Un paseo por los recuerdos y la obra de Jos¨¦ Antonio Labordeta
La fundaci¨®n que perpetuar¨¢ su memoria se abre hoy al p¨²blico en Zaragoza
Desde hoy abre sus puertas al p¨²blico en Zaragoza la Fundaci¨®n Jos¨¦ Antonio Labordeta, un espacio sito en el centro de la ciudad concebido desde el respeto a la memoria del cantautor, escritor y pol¨ªtico (Zaragoza, 1935-2010) y construido por un reducido grupo de personas. ¡°Reducid¨ªsimo¡±, en palabras de su viuda, Juana de Grandes. ¡°Trece patronos: mis hijas, Eloy Fern¨¢ndez Clemente, Gonzalo Borras y Emilio Gast¨®n [sus amigos de siempre], Pepe Melero, L¨®pez Sus¨ªn, Ram¨®n Salanova, P¨¦rez Lasheras, Manuel Pizarro [alumno suyo], Manuel Teruel y yo¡±. Lo cont¨® y lo defini¨® el d¨ªa de la inauguraci¨®n: ¡°Un grupo que hemos buceado sin ning¨²n tipo de protecci¨®n y sin mesura en su vida, obra y entorno¡±. Ella habl¨® as¨ª de ese lugar, austero, m¨¢gico, que refleja el esp¨ªritu de su marido, fallecido en septiembre de 2010, y cuyo legado ya puede visitarse. Arag¨®n sigue, Labordeta vivereza su lema y su viuda reconoce que s¨ª, que es ¡°un espacio para el recuerdo y la ternura¡±. De hecho, est¨¢ construido por mujeres: ella misma y sus hijas Ana, ?ngela y Paula.
Juana de Grandes acompa?a la visita del primer d¨ªa de puertas abiertas con explicaciones y recuerdos. ¡°Cambi¨¦ mi visi¨®n de Jos¨¦ Antonio el d¨ªa en que sacaron su f¨¦retro de las Cortes [aragonesas] y vi aquella multitud que cantaba y nos acompa?aba. Supe que era de ellos y me dej¨¦ vencer. Yo, tan celosa de nuestra intimidad familiar, de querer construir una vida privada al margen de su carrera; yo, que velaba por preservar el muro, cuando vi aquello, las Cortes sitiadas, abrazadas, por el pueblo, supe que el patrimonio de Jos¨¦ Antonio les pertenec¨ªa¡±. Juana, su compa?era, su c¨®mplice, reconoce que compartir a Labordeta le da energ¨ªa.
Ana, ?ngela y Paula lo ten¨ªan m¨¢s claro que su madre: hab¨ªa que hacer algo con ese legado. Comenz¨® un periplo de cuatro largos a?os que arranc¨® visitando la Fundaci¨®n Torrente Ballester en un viaje a Galicia. Cuenta Juana que amigos de Labordeta bull¨ªan en la idea de levantar algo para preservar su memoria. ¡°Arrancamos con la advertencia del alcalde, Juan Alberto Belloch, de que el camino ser¨ªa duro. Quer¨ªa mucho a Jos¨¦ Antonio y dijo que nos apoyaba pero que iba a ser largo¡±, recuerda. Se pusieron en marcha en 2011 y cogieron velocidad en 2013.
Hoy, el Gobierno de Arag¨®n, que cede el local; el Ayuntamiento de la ciudad y la Diputaci¨®n Provincial, junto a Ibercaja, ayudan a sostener la fundaci¨®n. Recuerda Juana que la idea fue aceptada. ¡°A [Luisa Fernanda] Rudi [presidenta de Arag¨®n] le pareci¨® bien, pero nos ofrec¨ªan espacios demasiado ambiciosos, imposibles de mantener¡±. Finalmente, el lugar elegido parece hecho a medida: dos salas a pie de calle para la muestra y otra destinada a los estudiosos de la obra del autor.
