En la retaguardia de An¨ªbal
Alumnos de la Universidad de Barcelona en pr¨¢cticas dan con vestigios de los enfrentamientos de romanos y cartagineses en la Segunda Guerra P¨²nica
¡°Seis mil enemigos fueron muertos, dos mil capturados, junto con la guarnici¨®n del campamento, pues este tambi¨¦n fue atacado y tomado. El general mismo y muchos caudillos fueron hechos prisioneros y Cissa, una ciudad que se encontraba cerca del campamento, fue tomada por asalto¡±. He ah¨ª en conciso lenguaje digno de la secci¨®n de Internacional, sin florituras, un sobrio parte de guerra de la mano nada menos que de Tito Livio (Historia de Roma, Libro 21). El texto refiere un episodio b¨¦lico en el noreste de Hispania, en la actual Catalu?a, de la segunda de las tres guerras que enfrentaron a Roma y Cartago por el dominio del mundo mediterr¨¢neo.
Sucedi¨® en el 218 antes de Cristo: Cneo Cornelio Escipi¨®n el Calvo (lo era) venci¨® a uno de los contingentes cartagineses dejado atr¨¢s por An¨ªbal Barca para asegurarse en el corredor mediterr¨¢neo las l¨ªneas de comunicaci¨®n y suministros durante su marcha sobre Italia a trav¨¦s de los Alpes. Los romanos lograron una f¨¢cil victoria sobre los cartagineses, saquearon el campamento enemigo y la ciudad ib¨¦rica vecina aliada de Cartago, Cissa, que dio nombre a la batalla. Entre l¨ªneas, si se pone el o¨ªdo al texto de Livio, se escucha el fragor de la lucha.
Algo de eso debieron o¨ªr los alumnos de Arqueolog¨ªa en pr¨¢cticas de la Universidad de Barcelona que durante el trabajo sobre el terreno de la asignatura Metodolog¨ªa Arqueol¨®gica 1, supervisado por sus profesores e investigadores, dieron con lo que podr¨ªan ser vestigios de la historia relatada por Livio. El hallazgo, que se produjo el pasado octubre gracias al sistema no invasivo de la tomograf¨ªa el¨¦ctrica pero fue anunciado este mismo a?o, consiste en un gran foso defensivo de m¨¢s de 2.200 a?os de antig¨¹edad, 14 metros de ancho, 5 de profundidad y 400 de longitud, que defend¨ªa el oppidum (ciudad fortificada) ib¨¦rico de Vilar de Valls, bajo el actual municipio de Valls, en Tarragona.
Vilar del Valls puede ser Cissa, el poblado ibero que dio nombre a la hist¨®rica batalla
¡°Sin excavar no podemos decir que Vilar de Valls sea Cissa, pero hay muchas coincidencias, y en la zona, al norte, hemos encontrado indicios de la presencia de tropas cartaginesas o sus mercenarios como proyectiles de plomo de las hondas o monedas p¨²nicas¡±, explica Jaume Noguera, director del proyecto de investigaci¨®n Guerra y conflicto en el noreste de la pen¨ªnsula Ib¨¦rica en ¨¦poca romano-republicana (siglo III aC), que realiza prospecciones sistem¨¢ticas en el ¨¢rea. ¡°La cuesti¨®n es saber qui¨¦n destruy¨® el poblado de Vilar de Valls: si lo hicieron los cartagineses puede que fuera An¨ªbal en marcha hacia el norte, y entonces no ser¨ªa Cissa; si fueron los romanos, seguro que s¨ª. Eso solo se responder¨¢ con la prueba del algod¨®n de la excavaci¨®n¡±. Noguera da por seguro que detr¨¢s del foso aparecer¨¢ la muralla de la poblaci¨®n.
Tito Livio y Polibio dicen que los romanos obtuvieron un gran bot¨ªn del campamento cartagin¨¦s (que estar¨ªa a las afueras de Cissa), ya que An¨ªbal hab¨ªa dejado el grueso de los bagajes para marchar ligero hacia su epopeya alpina e Italia. En cambio, recuerda Noguera, la toma de la ciudad ibera arroj¨® un bot¨ªn decepcionante. ¡°Livio lo describe como pobre, ajuar b¨¢rbaro y ropa de esclavos¡±. En el episodio de Cissa, seg¨²n Polibio, los romanos hicieron prisionero a un l¨ªder ibero procartagin¨¦s que les dar¨ªa luego problemas: Ind¨ªbil. Noguera recalca el papel que han tenido en los trabajos arqueol¨®gicos los estudiantes, un centenar de los cuales han realizado prospecciones a pie para ayudar a esclarecer qu¨¦ sucedi¨® en esos viejos parajes velados por la niebla del tiempo.
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