La hermosa gente
Dos estupendas funciones en Barcelona: 'L¡¯art de la com¨¨dia', de De Filippo, dirigida y protagonizada por Llu¨ªs Homar, y 'Somni americ¨¤', bajo la direcci¨®n de Oriol Tarras¨®n
1.¡°Siempre me coloco el bigote de Macbeth un poco torcido (yo hago Macbeth con bigote) porque en teatro la verdad suprema es la suprema ficci¨®n¡±, dice Oreste Campese, alter ego de Eduardo de Filippo, en la suculenta po¨¦tica que sirve de pr¨®logo a El arte de la comedia. Singular¨ªsima pieza, empezando por su estructura. La primera parte, un di¨¢logo casi brechtiano sobre las dif¨ªciles relaciones entre teatro y poder, enfrenta al sabio Campese, director de una compa?¨ªa de c¨®micos ambulantes, y el pomposo prefecto De Caro, que les trata como vulgares titiriteros. De repente, Campese le desaf¨ªa a reconocer el talento de sus actores: se los enviar¨¢, disfrazados, a su despacho, y el jerarca deber¨¢ averiguar si son personas ¡°reales¡± o personajes interpretados. A partir de esa premisa, tan sencilla como brillante, De Caro cae en la trampa y, golpe maestro, nosotros tambi¨¦n, pues vamos a contagiarnos de su punto de vista: cualquiera puede formar parte de la presunta conspiraci¨®n, aunque el asunto tiene m¨¢s vuelo, filos¨®fico y humano, que el eterno conflicto entre realidad y representaci¨®n, como se ver¨¢ al final. Y, como en todo el teatro de De Filippo, las negruras del alma y el dolor de los humildes laten y se desbordan bajo las hechuras de la farsa.
Jordi Mesalles estren¨® en catal¨¢n esta funci¨®n, a la que acudi¨® la viuda de Eduardo, en el SAT de Barcelona, en 1992, con Joan Anguera y Jordi Banacolocha en los roles principales. En 2010, La Abad¨ªa celebr¨® sus 15 a?os de vida con una puesta, en castellano, igualmente estupenda, de Carles Alfaro, con Carles Benavent y Pedro Casablanc. Ahora la protagoniza y dirige Llu¨ªs Homar en el TNC, en versi¨®n catalana de Xavier Albert¨ª. Rebosante de naturalidad y poder¨ªo esc¨¦nico, Homar encabeza el cartel, dirige con mano maestra a un formidable reparto, y hace filigranas (mostrar el env¨¦s de los decorados y de la funci¨®n misma sin desvelar sus secretos) para ocupar el enorme espacio del TNC, aunque tal vez le hubiera convenido m¨¢s la sala peque?a. Su Campese gobierna durante el primer acto y en la reaparici¨®n ¨²ltima, pero el verdadero protagonista acaba siendo el atribulado De Caro. Pedro Casablanc hac¨ªa en La Abad¨ªa una creaci¨®n antol¨®gica del prefecto, y Joan Carreras borda tambi¨¦n la creciente paranoia del personaje, que percibe como exageraciones actorales los tormentos de cada visitante. Es un trabajo lleno de sutiles matices de gesto y escucha, que me record¨® la faceta ¨¢spera y mal¨¦vola (teatralmente hablando, se entiende) de Jos¨¦ Mar¨ªa Momp¨ªn. Excelente tambi¨¦n la controlad¨ªsima composici¨®n c¨®mica de Llu¨ªs Villanueva, un secretario Franci a caballo entre Ovidi Montllor y Carlos Areces, y el dibujo del padre Salvati, mitad cura carlist¨®n y mitad Don Camilo de Guareschi, a cargo de Andreu Benito. Impecables Pau Vinyals (el guardia), Vict¨°ria Pag¨¨s (Palmira y la campesina), Roger Casamajor (el doctor Bassetti), Eduard Muntada (el campesino), Oscar Valsecchi (el farmac¨¦utico Pica), Quimet Pla (el sacrist¨¢n) y Mar Ulldemolins, quiz¨¢s un punto (solo un punto) excesiva como Lucia Petrella, el personaje m¨¢s alucinado y melodram¨¢tico de la historia. A destacar, igualmente, la imaginativa escenograf¨ªa de Lluc Castells y Jos¨¦ Novoa. No se pierdan L¡¯art de la com¨¨dia, una joya did¨¢ctica tan popular como sofisticada.
2. La semana pasada les hablaba de Somni americ¨¤, ambicioso mosaico de autores estadounidenses de los a?os treinta y cuarenta engarzado y montado por Oriol Tarras¨®n en el Lliure de Gr¨¤cia. Hay pasajes de teatro (Williams, Miller, O¡¯Neill), novela (Erskine Caldwell, Steinbeck, Ben Reitman) o cine (Vidas rebeldes, de Miller), pero el guiso me devuelve sobre todo el lejano aroma de William Saroyan, una de mis pasiones adolescentes: el Saroyan ingenuo y apasionado de La comedia humana, Mi nombre es Aram o Mi coraz¨®n est¨¢ en las monta?as.
