Lu Houmin, fot¨®grafo de Mao
Su c¨¢mara capt¨® el lado humano y momentos ¨ªntimos del Gran Timonel
El hombre que gobern¨® China con pu?o de hierro desde 1949 hasta su muerte en 1976, Mao Zedong, tambi¨¦n ten¨ªa su lado humano. Le gustaba relajarse nadando, jugando al tenis de mesa o bromeando con sus hijos. Si a¨²n hoy podemos ser testigos de esos momentos m¨¢s ¨ªntimos es gracias a la lente de Lu Houmin, su fot¨®grafo personal, fallecido esta semana a los 87 a?os.
Lu consigui¨® hacer emblem¨¢ticas im¨¢genes en las que Mao y su primer ministro, Zhou Enlai, revisan unos documentos en actitud desenfadada. O una fotograf¨ªa en la que el Gran Timonel, que acaba de conocer la muerte de su hijo en la guerra de Corea, cierra los ojos de dolor al recibir el abrazo de condolencia de una artista voluntaria reci¨¦n regresada de all¨¢, en 1953.
El padre de la China moderna ¡°nunca se quej¨® sobre sus fotos. No posaba de manera afectada ni nos ordenaba cu¨¢ndo sacar instant¨¢neas. La libertad fue completa en mi trabajo¡±, aseguraba Lu, que siempre consider¨® sus a?os al servicio directo del presidente como ¡°la ¨¦poca dorada de mi vida¡±.
Nacido en 1928 en la provincia de Heilongjiang, en el extremo noreste de China, trabajaba como profesor de Primaria cuando, tras haber mostrado inter¨¦s en el mundo de la fotograf¨ªa, en 1950, a los 21 a?os, fue convocado para tomar instant¨¢neas de los principales l¨ªderes chinos de la ¨¦poca, entre ellos Zhou Enlai o el presidente Liu Shaoqi. Contratado en 1958 por la agencia Xinhua ¡ªque inform¨® esta semana de la muerte de Lu¡ª, su cartera era, principalmente, fotografiar al gran l¨ªder del pa¨ªs.
Entre 1961 y 1964 se convirti¨® en uno de los dos fot¨®grafos personales de Mao. Sus fotograf¨ªas son en su mayor¨ªa de exterior, una consecuencia de las condiciones en las que ten¨ªa que trabajar. En interiores hab¨ªa que cambiar la bombilla del flas cada vez que se tomaba una foto, una tarea que pod¨ªa hacer perder segundos preciosos para captar la imagen perfecta.
¡°No hab¨ªa tiempo que perder en esas situaciones¡±, comentaba Lu en 2008, en una entrevista concedida al diario hongkon¨¦s South China Morning Post. ¡°Ten¨ªas que tener la c¨¢mara preparada en todo momento, cuando llegaba la ocasi¨®n no pod¨ªas dudar ni un segundo, pues los l¨ªderes no iban a mantener la pose por ti¡±.
Pero el haber mantenido una conexi¨®n tan personal con el Gran Timonel no le sirvi¨® de nada pocos a?os m¨¢s tarde. Tras el comienzo de la Revoluci¨®n Cultural en 1966, fue uno de los represaliados y fue obligado a trasladarse al campo en la provincia de Jiangsu, en el este, para reeducarse. Finalmente, dos cartas a Mao le hicieron posible encontrar primero un destino m¨¢s c¨®modo y, despu¨¦s, regresar a Pek¨ªn. Pese al tiempo y los momentos privados que comparti¨® con Mao, nunca se le pas¨® por la cabeza escribir un libro sobre sus experiencias con ¨¦l. ¡°Mis fotos son m¨¢s v¨ªvidas, m¨¢s honestas y muestran a un Gran Timonel real¡±, declaraba en 2009 Lu al diario Shanghai Daily, con ocasi¨®n de una retrospectiva sobre su obra.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.