Una ¨®pera con duende ¡°para cambiarte la vida¡±
El Teatro Real presenta ¡®El p¨²blico¡¯, la fantas¨ªa l¨ªrica de Mauricio Sotelo sobre lienzo surrealista de Lorca
¡°Hay una convicci¨®n dentro de El p¨²blico de que el arte puede cambiar la vida. Es el concepto del surrealismo que impregna la obra de no hacer arte, sino hacer realidad¡±. Andr¨¦s Ib¨¢?ez intenta explicar lo inexplicable, una obra de Lorca tan misteriosa como filos¨®fica que le ha llevado a?os convertir en libreto de ¨®pera. ¡°Hay muchas cosas de El p¨²blico que, a d¨ªa de hoy y despu¨¦s de a?os de trabajo, no entiendo¡±, cuenta el libretista. Aun as¨ª, en las caras del equipo que est¨¢ dando vida a este estreno absoluto del Teatro Real, se perfila la satisfacci¨®n. El d¨ªa 24 ser¨¢n los mel¨®manos los que den el veredicto sobre la producci¨®n en la gran noche del debut.
Este teatro imposible de Lorca, irrepresentable seg¨²n muchos, fue la chispa que encendi¨® la cabeza de Gerard Mortier para asumir el reto de llevarla a las tablas, y en forma de ¨®pera nada menos. La obra teatral es un borrador, el poeta de Granada no lleg¨® a terminarla, y por eso no se someti¨® a la obsesi¨®n perfeccionista del dramaturgo y se conserva desnuda y brutal. ¡°El propio Federico dec¨ªa que es una obra para ser silbada, que no basta la palabra para entenderla¡±, dice Mauricio Sotelo. Y por ello la m¨²sica que se desprende de la obra le ha servido para so?ar ¨Ccuando est¨¢ dormido, dice el compositor que en su cabeza se dibujan armon¨ªas y colores-, y dibujar las l¨ªneas de una ¨®pera quiz¨¢ mestiza que a¨²na el flamenco con la m¨²sica contempor¨¢nea.
El flamenco se a¨²na con la m¨²sica contempor¨¢nea
Este flamenco queda representado en la ¨®pera por la personalidad arrolladora de tres caballos: Arc¨¢ngel, Jes¨²s M¨¦ndez y Rub¨¦n Olmo. Cantaores los dos primeros y bailaor el tercero, representan para Sotelo ¡°las ra¨ªces oscuras en el coraz¨®n del misterio de El p¨²blico¡±. Pero son caballos domados por la m¨²sica, con sus l¨ªneas flamencas escritas por el propio Sotelo hasta la ¨²ltima cadencia, lo que ha hecho a los flamencos estudiar durante meses la partitura, ajust¨¢ndose a la dulce c¨¢rcel de cinco l¨ªneas y cuatro espacios de un pentagrama. Lo mismo le ha sucedido al percusionista Agust¨ªn Diassera y a Ca?izares, el guitarrista que siembra el rasgueo en los cantes y que admite la dificultad de tener que adaptarse a los ritmos de la obra y casar ambos territorios: ¡°Para m¨ª es muy importante el di¨¢logo que se produce en el escenario, porque estamos entreverando dos mundos, el de la m¨²sica contempor¨¢nea y el del flamenco¡±. Del lado l¨ªrico, un grupo de cantantes internacional se dar¨¢ cita en el escenario con los bar¨ªtonos Jos¨¦ Antonio L¨®pez y Thomas Tatzl a la cabeza.
Este coloquio mestizo no es nuevo en la m¨²sica. Como recuerda el propio Pablo Heras-Casado, que llevar¨¢ la batuta que gobierne al ensemble contempor¨¢neo Klangforum de Viena en el foso, ¡°esto ya lo hizo Falla, subiendo a los escenarios cl¨¢sicos a esa alta cultura espa?ola que es el flamenco¡±. Director nacido en la ladera jonda del Albaic¨ªn, Heras-Casado ejerce de director de ceremonias a los mandos de ¡°la maquinaria perfecta¡±, como llama al conjunto austriaco ¨Cdice Sotelo que el joven director trabaja con ¡°ese duende que exig¨ªa Federico¡±-. ¡°Creo que esta ¨®pera supone una oportunidad hist¨®rica para crear o quiz¨¢ recrear un g¨¦nero de ¨®pera espa?ola que es mucho m¨¢s que eso, es universal¡±, cuenta el director. Un estreno absoluto en el que ¡°cientos de personas¡± han coordinado un trabajo monumental que podr¨¢ o¨ªrse por los 35 altavoces instalados por los rincones de la sala. Para capitanear la escena, la mano derecha de Peter Sellars, Robert Castro; y para dise?ar los escenarios, el talento del escultor y pintor Alexander Polzin, que navega en las aguas de Poeta en Nueva York y que ha dise?ado nueve telones pintados de gran tama?o que sirven para ilustrar el biombo lorquiano, que es la puerta a todos los mundos posibles en la obra del poeta. ¡°Me siento como un infiltrado dentro del mundo de la ¨®pera. Pero s¨¦ que este arte tiene que probar continuamente que es necesario, y El p¨²blico es una propuesta ideal para apostar por ello¡±, explica.
Las m¨¢scaras y los espejos se alternan en el escenario, todo es complejo y cuestionado, y el gran teatro del mundo, aquel que ya present¨® Calder¨®n de la Barca, sigue tan vigente como entonces. Como dec¨ªa Ib¨¢?ez la semana pasada en la Residencia de Estudiantes, da igual las m¨¢scaras que el ser humano se quite, siempre hay un antifaz m¨¢s, otro prisma que desdibuja la luz de una personalidad compleja. Entre esas m¨¢scaras, desfilar¨¢n por el escenario una treintena de personajes en una obra que seg¨²n Ib¨¢?ez ¡°trata de la homosexualidad, pero no solo de eso, tambi¨¦n del teatro; el arte como b¨²squeda en el propio arte y en uno mismo¡±.
Babelia
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