Colin Firth, ep¨ªtome del ingl¨¦s
El actor encarna a un esp¨ªa de una sociedad secreta en ¡®Kingsman¡¯
A los 54 a?os, James Bond. O casi. A esta edad, Colin Firth ha encarado su primer personaje de acci¨®n, con saltos y cabriolas ¡ªno, los bailes de Mamma mia! no cuentan¡ª en Kingsman: servicio secreto, versi¨®n de Matthew Vaughn de un c¨®mic de Mark Millar estrenada el pasado viernes.
A Firth le ha tocado encarnar al miembro de una organizaci¨®n clandestina de esp¨ªas que ser¨¢ el pigmalion de un joven recluta. A mitad de la pel¨ªcula, un filme de aventuras m¨¢s cercano a la diversi¨®n proporcionada por las vi?etas que a la solemne seriedad dada a la acci¨®n de creadores como Christopher Nolan, a ese maestro le ocurre algo que a Firth le dej¨® a sorprendido en la primera lectura del guion, y que parece no enfad¨® al ganador del Oscar por El discurso del rey. ¡°Sin revelar ese giro argumental a los espectadores dir¨¦ que rele¨ª de nuevo el guion pensando que se me hab¨ªa escapado algo. Que no pod¨ªa ser lo que le pasaba a mi personaje. Y no, estaba bien, lo cual hace que a¨²n admire m¨¢s a Matthew como guionista¡±.
El actor ¡ªtez p¨¢lida en la cara, piel lechosa en el pecho seg¨²n se entrev¨¦ por la botonadura de su camisa, tonos que se contradicen aparentemente con su vida en Italia, donde reside parte del a?o¡ª encarna al estereotipo del ingl¨¦s: hace cuarenta a?os lo hubiera interpretado Michael Caine, que es quien en esta comedia da vida al jefe de los kingsman. ¡°De joven me interesaban mucho las pel¨ªculas de su personaje Harry Palmer. Pero me sorprendi¨® mucho que me llamaran para este proyecto. Si nunca me hab¨ªan ofrecido nada parecido en 30 a?os, ?c¨®mo me iban a escoger para algo as¨ª a los 52, edad con la que rod¨¦ Kingsman?¡±. Pues ocurri¨®, y le toc¨® ser esp¨ªa ingl¨¦s. ¡°Solo tienes que llevar un buen traje, y medio mundo se lo creer¨¢. Hay una diferencia crucial entre Palmer y Bond: este es oficial, el primero procede de la clase obrera. Y yo, por mucho que intente darle aires patricios a mis personajes, vengo de ese mismo estrato¡±.
Como parte del negocio de vender una pel¨ªcula, a Firth no le importa la promoci¨®n: ¡°Reconozco que es m¨¢s complicado hablar de una comedia, porque ?c¨®mo deconstruyes lo divertido? En los dramas puedes entrar en honduras con los periodistas¡±. Aunque a continuaci¨®n ahonda: ¡°Kingsman divierte con los t¨®picos, mostr¨¢ndolos primero y burl¨¢ndose con su destrucci¨®n despu¨¦s¡±.
Aunque le d¨¦ aires patricios a mis papeles, provengo de la clase obrera¡±
En la pel¨ªcula repite con Mark Strong, tras el reciente estreno en Espa?a de No conf¨ªes en nadie ¡ª¡°Dir¨ªa que es ya nuestra sexta pel¨ªcula juntos¡±¡ª, un hecho que le hace feliz. ¡°Los grandes cineastas como Scorsese, Bergman, Bu?uel o Fellini siempre han intentado repetir con sus colaboradores y actores. Es l¨®gico, porque no tienes que construir de nuevo entre gente distinta relaciones de confianza en pocos d¨ªas. La familiaridad es un valor a?adido¡±.
?Sigue con ese cari?o casi infantil por actuar, una definici¨®n que hace tiempo daba de su pasi¨®n por su trabajo? ¡°Por supuesto. Es elemental. En profesiones relacionadas con el deporte y la actuaci¨®n ayuda conservar un esp¨ªritu infantil¡±. ?Y es dif¨ªcil mantenerlo con los a?os? Firth estalla en risas y suelta burl¨®n: ¡°Claro, y por eso llega Stanislavski con su m¨¦todo para proporcionarte m¨¢s juguetes¡±.
Babelia
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