad: ¡°La voz m¨¢s pobre se hace siempre la m¨¢s autoritaria; no consiguiendo ya ser entendida, tiene que resignarse a no ser m¨¢s que obedecida¡±.
Y donde dice autoridad vale decir argumento de autoridad, empezando por el que echa chispas. As¨ª arranca el fragmento titulado Ojo conmigo: ¡°Desconf¨ªen siempre de un autor de ¡®pecios¡¯. Aun sin quererlo, le es f¨¢cil estafar, porque los textos de una sola frase son los que m¨¢s se prestan a ese fraude de la ¡®profundidad¡¯, fetiche de los necios, siempre ¨¢vidos de asentir con reverencia a cualquier sentenciosa lapidariedad vac¨ªa de sentido pero habilidosamente elaborada con palabras de charol¡±. Ojo, pues, con Ferlosio.
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