El carisma devaluado

La pel¨ªcula brit¨¢nica El ex¨®tico hotel Marigold naci¨® hace cuatro a?os como obvio retrato para espectadores adultos con un cierto deleite por el exotismo, la espiritualidad y el poder del cine como ejercicio de autoayuda. Sin embargo, un pu?ado de cuestiones narrativas, como la encomiable defensa de los personajes m¨¢s negativos, y sobre todo interpretativas, con una hermos¨ªsima colecci¨®n de carismas y rostros arrugados, limpios de afeites quir¨²rgicos, la elevaban por encima de esa media de pel¨ªculas que utilizan el buen rollo como simple pretexto para superpoblar su territorio de az¨²car y chistes del mont¨®n.

En El nuevo ex¨®tico hotel Marigold, su (in)evitable secuela, con la ¨²nica aportaci¨®n del estadounidense Richard Gere, al que hay que alabar que quiera hacer papeles de sesent¨®n, Ol Parker y John Madden, de nuevo guionista y director respectivamente, mantienen algunas de las constantes, pero los temblores de la primera entrega se han agudizado hasta conformar una pel¨ªcula en la que acaba pesando m¨¢s lo cargante que lo afectuoso. Un estado en el que tiene mucho que ver el ¨²nico personaje protagonista joven de la historia, interpretado por el brit¨¢nico de origen indio Dev Patel (Slumdog millionaire, The newsroom), al que Parker endilga ya una serie de situaciones m¨¢s rid¨ªculas que graciosas, y que acaba convirti¨¦ndose directamente en un insoportable plasta conforme avanza su sobreactuaci¨®n, con ojos, cejas, brazos y manos movi¨¦ndose al alim¨®n de un texto desde luego mejorable.

Cuando El nuevo ex¨®tico hotel Marigold apela al divertimento a base de comedia de enredo y de equ¨ªvocos de personalidad, solo encuentra impostada amabilidad. Sin embargo, cuando mira a los ojos de sus criaturas, ya sea para el drama, la comedia, el amor o el dolor, s¨ª encuentra la verdad de la gente, la gloria y las miserias de sus existencias. ?Suficiente? Esta vez no.