¡°El dios del dinero tiene hoy un astigmatismo recalcitrante¡±
Javier Gurruchaga hace doblete en Pluto, una s¨¢tira sobre el injusto reparto de la riqueza escrita por Arist¨®fanes hace 25 siglos y, sin embargo, ¡°tan actual como entonces¡±
Los teatros tienen por la ma?ana una calma que enmascara las tempestades que se desatan en sus tarimas por la noche, y el de La Latina en Madrid tiene adem¨¢s una luz como de invernadero que parece esconderlo del barrio que lo rodea. Javier Gurruchaga recibe de negro, con gafas verdosas y gorra oscura, muy a juego con lo que piensa sobre la actualidad. ¡°Vivimos d¨ªas oscuros¡±. Toda una declaraci¨®n de intenciones.
En La Latina se representa Pluto, de Arist¨®fanes, la historia de una utop¨ªa: la del reparto justo de la riqueza, escrita hace 25 siglos y, sin embargo, ¡°tan actual como el d¨ªa en que se estren¨®¡±. En ella Gurruchaga hace doblete: interpreta a la diosa Pobreza y al dios Dinero, que da nombre a la obra y que se pasea ciego por entre la clase dominante de Atenas, desnudando sus vicios y denunciando las injusticias. ¡°Al recuperar la vista, Pluto descubre que no le gusta lo que ve. Por eso intenta arreglar las cosas¡±, cuenta. ¡°Como tampoco le gustar¨ªa lo que ver¨ªa ahora. Corrupci¨®n a espuertas en la clase dirigente, una tremenda desigualdad social y la pobreza, que crece cada d¨ªa¡±, denuncia Gurruchaga. ¡°Nos separan 25 siglos, pero parecen 25 minutos. Hay cosas que nunca cambian¡±.
Quiere el destino que mientras tiene lugar esta conversaci¨®n, a escasos cien metros del teatro se est¨¦ produciendo un desahucio en la calle de Toledo, que permanece cortada por varios furgones de la polic¨ªa nacional. Veinte familias realojadas por la PAH se quedaron en la calle ese d¨ªa; entre ellas, 13 ni?os. ¡°Hoy el dios del dinero no s¨¦ si est¨¢ ciego, pero es innegable que sufre de un astigmatismo recalcitrante¡±, dice Gurruchaga al conocer la noticia, con una mueca torcida como si fuera algo personal, como si vestir las ropas del personaje sobre las tablas le hiciera compartir responsabilidades en el mundo real. ¡°Ahora surgen partidos llamados Podemos, Ganemos¡ Espero que caigan las m¨¢scaras y salga un partido llamado Robemos, al menos ser¨ªan sinceros¡±, a?ade con una sonrisa torcida.
¡°Arist¨®fanes tuvo que esquivar a la censura de entonces para que aplaudieran lo que en realidad era una cr¨ªtica despiadada a la clase dirigente de Grecia¡±, dice Gurruchaga, y a?ade sard¨®nico: ¡°?Precisamente Grecia, donde hoy ocurre de nuevo todo lo que denuncia la obra!¡±. El texto de este Pluto, estrenado en Madrid esta pasada semana, es versionado por Emilio Hern¨¢ndez, y junto a Gurruchaga est¨¢n sobre las tablas, hasta el 3 de mayo, nombres como Marisol Ayuso, Marcial ?lvarez o Jorge Roelas.
Al gran reparto de actores y a la direcci¨®n de Mag¨¹i Mira se han sumado al proyecto el letrista Juan Mari Montes, que escribi¨® unas canciones (ocho, que recorren todo el montaje) a las que han puesto m¨²sica Marco Rasa y el propio Gurrruchaga, que tambi¨¦n pone la voz, claro. Un apunte m¨¢s en todo este luminoso plantel, del vestuario se ha encargado el dise?ador Lorenzo Caprile.
M¨²sico, actor de cine y teatro, showman, presentador, actor de doblaje, confiesa sentirse igual de c¨®modo en todas esas facetas. ¡°En la m¨²sica estoy muy a gusto, pero est¨¢ claro que es un arte que te limita. Yo no puedo cantar copla, por ejemplo. En teatro es distinto. Puedes bucear en otras psicolog¨ªas, ser otras personas. Es un juego a lo Jekyll y Hyde muy es?timulante¡±. Dr. Jeckyll y Ms. Hyde en este caso, donde la sibilina Pobreza conspira y el t¨ªmido Dinero solo quiere repartirse con m¨¢s justicia.
¡°No soy alguien anclado en el pasado¡±, confiesa quien lleva desde 1976 (cuando fund¨® la Orquesta Mondrag¨®n) subido a un escenario de una forma u otra. ¡°Est¨¢ claro que hay cierta nostalgia hacia el CD, hacia el vinilo, pero hoy surgen cosas estupendas, como una Lady Gaga completamente actual, que de repente saca un disco maravilloso a d¨²o con Tony Ben?nett¡±, cuenta. ¡°Hay cierta interacci¨®n entre el ayer y el hoy. Eso es fant¨¢stico. Vivimos tiempos ecl¨¦cticos¡±. ?
Cuesti¨®n de gustos
1. ?En qu¨¦ obra se quedar¨ªa a vivir? En Ser o no ser, la pel¨ªcula de Ernst Lubitsch. La vi muy peque?o, con 13 a?os o as¨ª, y me fascin¨® su juego de metateatro, de metacine.
2. ?A qu¨¦ artista de todos los tiempos invitar¨ªa a cenar??Pues a Mick Jagger, por ejemplo, es alguien del que seguro se puede aprender mucho.
3. ?Qu¨¦ encargo no aceptar¨ªa jam¨¢s??Sin duda, dar el tiempo. O presentar la loter¨ªa.
4. ?Qu¨¦ obra o pel¨ªcula no pudo terminar??Procuro verlas enteras siempre. Ahora me viene a la cabeza una pel¨ªcula de Jim Carrey. El tipo me encanta, de verdad, pero la pel¨ªcula era mala de solemnidad.
5. ?Qu¨¦ hizo el ¨²ltimo fin de semana??Zambullirme en el ¨²ltimo disco de Bob Dylan y en los cuentos de Juan Rulfo.
6. ?Qu¨¦ est¨¢ sobrevalorado en esta sociedad??El culto al dinero. M¨¢s que al dinero, a las cosas ampulosas, al chalet y al barco. El dinero es hoy como el becerro de oro, aleja de la realidad.
7 ?A qui¨¦n le dar¨ªa un premio??Sin duda alguna, a mi madre. Y no tardar¨ªa tanto como el Oscar a Chaplin.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.