¡®Somni americ¨¤¡¯ es una obra de peque?as historias, encuentros fugaces, gentes que abren su alma
Espect¨¢culo con altibajos (cosa l¨®gica, al juntar tantos fragmentos) y grandes dosis de belleza y emoci¨®n, que hace pensar en una versi¨®n minimalista (y, lo m¨¢s importante, esperanzada) de Llega el hombre de hielo, de O¡¯Neill, o Aviso para embarcaciones peque?as, de Williams: un grupo de perdedores al calor del Nick Nelson¡¯s Market, un peque?o refugio amenazado por la piqueta, en mitad de ninguna parte. Voces lejanas, m¨¢s vivas que nunca. Voces de la Depresi¨®n y la posguerra americana que parecen de aqu¨ª y de ahora, a cargo de 11 entregados actores y actrices, fruto de la fusi¨®n entre la joven compa?¨ªa del Lliure y Les Antonietes, la banda de Tarras¨®n. Peque?as historias, encuentros fugaces, gentes que abren su alma. Kit (Pep Ambr¨°s Munn¨¦), un vagabundo hijo de Whitman y Kerouac, predica la salvaci¨®n; Nick (Arnau Puig), el amo del supermercado, masculla sobre las mentiras de los escritores; Harry (Laura Aubert, funny girl), una Gelsomina violinista, quiere hacer re¨ªr a la gente ¡°para que vuelvan a ser felices¡±. Paula Blanco es Kitty, una muchacha a la deriva que fabula (o no) sobre un pasado esplendoroso. Pol L¨®pez es Tom, un coraz¨®n de oro que buscar¨¢ trabajo donde sea para conseguir el amor de Kitty. Annabel Castan es Blanche, la mism¨ªsima (?o no?) se?orita Dubois, perdida en el desierto. Mima Riera es Mary L. Smith, que pronuncia, sin alterarse, el alegato m¨¢s l¨²cido y revolucionario de la velada. Javier Beltr¨¢n es Dudley, un soldado que amenaza con tirarse a la v¨ªa del tren si Elsa no se casa con ¨¦l. Mireia Illamola es Elsa, una enfermera que llega al rescate y contempla el mundo con ojos realistas y una compasi¨®n infinita. Y en el centro de la noche est¨¢n Joe (David Verdaguer), borracho y fil¨®sofo, dispuesto a ayudar a todo el mundo con un consejo o una llamada a tiempo, y su escudero Will (Bernat Quintana), repartidor de peri¨®dicos, siempre acompa?ado por un perro invisible llamado Tennessee. Hermosa gente, como dir¨ªa pap¨¢ Saroyan. Tan hermosa como Campese y sus c¨®micos, o como los azacaneados visitantes del prefecto De Caro.
Cuando lean estas l¨ªneas habr¨¦ visto en Londres tres espect¨¢culos que me apetec¨ªan mucho: 1) The Hard Problem en el National Theater: el retorno de Tom Stoppard, que no estrenaba nada desde Rock¡¯n¡¯Roll (2006); 2) Panorama desde el puente, de Miller, el primer montaje brit¨¢nico del gran Ivo Van Hove, el director de Toneelgrop, que pasa del Young Vic al Windham¡¯s (West End), y 3) The Nether, de la americana Jennifer Haley: ¨¦xito en el Royal Court y salto al Duke of York. Ya se lo ir¨¦ contando.
L¡¯art de la com¨¨dia. De Eduardo de Filippo. Direcci¨®n: Llu¨ªs Homar. Int¨¦rpretes: Andreu Benito, Joan Carreras, Roger Casamajor, Eduard Muntada, Vict¨°ria Pag¨¦s, Quimet Pla y Llu¨ªs Homar, entre otros. Teatre Nacional de Catalunya. Barcelona. Hasta el 12 de abril.
Somni americ¨¤. Direcci¨®n: Oriol Tarras¨®n. A partir de textos de Erskine Caldwell, Woody Guthrie, Arthur Miller, Eugene O¡¯Neill, Ben Reitman, William Saroyan, John Steinbeck y Tennessee Williams. Int¨¦rpretes: Pep Ambr¨®s, Laura Aubert, Paula Blanco, Javier Beltr¨¢n, Annabel Castan, Mireia Illamola, Pol L¨®pez, Arnau Puig, Bernat Quintana, Mima Riera, David Verdaguer.Teatre Lliure, Barcelona. Hasta el 1 de marzo.
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