¡°M¨¦xico, nuestro pobre M¨¦xico¡±
Intelectuales y escritores analizan la crisis emocional y pol¨ªtica de su pa¨ªs al hilo del hist¨®rico discurso de Fernando del Paso
Hablando a un muerto, Fernando del Paso ha golpeado la consciencia de los vivos. El escritor mexicano, a sus 79 a?os, puso a M¨¦xico en el alma de un discurso que va camino de hacer historia. Al recoger el Premio Jos¨¦ Emilio Pacheco a la Excelencia Literaria, dirigi¨® a su fallecido amigo y colega una eleg¨ªa sobre la naci¨®n. El olvido de los ind¨ªgenas, la barbarie criminal, la patria salvaje, la corrupci¨®n¡ Los males de una tierra enfrentada a s¨ª misma emergieron en sus palabras. Amargas y crepusculares. ¡°Estoy viejo y enfermo, pero no he perdido la lucidez: s¨¦ qui¨¦n soy, qui¨¦n fuiste y s¨¦ lo que estoy haciendo y lo que estoy diciendo. Lo ¨²nico que no s¨¦ es en qu¨¦ pa¨ªs estoy viviendo. Pero conozco el olor de la corrupci¨®n; dime Jos¨¦ Emilio: ?A qu¨¦ horas, cu¨¢ndo, permitimos que M¨¦xico se corrompiera hasta los huesos? ?A qu¨¦ hora nuestro pa¨ªs se deshizo en nuestras manos para ser v¨ªctima del crimen organizado, el narcotr¨¢fico y la violencia?¡±.
El lamento de un hombre en el ocaso de su vida rompi¨® las barreras de un acto protocolario. La eleg¨ªa se torn¨® viral y ha encendido la llama de un amplio debate. Seis destacados intelectuales y escritores analizan el discurso y ofrecen su visi¨®n del momento mexicano.
Enrique Krauze. ¡°Me conmueve el discurso de Fernando del Paso, uno de nuestros mayores novelistas. Su prosa, intensa y l¨²cida, sangra. Como nuestra historia. Su di¨¢logo con Jos¨¦ Emilio Pacheco es tan real que parece escrito desde la eternidad y para la eternidad. Tiene raz¨®n Fernando: M¨¦xico, nuestro pobre M¨¦xico¡±.
Juan Villoro. "Fernando del Paso ha hecho el mejor homenaje posible a Jos¨¦ Emilio Pacheco; ha recordado lo que vale la pena de este pa¨ªs y la catastr¨®fica situaci¨®n que nos rodea. Los referentes morales se han perdido y la clase pol¨ªtica se ha sumido en el m¨¢s absoluto cinismo. Los esc¨¢ndalos se han convertido en forma de la rutina y carecen de resonancia, y a la falta de explicaciones y soluciones en relaci¨®n con Ayotzinapa se le llama verdad hist¨®rica. Fernando del Paso ha sido un espl¨¦ndido comentarista de la realidad nacional, tanto en sus obras de ficci¨®n como en sus novelas. Una vez m¨¢s nos ha servido de elevado ejemplo¡±.
Guadalupe Nettel. ¡°Del Paso tiene raz¨®n en decir que M¨¦xico se corrompi¨® hasta los huesos, en denunciar la tortura, el racismo, la violencia, el narcotr¨¢fico, la destrucci¨®n del medio ambiente y, sobre todo, la falta absoluta de un proyecto de pa¨ªs que nos considere a todos. La verg¨¹enza que expresa es justificada y todos deber¨ªamos sentirla, pues lo que sucede en M¨¦xico no es obra ¨²nicamente de quienes ejercen el poder, sino tambi¨¦n de quienes permitimos que lo hagan de esa forma. La impunidad es culpa de todos, la cara oscura de Fuenteovejuna. Me parece que sentir verg¨¹enza, en casos como ¨¦ste, es algo positivo: implica asumir nuestra responsabilidad y, si no nos dejamos abatir por la culpa o por la impotencia, puede constituir un motor para hacer que las cosas mejoren¡±.
Emiliano Monge. ¡°El gran problema de M¨¦xico, aqu¨¦l del que abrevan todos los dem¨¢s: pobreza, desigualdad, impunidad, violencia, etc¨¦tera, es que no hemos sabido nunca responder la pregunta fundamental que se hacen los colectivos, desde la familia hasta la naci¨®n: ?qu¨¦ chingados somos? M¨¦xico se est¨¢ desmoronando desde su nacimiento y haber negado esta realidad es una de las causas fundamentales de lo que sucede hoy en d¨ªa: lo que se desmoron¨® se est¨¢ descomponiendo. Y todos los que no quer¨ªamos sentirnos culpables del desmoronamiento no podemos sino aceptar que somos culpables de la descomposici¨®n¡±.
¡°Nuestra intelectualidad, incluso aquella que se ha pretendido siempre cr¨ªtica, vive en un globo aerost¨¢tico desde el cual mira los valles, las monta?as y las regiones que, claro, desde la altura lucen transparentes. Lo m¨¢s duro del discurso de Del Paso es precisamente que se trata de esto y que lo asume con coraje: por eso, en sus palabras, la culpa tiene mayor peso que la denuncia. Y por eso parece una pieza crepuscular y una pieza de desenga?o: porque est¨¢ llena de verg¨¹enza. De verg¨¹enza pero tambi¨¦n de valent¨ªa y de esperanza. Abran los ojos que yo no supe abrir del todo, parece decirnos Del Paso. Su discurso es un transplante de c¨®rneas¡±.
