Los infinitos de Fernando Vicente
Una antol¨®gica recorre la carrera del dibujante desde sus inicios en la movida madrile?a
Un dibujo de Fernando Vicente (Madrid, 1963) es un universo en s¨ª mismo. Suele resumir las palabras que acompa?a ¨Csean trescientas o tres mil¨C y regalar detalles adicionales. El t¨ªtulo de la primera antol¨®gica sobre su obra que se organiza en Madrid (antes lo hizo en Sevilla y Palma), en el Museo ABC del Dibujo y la Ilustraci¨®n, est¨¢ cargado de sentido: ¡®Universos paralelos¡¯. En ello insiste el cartel de presentaci¨®n. Un hombre de perfil cubre su cabeza, a modo de casco, con la c¨²pula de un observatorio astron¨®mico. Por el cr¨¢neo asoma un telescopio, un vig¨ªa de los planetas que gravitan alrededor. El hombre no es cualquier hombre, si no el propio Fernando Vicente, que casi hurta sus propios rasgos en este autorretrato para acentuar su estado mental. El permanente escrutador de mundos.
Salta a la vista en la muestra, que se puede visitar hasta el 10 de mayo. Casi 200 obras que delatan la evoluci¨®n del ilustrador, desde que se estren¨® en plena efervescencia madrile?a en los ochenta hasta sus trabajos m¨¢s recientes. Del primero (un cartel colorista, feliz, de aquellos d¨ªas de fe en las hombreras y en el presente) al ¨²ltimo: un homenaje a Kafka intimista, cargado de lecturas al estilo Magritte, para la editorial Galaxia Gutenberg.
La ilustraci¨®n ha cambiado, pero el talento art¨ªstico de Fernando Vicente estaba all¨ª desde el principio. Aunque a ¨¦l le cueste ahora identificarse con el joven que triunf¨® en Madriz o La Luna de Madrid y que tante¨® el c¨®mic hasta confesarse a s¨ª mismo que no hab¨ªa sido obsequiado con talento para el guion. ¡°Era tan malo como guionista, que mis p¨¢ginas cada vez ten¨ªan menos texto¡±, recordaba una ma?ana, mientras se ultimaba el montaje de la exposici¨®n.
No le result¨® f¨¢cil hacer las paces con sus trabajos m¨¢s antiguos. ¡°Me ha costado un poco de esfuerzo sacarlos del caj¨®n. Han pasado 30 a?os y no me reconozco. Hay un salto enorme en mi trabajo¡±, confiesa. Lo hay, sobre todo, en densidad. En esa facilidad para construir un mundo en el marco de una p¨¢gina, donde nada es fr¨ªvolo aunque a veces pueda resultar humor¨ªstico.
Sin embargo, su m¨¦todo no ha cambiado demasiado. Aunque ha reducido sus gigantescos formatos primitivos, Vicente sigue dibujando al estilo del pintor cl¨¢sico: de pie, ante un caballete, con acr¨ªlico, ya sea para cuadro o papel. Siempre quiso ser pintor. ¡°Intent¨¦ entrar en la Facultad de Bellas Artes pero no me admitieron porque no ten¨ªa nota suficiente¡±. El alumno frustrado recurri¨® la decisi¨®n y, varios meses despu¨¦s, le dieron la raz¨®n: Bellas Artes le abr¨ªa las puertas de par en par. Y entonces fue Vicente el que las cerr¨®. Inmerso en la movida, hab¨ªa comenzado a colaborar con revistas municipales y a dibujar aquellos d¨ªas de sustancias y rosas. Aprendi¨® fallando y acertando, como el autodidacta que es. ¡°Me he dado muchas tortas con la cocina, pero tambi¨¦n he ganado mucho tiempo¡±.
Gan¨® una experiencia de tres d¨¦cadas, aunque durante una de ellas releg¨® el dibujo por su labor como director de arte en agencias de publicidad. Un d¨ªa a d¨ªa absorbente que le fue minando el esp¨ªritu. ¡°Yo iba a trabajar arrastrado. La publicidad quema much¨ªsimo y el trabajo no es tuyo¡±. Isabel Esteve, su mujer, fue crucial para que Vicente se arriesgara a liberarse de aquella atadura y a centrarse en una carrera de autor. Se dio la feliz coincidencia de que la prensa comenz¨® a pedirle obras. EL PA?S lo hizo asiduamente. Fernando Vicente ha ilustrado 64 portadas de Babelia, el suplemento cultural de este peri¨®dico. Algunas de ellas han merecido el premio a la excelencia de la Society for News Design.
En la exposici¨®n se pueden ver desde las m¨¢s recientes a otras memorables, como la dedicada a Peter Pan. Tambi¨¦n las caricaturas de escritores, m¨²sicos y actores (Vargas Llosa o Garc¨ªa M¨¢rquez, Bruce Springsteen, Marilyn Monroe). Hay un apartado para las pin-ups, una de sus fijaciones de coleccionista (junto a la de los mapas), y para las ilustraciones de revistas (Letras Libres, Vogue, Rolling Stone¡) y editoriales, sus encargos m¨¢s gratificantes por el margen que le conceden para documentarse. Pero Fernando Vicente es r¨¢pido y productivo. Puede estar con ocho dibujos a la vez. Puede crear casi 400 en un a?o. Puede guardar entre 4.000 y 5.000 originales en su estudio. Puede mostrar un universo sin necesidad de palabras.
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