Historias de la frivolidad
Los ¨²ltimos 25 a?os de Telecinco son la cr¨®nica del espect¨¢culo y del simulacro, juntos
En 1967 el situacionista Guy Debord preconiz¨® la sociedad del espect¨¢culo y Televisi¨®n Espa?ola estren¨® Historias de la frivolidad, donde los censores luchaban con las hojas de parra contra la explosi¨®n inevitable del erotismo. En 1983 el fil¨®sofo Jean Baudrillard sostuvo que la sociedad del espect¨¢culo hab¨ªa dado paso a la sociedad del simulacro, donde solo existen copias porque nada era original. En las sociedades modernas todo tiende a degradarse hasta convertirse en espect¨¢culo, al margen de que sea verdadero o falso. Los ¨²ltimos 25 a?os de Telecinco son la cr¨®nica del espect¨¢culo y del simulacro, juntos. Historias de la frivolidad, contra las que siguen levant¨¢ndose los censores de la telebasura. C¨®mo explicarse, si no, la presencia de Bel¨¦n Esteban en la ¨²ltima edici¨®n de Gran Hermano VIP, que en s¨®lo unos d¨ªas ha pasado de ser princesa del pueblo entre el p¨²blico adulto de S¨¢lvame a bruja tirana entre la audiencia joven del gran reality televisivo.
La historia de Telecinco es la cr¨®nica de la televisi¨®n de las masas espectadoras, de la televisi¨®n populista que sustituye al ilustrado servicio p¨²blico europeo, de la televisi¨®n econ¨®mica y comercial, de la era del neoespect¨¢culo y del imperio del entertainment americano, como elixir de la felicidad eterna de esas masas que para evitar el aburrimiento prefieren morirse de diversi¨®n.
Desde marzo de 1990, Telecinco se ha ganado el futuro d¨ªa a d¨ªa, peleando prime time a prime time, hasta convertirse en el l¨ªder del broadcasting espa?ol, de la televisi¨®n del sal¨®n comedor, del receptor generalista y familiar. Ahora, 25 a?os despu¨¦s, cuando el modelo ha entrado en barrena ante la irrupci¨®n de la red, de la televisi¨®n a la carta, y del consumo individual, la m¨¢s conservadora oferta de televisi¨®n se enfrenta a su ¨²ltimo desaf¨ªo con un nuevo conejo de la chistera. El doble salo mortal del bucle de la programaci¨®n televisiva, la nueva exaltaci¨®n del plat¨® y de sus fulgurantes estrellas, que no dejan de girar como un tiovivo, que entran en nuestros hogares y se sientan a nuestro lado en el sof¨¢ del sal¨®n.
Desde marzo de 1990, Telecinco se ha ganado
El regreso a los plat¨®s
Pero empecemos por el principio. Telecinco inauguraba hace 25 a?os la televisi¨®n privada de colores. Las c¨¢maras regresaron de las calles de la movida de los a?os 80, donde las hab¨ªa sacado el servicio p¨²blico, a los plat¨®s iluminados con los tres ca?ones de colores azul, verde y rojo. En sus inicios, m¨¢s italianizada que ninguna, Telecinco apost¨® por esas grandes realizaciones de interior de plat¨®, con muchas luces artificiales, con orquestas en directo, bailarinas de compa?¨ªa, viejos presentadores y mucha fiesta. El gran Valerio Lazarov export¨® a Espa?a la cultura berlusconiana de Canale Cinque, y desde entonces, los mejores expertos italianos y espa?oles, se han sucedido en su torre de mando, renovando los programas de la cadena, obedientes a los datos de las audiencias, en un esfuerzo diario, por lograr la ¨²ltima voltereta y obtener siempre m¨¢s espectadores.
