Una deuda pendiente con los gitanos
Miembros de la comunidad roman¨ª creen que dos ¡®realities¡¯ de Cuatro deforman su imagen
Primero fue Palabra de gitano y ahora son Los gipsy kings. Los domingos, a partir de las 21.30, los espectadores tienen en Cuatro una ventana de tres horas a la vida de personajes, famosos o llamativos, que tienen una cosa en com¨²n: su etnia. Y aunque consiguen entretener a m¨¢s de dos millones de personas (las que siguieron el estreno de Los gipsy kings el pasado 8 de febrero), el Consejo Estatal del Pueblo Gitano cree que lo hace en detrimento de la imagen de su cultura.
¡°La f¨®rmula que utilizan para ganar audiencia es mostrarnos como los otros, como que no nos interrelacionamos ni nos comunicamos, que vivimos en otro mundo, y eso es incorrecto¡±. Sara Gim¨¦nez, responsable del ¨¢rea de igualdad de trato de la Fundaci¨®n Secretariado Gitano, fue uno de los miembros del consejo que se reuni¨® con representantes de Mediaset a mediados de febrero. La cadena los llam¨® a una cita despu¨¦s de que ese ¨®rgano difundiera, junto a otras 20 asociaciones, un comunicado en el que aseguraba que ¡°la identificaci¨®n de ese tipo de espacios con el t¨¦rmino gitano/a y derivados, supone convertir a esta comunidad en protagonista, siendo por tanto perjudicada en su imagen social¡±.
Era la segunda vez que lo hac¨ªa, pues ya en 2013 se hab¨ªa pronunciado en contra de Palabra de gitano, un docu-reality de dos temporadas, que ahora repone Cuatro justo despu¨¦s de Los gipsy kings, que mostraba distintas costumbres de su cultura, como el roneo (la forma de ligar), el patriarcado o el orgullo.
Jacobo Eireos, de la productora La Competencia, es la mente tras ambos formatos. Cree que sus programas en realidad ayudan a eliminar el estigma: ¡°Son observacionales. Con esto quiero decir que cuando el equipo sale a grabar tienen muy clara una consigna: que las c¨¢maras se conviertan en testigos de la realidad que sucede delante de los objetivos. Sin trampa ni cart¨®n. Observar y contarlo, esa es la misi¨®n¡±, se defiende. ¡°No tratamos de hacer ninguna generalidad¡±, a?ade.
Pero sus c¨¢maras a¨²n no han enfocado a gitanos en la universidad. O a los que sufren por ser aceptados. Eso es lo que le molesta a Teresa Pe?a, quien gan¨® en enero el galard¨®n de comunicaci¨®n en los Premios de Cultura Gitana. ¡°?Por qu¨¦ no hacen una serie sobre los gitanos que est¨¢n bien situados, preparados y que hablan varios idiomas? Eso existe¡±. La tambi¨¦n ganadora de un Grammy Latino en 2002 por su trabajo como directora del disco Mis 70 a?os con el cante de Antonio N¨²?ez, El Chocolate, se lamenta: ¡°Hay personas que luchan para que desaparezca el racismo... pero nos meten a todos en un mismo saco¡±.
El creador de los dos programas asegura que su? intenci¨®n no es generalizar
Joan M. Oleaque present¨® a finales del a?o pasado su tesis doctoral sobre el tratamiento de la imagen gitana en la prensa escrita; asegura que a muchos se les acaba viendo como se les muestra en los medios: ¡°Si este nuevo programa solo representa a las familias en cuesti¨®n, entonces que le cambien el nombre. Como el reality de la familia Osbourne, que no se llamaba Los reyes del heavy. Se le da ese nombre porque los han elegido como representaci¨®n de unos y otros¡±.
Cuando a estos especialistas se les pregunta por programas que hayan abordado la cultura roman¨ª con el respeto que piden, mencionan la serie de Canal Sur Gitanos andaluces, de Pilar T¨¢vora, o el episodio de Och¨¦ntame otra vez emitido el pasado 5 de febrero por TVE, que la Uni¨®n Roman¨ª calific¨® como ¡°el mejor en toda la historia¡± de la cadena, y que atrajo a un mill¨®n de espectadores. ¡°Pero en lo que tiene que ver con grandes audiencias...¡±, dice Oleaque, sin ganas de acabar la frase.
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