Laia Jufresa. ¡°Todos dar¨ªamos cualquier cosa por un pa¨ªs m¨¢s seguro y justo, donde no reinara la impunidad y donde la clase social no determinara tan absolutamente los destinos. ¡°Coincido, por supuesto, en el dolor y en la enorme frustraci¨®n. Coincido un poco menos en la nostalgia. Quiz¨¢s simplemente no me toc¨® el M¨¦xico de "toda la vida por delante y toda la patria tambi¨¦n". O al menos no lo viv¨ª as¨ª. Es triste decirlo. Pero yo crec¨ª yendo con mi madre a pueblos perdidos donde, para hacer su trabajo (educar a las mujeres sobre deshidrataci¨®n oral, segunda causa de mortalidad infantil en ese entonces), ella, una antrop¨®loga chilanga, ten¨ªa que andar con pistola. Y se entend¨ªa que hab¨ªa que defenderse no s¨®lo de maleantes sino tambi¨¦n de caciques y autoridades, se entend¨ªa que eran lo mismo. Por suerte, nunca la tuvo que usar. Yo crec¨ª con la impotencia como primer lazo al pa¨ªs, y asum¨ª muy temprano que lo que importa es la gente, toda y en todos lados, no "la patria". Eso no significa que no me duela profundamente todo lo que est¨¢ pasando en el pa¨ªs, en el que ya no vivo justamente porque no soporto vivir con lo que est¨¢ pasando.
Antonio Ortu?o. ¡°El discurso de Del Paso me parece valiente y acertado. Dice lo que varios sentimos: que se desmorona el suelo. Es un discurso de desesperaci¨®n y dignidad¡±.
Extractos del discurso de del Paso
- "Quiero decirte lo que t¨² ya sabes: que hoy tambi¨¦n me duele hasta el alma que nuestra patria chica, nuestra patria suave, parece desmoronarse y volver a ser la patria mitotera, la patria revoltosa y salvaje de los libros de historia.
- "Quiero decirte que a los casi ochenta a?os de edad me da pena aprender los nombres de los pueblos mexicanos que nunca aprend¨ª en la escuela y que hoy me s¨¦ solo cuando en ellos ocurre una tremenda injusticia; s¨®lo cuando en ellos corre la sangre: Chenalh¨®, Ayotzinapa, Tlatlaya, Petaquillas...?Qu¨¦ pena, s¨ª, qu¨¦ verg¨¹enza que s¨®lo aprendamos su nombre cuando pasan a nuestra historia como pueblos ba?ados por la tragedia!"
- "?Qu¨¦ pena tambi¨¦n, que aprendamos cuando estamos viejos que los rar¨¢muris o los triques mazatecas, son los nombres de pueblos mexicanos que nunca nos hab¨ªan contado, y que s¨®lo conocimos por la vez primera cuando fueron v¨ªctimas de un abuso o de un despojo por parte de compa?¨ªas extranjeras o por parte de nuestras propias autoridades!"
- "Nunca como hoy d¨ªa me pregunto qu¨¦ hicimos, Jos¨¦ Emilio, de nuestra patria, a qu¨¦ horas y cu¨¢ndo se nos escap¨® de las manos esa patria dulce que tanto trabajo les cost¨® a otros construir y sostener. ?Ay, Jos¨¦ Emilio! S¨ª, dime cu¨¢ndo empezamos a olvidar que la patria no es una posesi¨®n de unos cuantos, que la patria pertenece a todos sus hijos por igual, no s¨®lo a aquellos que la cantamos y que estamos muy orgullosos de hacerlo: tambi¨¦n a aquellos que la sufren en silencio".
- "?ramos j¨®venes, s¨ª, y ten¨ªamos una enorme responsabilidad que cumplir: la de cuidar el patrimonio que hab¨ªamos heredado y cuya integridad se ha visto amenazada tantas veces. Dime, Jos¨¦ Emilio: ?cumplimos? Hoy que el pa¨ªs sufre de tanta corrupci¨®n y crimen, ?basta con la denuncia pasiva? ?basta con contar y cantar los hechos para hacer triunfar la justicia? ".
- "Lo que te puedo y quiero decir ahora es que estoy viejo y enfermo, pero no he perdido la lucidez: s¨¦ qui¨¦n soy, qui¨¦n fuiste y s¨¦ lo que estoy haciendo y lo que estoy diciendo. Lo ¨²nico que no s¨¦ es en qu¨¦ pa¨ªs estoy viviendo. Pero conozco el olor de la corrupci¨®n; dime Jos¨¦ Emilio: ?A qu¨¦ horas, cu¨¢ndo, permitimos que M¨¦xico se corrompiera hasta los huesos? ?A qu¨¦ hora nuestro pa¨ªs se deshizo en nuestras manos para ser v¨ªctima del crimen organizado, el narcotr¨¢fico y la violencia?"
- "?Ay, Jos¨¦ Emilio! ?Qu¨¦ vamos a hacer, qu¨¦ se puede hacer con veinte y tres mil desaparecidos en unos cu¨¢ntos a?os? ?O son veinte y tres mil cuarenta y dos? ?Y c¨®mo sabemos quienes son culpables? ?O vamos a fabricar culpables por medio de la tortura, como es nuestra costumbre?"
- "Creo que tambi¨¦n es una verg¨¹enza que tengamos que vivir muchos a?os para enterarnos de la existencia de m¨¢s de sesenta lenguas en nuestro territorio, por ejemplo el wix¨¢rica o kickapoo, cada vez que el grupo ind¨ªgena que habla una de esas lenguas, sea v¨ªctima de un despojo, de un ultraje a la sacralidad de su territorio, o cuando el r¨ªo o los r¨ªos que lo sustentan se vean contaminados por una empresa minera o por la irresponsabilidad de las autoridades, o por la fracturaci¨®n salvaje en busca de petr¨®leo o gas shale que amenaza con consumir millones de litros de sus reservas acu¨¢ticas
Babelia
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