Su historia contiene las p¨¢ginas m¨¢s gloriosas de la televisi¨®n comercial, pero tambi¨¦n las m¨¢s tenebrosas. Desde el VIP de Emilio Arag¨®n hasta el primer late night de Esta noche cruzamos el Mississippi. Del atrevido Caiga quien caiga, hasta las miles de emisiones cl¨®nicas del talk show de moda, como el S¨¢lvame de Jos¨¦ Javier V¨¢zquez o los exhibicionismos adolescentes de Mujeres y hombres y viceversa. Pero antes de los talk shows m¨¢s abyectos, Telecinco import¨® la mejor ficci¨®n extranjera, de Twin Peaks a CSI, y renov¨® desde 1995 la nueva ficci¨®n serial espa?ola, con M¨¦dico de familia, Periodistas, El comisario, y las comedias urbanas 7 vidas o Aida.
La neotelevisi¨®n de la telerrealidad
Telecinco fue el padre de otra revoluci¨®n medi¨¢tica: el lanzamiento de la telerrealidad y la negaci¨®n de la privacidad, con sus dos eslabones, los mejores y m¨¢s innovadores realities y el fen¨®meno del bucle televisivo de los sus presentadores y estrellas, capaces de desnudar su vida ante las c¨¢maras a cambio de bolsas de basura repletas de maraved¨ªs de oro. Pero la doble cara de la luna siempre es as¨ª. Una emisora capaz de comprar la ¨²nica cadena privada independiente de noticias 24 horas para convertirla en un canal de Gran hermano, es a la vez la que ha promovido los informativos l¨ªderes de audiencia m¨¢s independientes de contenido e innovadores en su formato, Informativos Telecinco.
Este modelo de televisi¨®n generalista, que tras 25 a?os ya declina para dar paso a uno nuevo, est¨¢ basado en el consumo familiar o en grupo, condicionando de este modo sus contenidos. Telecinco lidera la audiencia de una poblaci¨®n femenina de 25 a 44 a?os y en personas mayores de 55 a?os. Pero hoy el audiovisual sufre de una velocidad tecnol¨®gica de v¨¦rtigo, y el buque insignia de la mayor empresa de comunicaci¨®n del pa¨ªs, la cadena que siempre ha sabido adaptar la oferta a la demanda del mercado, tambi¨¦n se prepara para los cambios y ya es el canal que m¨¢s se consume individualmente. Gran hermano, con un perfil de edades entre 13 a 45 a?os, o S¨¢lvame de luxe, con un perfil de 45 a?os en adelante, ya presentan consumos individuales superiores al resto. Algunas cosas obscenas hay que verlas a solas.
Tras esos 25 a?os hoy Telecinco y la televisi¨®n en Espa?a no vive su edad de oro. Eso es cosa de otros pa¨ªses y de otros mercados, desde luego de EE UU y del sector de la televisi¨®n de pago o a la carta, o de la televisi¨®n p¨²blica en el norte de Europa. Mientras que internacionalmente el consumo de los contenidos de televisi¨®n ha evolucionado dr¨¢sticamente y a gran velocidad por parte del p¨²blico joven, en Espa?a parece haber retrocedido como consecuencia del imperio del share y del viejo target generalista, del sistema de los GRPs (Gross Rating Points) de la planificaci¨®n publicitaria de medios, y tambi¨¦n de la crisis y recortes de los gastos de inversi¨®n. Pero adem¨¢s como consecuencia de la crisis de la televisi¨®n de pago en Espa?a que ha ido decayendo tristemente desde su creaci¨®n, y que hoy aparece ya fatalmente superada por Youtube y el streaming.
Desde el liderazgo, hoy Telecinco ve como decae aquella neotelevisi¨®n de la telerrealidad que ella misma invent¨® y que estudi¨® hace d¨¦cadas el profesor Umberto Eco, aquel modelo de audiencias que la hizo l¨ªder econ¨®mico del audiovisual, aquel que sustituy¨® a la paleotelevisi¨®n del asfixiado servicio p¨²blico. Cuando los receptores de televisi¨®n eran de tubo cat¨®dico, el autor de Divertirse hasta morir, Neil Postman, descubri¨® el ¨²nico uso cultural que pod¨ªa tener esta televisi¨®n. Justo en el lomo del viejo receptor cab¨ªan perfectamente alineadas las obras completas de Le¨®n Tolstoi. Hoy las televisiones extraplanas ya no dan ni para eso y solo sirven para divertir hasta morir.
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