Dos salas acogen la muestra y una tercera se destina a los estudiosos
Su infancia, recogida en fotos y bajo versos que festonean las paredes, los a?os de Teruel, la familia... abren el lugar. Est¨¢ su despacho, con la mesa que su madre, Sara Sub¨ªas, regal¨® al matrimonio por su boda: las estanter¨ªas con sus libros y la colecci¨®n de cabezudos; la m¨¢quina de escribir, antes del ordenador; los cuadros de Cano, Vitoria, Giralt; los discos, el tocadiscos, sus gafas, su m¨®vil... ¡°Esta mesa preciosa que nos ha acompa?ado a todas partes y que era un horror para mi suegra, la librer¨ªa... As¨ª estaba en casa¡±, evoca Juana. Las fotos de los amigos en Canfranc, los primeros recortes de prensa hablando de aquel cantautor profesor de instituto, las hijas, sus poemas a Juana, Ana, ?ngela, Paula y, en el rinc¨®n que cierra la sala, un homenaje a Miguel. Su hermano poeta muri¨® en 1969 y, en cierta medida, les supuso el regreso a Zaragoza al a?o siguiente. ¡°Era tiempo de volver, tras la perdida de Miguel y ya con un disco. Desde Teruel, regresamos tras aquellos a?os inolvidables¡±.
En el pasillo hay colgadas caricaturas suyas. Andal¨¢n, la revista fundada entre otros por ¨¦l en 1972, y primer aldabonazo de prensa progresista y regionalista en Arag¨®n en la predemocracia. Un cuadro encargado por sus amigos, que pint¨® Cano, en el que figuran ¨¦l y Juana y que lleg¨® a casa dos d¨ªas despu¨¦s de su muerte. ¡°Lo colgu¨¦, tuve fuerzas y ahora est¨¢ aqu¨ª¡±. Como est¨¢ el homenaje de sus amigos de la tertulia de poco antes de morir del Sal¨®n Habana. ¡°Eran Alquezar, Artal, P¨¦rez Latorre y Jorge Gay, y eran de un humor parecido al suyo¡±.
¡°Vi a la gente sacar su f¨¦retro y supe que a ellos les pertenec¨ªa su legado¡±, dice su viuda
Llega el espacio de la vida p¨²blica, sus 35 a?os m¨¢s conocidos: la de cantautor, con portadas de los discos, de Saura, Cano, Lasala, su guitarra, fotos de los conciertos, las canciones. Su faceta de viajero cercano, la mochila en la que meti¨® todo un pa¨ªs recorrido con llaneza. Sus libros ilustrados en varias ocasiones por Bayo. Los escritos y cartas de Goytisolo, Cela, Pablo Serrano, Frutos, Blecua, Celaya, Delibes y su vida de pol¨ªtico, la ultima etapa antes del adi¨®s. Su papel en el esca?o como diputado de la Chunta, tiempo de intervenciones memorables en el Congreso. Los premios recibidos ¡ªel ¨²ltimo, el doctorado honoris causa de la Universidad de Zaragoza¡ª, como la Medalla de Oro de las Bellas Artes o La Gran Cruz de Alfonso X El Sabio. ¡°No est¨¢n todos¡±, precisa la viuda.
El recorrido se cierra con el adi¨®s. Las impresionantes fotos de ciudadanos rodeando las Cortes aragonesas, de donde sali¨® su f¨¦retro, los telegramas de p¨¦same, de la Casa Real a los escritos en los libros de condolencias de la gente llana: ¡°Gracias Labordeta por querer tanto a Arag¨®n¡± o ¡°Te has ido sin firmarme el ¨²ltimo disco¡±.
La semana pasada, llov¨ªa en Zaragoza y llegaban los primeros visitantes a la fundaci¨®n. Un goteo para el primer d¨ªa de puertas abiertas. Paula, su hija, reconoc¨ªa que ¡°m¨¢s de uno lloraba¡±. La fundaci¨®n recoge su legado. Sus patronos la sostienen: ¡°Hay que pagar la luz, el agua, la calefacci¨®n... Por eso vamos a cobrar un euro de entrada¡±. D¨ªas para grupos y colegios, ¡°a los que no cobramos¡±. All¨ª est¨¢ su legado. Espacio para la investigaci¨®n y para la visita. Un sue?o que comienza.
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