Pura, maldita, descarnada vida
'La Merda', un mon¨®logo brutal interpretado por Silvia Gallerano y firmado por Cristian Ceresoli
Mierda. Es raro verla escrita. Pero est¨¢ ah¨ª, en nuestra cotidianeidad verbal. Muy definitoria y precisa en todos sus usos. Tal vez por eso es el t¨ªtulo de una pieza de teatro tan sublime como brutal: La Merda. Una verbosidad n¨ªtida, real y afilada, lanzada para y contra el espectador de la boca grande y roja de una actriz desnuda: Silvia Gallerano. Un texto certero y vibrante que no pierde el ritmo, ni un solo segundo, durante la hora en la que acuchilla la conciencia del p¨²blico: es de Cristian Ceresoli.
Levantarse. Desayunar. Dormitar. Comer. Comer. Comer. Sufrir. Dejar de ser. Ser otra para los otros. Comer. Recordar. Dormir. Comer. Dejar de ser. El torrente verbal y emocional de Gallerano es el de una mujer sin nombre. Despojada de ropa y prejuicios, de barreras. ¡°Lo segundo es mucho m¨¢s dif¨ªcil, absolutamente. Todo el mundo puede quitarse la ropa, pero no desnudar el alma", argumenta en un ingl¨¦s moteado de tonos italianos.
Una hora sublime
- Se present¨® en el Fringe Festival de Edimburgo en 2012 y 2013, desde entonces ha ganado premios como el The Stage Award y el Scotstman Fringe First.
- La pieza ha colgado el cartel de no hay entradas en todos los pa¨ªses de su gira internacionall.
- Se ha traducido al ingl¨¦s, al dan¨¦s y al checo; y est¨¢ en proceso su traducci¨®n al franc¨¦s, portugu¨¦s y espa?ol.
La funci¨®n llega a la madrile?a Sala Mirador del Centro de Nuevos Creadores dentro del XXXII Festival de Oto?o a Primavera despu¨¦s de girar desde 2012 por decenas de pa¨ªses, colgando el cartel de no hay entradas, con ovaciones apabullantes y patios de butacas en pie.
El por qu¨¦ es tan complicado como simple. Simple y complicado como la vida: el deseo feroz por el ¨¦xito, el consumismo extremo, la cr¨ªtica despiadada hacia el otro, hacia su parte f¨ªsica, lo que se ve como protagonista. Esa realidad emerge con crueldad en el libreto de Ceresoli. ¡°Con todo el recorrido que he hecho desde que por primera vez lo tuve en mis manos, he visto que mi personaje se une a una especie de conciencia com¨²n. Fue chocante ver c¨®mo una obra tan po¨¦tica pod¨ªa llegar a ser tan real¡±.
La existencia sobre el escenario de una mujer que sinti¨®, con 13 a?os, el suicidio de su padre, hambrienta de fama y cegada por convertirse en lo que desean y esperan los dem¨¢s. Dispuesta a cualquier cosa por conseguirlo: comer hasta reventar o ingerir sus propias heces.
Descarnada y matem¨¢tica en el tono, el ritmo, el volumen del discurso. Minuciosa en el movimiento de cada m¨²sculo bajo un foco que s¨®lo se centra en su rostro, Silvia Gallerano interpreta como una partitura la creaci¨®n de Ceresoli: ¡°Est¨¢ escrito como si fuera m¨²sica, es pura poes¨ªa del d¨ªa a d¨ªa; yo solo tengo que convertirme en el instrumento para que ese sonido fluya¡±.
No ha tenido que ser f¨¢cil. No lo fue. Cuenta c¨®mo trabaj¨® cada parte, desde la primera lectura hasta la declamaci¨®n: ¡°Recuerdo repetir una y otra vez, una y otra vez cada frase¡±.
Han pasado tres a?os desde que el espect¨¢culo se presentara en el Fringe Festival de Edimburgo con un ¨¦xito indiscutible; y Gallerano asegura que aun en ocasiones, el mismo personaje noquea, pasa a trav¨¦s de uno mismo: ¡°A veces es totalmente vulnerable, y por momentos da la sensaci¨®n de haber dejado de tener sentimientos¡±. Y eso, de todas las mierdas de las que habla La Merda, es la peor: ¡°Dejar de ser humano es lo m¨¢s inhumano. Los defectos, la falta de ¨¦tica o de moral, los errores¡ nos hacen m¨¢s humanos. Pero en el mundo en el que vivimos, en el que todo est¨¢ bajo el ojo de los dem¨¢s, uno puede dejar incluso de ser amigo de s¨ª mismo¡±.
Ella, como personaje, describe ese mundo como ¡°la sociedad de los muslos y la libertad¡±. Y convence. Convence todo el tiempo y con cada mueca, con las de sufrimiento, las de la desesperaci¨®n o con la risa histri¨®nica de quien expira carcajadas para alejar el dolor.
?Podr¨ªan todos esos peque?os horrores convertirse, tras la digesti¨®n emocional del espectador, en un manifiesto a favor de la felicidad? ¡°Ojal¨¢¡±, contesta Gallerano. ¡°Pero lo ¨²nico que espero es que cuando el p¨²blico vea la obra, y vea todo por lo que ha pasado, lo entienda. Nada m¨¢s. Entendimiento¡±.
Al final, en una pieza que deja al descubierto todos los temores, los anhelos y las miserias del ser humano, lo que importa es lo que ocurra al otro lado del escenario: ¡°El p¨²blico es imprevisible. No sabes c¨®mo van a reaccionar en ning¨²n sitio¡±. Algunos empatizar¨¢n con esa mujer sin escr¨²pulos por alcanzar lo que quiere; otros se rendir¨¢n a las cr¨ªticas de la pol¨ªtica y la sociedad contempor¨¢nea y ninguno, ninguno, podr¨¢ obviar lo que ha visto, lo que ha o¨ªdo.
Roberto Fontanarrosa (Rosario, Argentina, 1944-2007), el escritor argentino, habl¨® de esa palabra durante el III Congreso de la Lengua Espa?ola en Rosario en 2004: ¡°El uso de la palabra mierda es una cuesti¨®n de educaci¨®n, ya que nadie puede negar que la usamos para m¨²ltiples circunstancias relacionadas con much¨ªsimas cosas¡±.
Y puso 18 ejemplos de ese uso cotidiano, delante de los Reyes de Espa?a en aquel momento. Delante del entonces presidente de la RAE, V¨ªctor Garc¨ªa de la Concha. Todos aplaudieron mientras esbozaban una sonrisa. Porque es cierto, porque se usa la palabra mierda a menudo. A veces, mucho. Tambi¨¦n, incluso, para definir la vida.
'La Merda'
Autor: Cristian Ceresoli.
Int¨¦rprete: Silvia Gallerano.
Duraci¨®n: 1 hora sin intermedio.
La Merda estar¨¢ el pr¨®ximo 19, 20 y 21 de marzo en la Sala Mirador del Centro de Nuevos Creadores, en italiano con sobret¨ªtulos en espa?ol.
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