La dificultad de la sencillez
La semana de la moda de Par¨ªs responde a las necesidades de las mujeres trabajadoras
Dec¨ªa Coco Chanel que la sencillez es la clave de la elegancia. Lo que no comparti¨® con el resto del mundo fue lo dif¨ªcil que resulta ser sencillo. Especialmente en la industria de la moda actual, regida por una esquizofr¨¦nica sucesi¨®n y superposici¨®n de tendencias, y donde lucir bien en las redes sociales se ha convertido en la justificaci¨®n de muchos estilismos. Cuanto m¨¢s llamativos, m¨¢s retuits. Pero no se trata solo de que un abrigo de C¨¦line ¡ªnegro, con cuello masculino y de l¨ªneas rectas¡ª sea menos vistoso en Instagram que otro de escamas amarillas y verdes de Kenzo. Es que despertar pasiones temporada tras temporada entre medios y consumidoras con prendas funcionales constituye casi una heroicidad.
C¨¦line lo logra sin caer en el aburrimiento. Monos de pa?o amplios, vestidos de punto, t¨²nicas arquitect¨®nicas. La dise?adora Phoebe Philo ha sabido responder como nadie a las necesidades de la mujer actual y evolucionar a su lado a lo largo de los siete a?os que lleva como directora creativa de la marca francesa.
La colecci¨®n de debut de Guillaume Henry se alej¨® de artificios gratuitos
En la colecci¨®n que present¨® dentro de la semana de la moda de Par¨ªs hab¨ªa piezas vers¨¢tiles, capaces de acompa?ar en su d¨ªa a d¨ªa a la mujer trabajadora ¡ªesa que ayer celebr¨® su d¨ªa internacional¡ª y titular, claro est¨¢, de una cuenta corriente abultada. Pero no solo eso. Junto a las gabardinas ce?idas en la cintura y las blusas de seda, brillaban los abrigos desmontables y acolchados, las faldas guateadas y toda una l¨ªnea de prendas con cientos de peque?os retales de tela bordados que simulaban un estampado floral. Una propuesta que incluye la cantidad justa de experimentaci¨®n, pragmatismo y femineidad, y dispara el deseo de las mujeres que no viven por y para las redes sociales, sino en un mundo tridimensional.
Tambi¨¦n la colecci¨®n de debut de Guillaume Henry como director creativo de Nina Ricci se alejaba de los artificios gratuitos. El pasado s¨¢bado, el franc¨¦s tom¨® p¨²blicamente el relevo al ingl¨¦s Peter Copping, que abandon¨® la firma perteneciente al grupo espa?ol Puig hace cinco meses para llevar las riendas de ?scar de la Renta. Henry desembarca en Nina Ricci despu¨¦s de haber logrado la nada desde?able haza?a de resucitar Carven, una agonizante marca parisina fundada en 1945. Con una inteligente estrategia empresarial y creativa, trasform¨® la olvidada casa de alta costura en una de las firmas de pr¨ºt-¨¤-porter m¨¢s deseadas por compradores y cr¨ªtica.
Pero Nina Ricci supone su paso a otra liga: la del lujo. Quiz¨¢ por eso, Henry pec¨® de cauto. En su desfile, celebrado en el centro de arte Pompidou, se fueron sucediendo vestidos rectos de lentejuelas y encaje, grandes jers¨¦is de punto sobre faldas sedosas e impecables abrigos marineros de doble abotonadura. Las prendas eran po¨¦ticas y delicadas sin dejar de resultar pragm¨¢ticas. Sensuales pero no obvias. Un aperitivo que supo a poco, pero que presagia una interesante etapa para Ricci cuando su nuevo dise?ador haya ganado confianza.
¡°Vive para expresarte no para impresionar¡± era uno de los leitmotiv de la colecci¨®n de Chlo¨¦. Sus prendas parec¨ªan listas para saltar de la pasarela a la calle sin necesidad de m¨¢s ajuste que un buen surtido de ropa interior t¨¦rmica. Porque buena parte de la colecci¨®n de la marca francesa para el pr¨®ximo oto?o/invierno ha sufrido ya los efectos del calentamiento global: las sinuosas prendas rematadas en encaje y que parecen reci¨¦n sacadas del caj¨®n de la lencer¨ªa, y los vaporosos vestidos largos en crep¨¦ de seda solo son aptos para ese tipo de mujer que afronta los d¨ªas de nieve sin medias. Para las dem¨¢s quedan sus pantalones de campana y los abrigos de borrego hasta los pies que definen el aire setentero de la colecci¨®n.
M¨¢s all¨¢ de los chaquetones de escampas amarillas y azules, las prendas de Kenzo tambi¨¦n resultan f¨¢ciles, gracias, fundamentalmente, a sus siluetas amplias y relajadas. Los abrigos, por ejemplo, iban desde los ponchos-chubasquero, que por sus dimensiones podr¨ªan hacer perfectamente las veces de tienda de campa?a, a las simples mantas liadas no a la cabeza, sino al cuello.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.