¡®Birdman¡¯: el montaje del director

Aviso al lector: en este art¨ªculo se cuenta el final de la pel¨ªcula Birdman.

Ayer mismo, en el taller de escritura, un alumno trajo a la conversaci¨®n Birdman, la pel¨ªcula de I?¨¢rritu premiada en la reciente gala de los Oscar con cuatro estatuillas. La mayor¨ªa est¨¢bamos de acuerdo en que se trataba de un relato feroz, construido en el l¨ªmite de la identidad, en el de la verosimilitud, en el del desconcierto (aunque tambi¨¦n en el del esclarecimiento). Tomo est¨¢s ¨²ltimas categor¨ªas, desconcierto y esclarecimiento, del libro de Freud, El chiste y su relaci¨®n con el inconsciente, donde afirma que todo chiste est¨¢ compuesto de estas dos zonas. El desconcierto se produce en el arranque (?a qu¨¦ viene esto, ad¨®nde va, por qu¨¦ este tipo me lo cuenta, incluso cu¨¢nto le han pagado por cont¨¢rmelo?), y el esclarecimiento aparece en la segunda parte, cuando la historia se cierra sobre s¨ª misma y brota la risa, producto de esa ¡°espera decepcionada¡±, seg¨²n la genial definici¨®n de Bergson sobre el humor y que resulta muy pertinente tambi¨¦n para la literatura. El chiste y la literatura nos gustan porque nos ¡°decepcionan¡± en el mejor sentido de la palabra, es decir, porque no recorren caminos previsibles. Otra cuesti¨®n, enormemente misteriosa, es que la zona del esclarecimiento se encuentre siempre oculta en la del desconcierto. Pero eso no lo averiguamos hasta el final. Una espera decepcionada. B¨¢rbaro.

Pues bien, como ya se?al¨¢bamos al principio, la mayor¨ªa de la clase estaba de acuerdo en que Birdman era una anomal¨ªa narrativa. Toda obra art¨ªstica deber¨ªa ser anormal, tal es su primera obligaci¨®n, pero dada la existencia de pel¨ªculas y novelas normales, nos permitimos aplicar la categor¨ªa de raro al film del cineasta mexicano. Raro, porque la maquinaria narrativa est¨¢ forzada al l¨ªmite como el motor de un coche de F¨®rmula 1; raro, porque el modo formal de acometer el proyecto (el tan comentado plano secuencia) se sale de los cauces habituales; raro, porque los problemas existenciales de los personajes, aun representando a los de la mayor¨ªa de la gente, no son habituales. Raro, sobre todo, porque los materiales de que est¨¢ compuesto el artefacto se necesitan entre s¨ª con desesperaci¨®n. Eso es lo que hace perfecto a un relato: su calidad de estructura, entendiendo por tal un conjunto de elementos interdependientes en el que no puedes mover uno de esos elementos sin afectar al resto.

Pero he aqu¨ª que el d¨ªa anterior hab¨ªamos hablado en la clase del punto de vista, esa instancia o espacio desde el que se cuenta una historia y que podr¨ªamos simbolizar con el emplazamiento de c¨¢mara, siempre y cuando aceptemos que ese emplazamiento f¨ªsico es, o deber¨ªa ser, la met¨¢fora de un emplazamiento moral (dec¨ªa Godard que el travelling era una decisi¨®n de orden moral). De eso hab¨ªa ido la clase anterior a esta en la que apareci¨® Birdman, del punto de vista, que, por su complejidad, provoc¨® intervenciones muy sugestivas. Entonces, despu¨¦s de haberle buscado con entusiasmo todas sus virtudes al filme de I?¨¢rritu, una de las alumnas intervino para se?alar que si bien estaba de acuerdo con el resto de la clase en que Birdman era, por decirlo r¨¢pido, una obra maestra, ¡°la cagaba¡± al final, con la secuencia en que la hija del protagonista, asomada a la ventana por la que el personaje acaba de arrojarse, lo ve volar en vez de descubrirlo aplastado en el suelo de la calle.

En efecto, tuvimos que aceptar que I?¨¢rritu, en palabras de la alumna, ¡°la caga¡± porque el punto de vista sobre el que hab¨ªa trabajado durante toda la pel¨ªcula implicaba que tanto la telequinesia del personaje como su capacidad para volar eran delirios que correspond¨ªan a episodios psic¨®ticos. Al objetivar esos delirios, otorg¨¢ndoles la calidad de real, destruye todo el edificio anterior, quiz¨¢ para dotar al film de un falso happy end. Esta interesante discusi¨®n nos condujo a las siguientes preguntas: ?Ese final sali¨® de la cabeza de I?¨¢rritu o de la del productor, que quiz¨¢ por contrato se hab¨ªa arrogado la decisi¨®n ¨²ltima sobre el montaje? ?Veremos dentro de unos a?os ¡°Birdman, el montaje del director¡±, con un final distinto y coherente con el punto de vista de la pel¨ªcula igual que vimos en su d¨ªa un final distinto de Blade Runner, donde el personaje encarnado por Harrison Ford era, como indicaba la l¨®gica interna del relato, un replicante? He ah¨ª la cuesti¨®n. O las cuestiones.