?Conocer m¨¢s o menos a Virginia Woolf?
La monumental biograf¨ªa de la autora muestra un lado comunicativo que sorprende. Bauer nos descubre el lado xen¨®fobo y clasista entre una profusi¨®n de detalles y documentos
Cuando Virginia Woolf paseaba por la calle con aire distra¨ªdo, la gente dec¨ªa: ¡°M¨ªrala¡±. Leonard Woolf da cuenta de la doble faz de una persona a la vez rid¨ªcula y bella. Absolutamente fascinante. Quiz¨¢ el prop¨®sito de Irene Chikiar Bauer al escribir esta biograf¨ªa monumental sobre una de las m¨¢s grandes escritoras del siglo XX consista en entender, a trav¨¦s del an¨¢lisis del ingente acervo de documentos de Virginia Woolf y de parte de los integrantes del grupo de Bloomsbury, la complejidad de una mujer peculiar por s¨ª misma que es simult¨¢neamente un fruto reconocible de su ¨¦poca. El resultado es el mismo que se produce cuando en una novela se acumu?lan los detalles para construir un personaje: la asequibilidad de lo esquem¨¢tico cede ante la bruma; el car¨¢cter revelador y subjetivo del impresionismo ¡ªel ojo que selecciona seg¨²n comprende o comprende a medida que selecciona¡ª deja paso a la minuciosidad de ese hiperrealismo que, en su recreaci¨®n de cada arista, pelo, sombra, produce opacidad y se acerca a la abstracci¨®n. Chikiar Bauer consigue sustraer a la gran figura de Bloomsbury ¡ªcon perd¨®n de Keynes¡ª de la espectacularizaci¨®n del icono que ha llegado a hacer de su imagen una mariquitina o un punto de lectura. Al acabar este libro no sabemos si conocemos m¨¢s o menos a Virginia Woolf y nos formulamos las preguntas de a qui¨¦n va dirigida esta biograf¨ªa y, sobre todo, de c¨®mo la debemos leer: con el impulso fascinante de la novela r¨ªo, con demorada lente acad¨¦mica o picoteando a la b¨²squeda de informaciones espec¨ªficas de cualquier ¨ªndole ¡ªpuro cotilleo, apunte filol¨®gico, dato hist¨®rico¡ª.
La bi¨®grafa revisa los diarios y la correspondencia de una autora que lleg¨® a escribir siete cartas diarias: tal exceso nos suscita la duda de si Virginia Woolf escribi¨® tanto por su deseo de encontrarse con el otro o por esa modalidad del onanismo que, a trav¨¦s del ejercicio mental de la escritura, persigue el autorreconocimiento. A diferencia de autores que han buscado ocultarse y escatimar detalles de su intimidad ¡ªfantasmagorizarse en vida¡ª, nos sorprende el lado social y comunicativo de una Virginia Woolf que suele sernos presentada en sus facetas m¨¢s introspectivas y delirantes. El celo de la bi¨®grafa es casi tan grande como el de Virginia Woolf e incluso visibiliza las peculiaridades de la defecaci¨®n de la escritora. Chikiar Bauer nos descubre el lado xen¨®fobo, esnob y clasista de una mujer que ten¨ªa prejuicios contra los jud¨ªos, pero se cas¨® con uno. Acaso la conciencia de posteridad de Virginia Woolf puede ser otra de las razones para entender qu¨¦ la condujo a producir esa mastod¨®ntica cantidad de textos autobiogr¨¢ficos. No obstante, lo trascendente es la metodolog¨ªa de Chikiar Bauer que los utiliza como las miguitas de Pulgarcito: por una parte, da la impresi¨®n de que la bi¨®grafa no hubiese escrito ni una sola l¨ªnea sin haber consultado una prueba documental y conoce detalles tan asombrosos como el de que el fuego estaba encendido cuando Julia, madre de la autora, acept¨® casarse con Leslie. Por otra parte, ante estas pinceladas de ambientaci¨®n, los lectores m¨¢s ortodoxos acad¨¦micamente pueden llegar a inquietarse cuando las expectativas que desencadena Virginia Woolf. La vida por escrito derivan hacia lo libresco.
El contorno de Virginia Woolf y el fondo del cuadro se presentan como indisolubles y dan sentido a la palabra queer. La escritora londinense era completamente queer y su extra?eza se vincula con su sexualidad, que camina entre lo fr¨ªo y lo ambiguo, entre las experiencias traum¨¢ticas de abuso sufridas en la infancia y una virginidad que se prolonga hasta casi los 30 a?os, y que ella quiere superar fundamentalmente porque piensa que no conocer esa parte de la vida puede ser un lastre para su escritura. La extra?eza de Virginia conecta con su deseo truncado de ser madre; con la dependencia y la competici¨®n permanente con su hermana Vanessa ¡ªcarnalidad, maternidad, calidez¡ª; con esos episodios patol¨®gicos en los que o¨ªa hablar en griego a los p¨¢jaros; con su vocaci¨®n espeleol¨®gica, su autoexigencia y su af¨¢n de experimentaci¨®n. Precisamente uno de los aspectos m¨¢s sobresalientes de este volumen es la inteligencia con que Chikiar Bauer va enlazando la biograf¨ªa de Virginia con su concepci¨®n del lenguaje y la literatura, con sus novelas y ensayos. Se observa el proceso de evoluci¨®n de una escritora y una mujer vital. La extra?eza de Virginia Woolf se relaciona tambi¨¦n con el imperativo de ser una mujer, pero escribir como un hombre: Un cuarto propio, Orlando, la consigna de huir del imaginario victoriano del ¨¢ngel del hogar, la reivindicaci¨®n de que lo privado es pol¨ªtico o de que las muchachas deber¨ªan beber vino, la conveniencia de alejarse de la cocina para que la escritura no se convierta en un v¨®mito sensiblero de emociones¡ Chikiar Bauer, partiendo de los estudios de Leah Leone, se aproxima al peliagudo asunto de cu¨¢l hubiese sido la repercusi¨®n de Virginia Woolf en los autores del Boom si en las traducciones que Borges hizo de sus obras no hubiese alterado las cuestiones de g¨¦nero y neutralizado hasta cierto punto su efecto transgresor.
El fondo del cuadro se completa con una galer¨ªa de personajes de una entidad indiscutible: Henry James, Leonard Woolf, Vanessa Bell, Katherine Mansfield, Roger Fry, T. S. Eliot, James Joyce, Vita Sackville-West, Ethel Smyth, Lytton Strachey, Dora Carrington¡ Al fondo de la imagen, pero tal vez mucho m¨¢s dentro de s¨ª misma de lo que la propia escritora hubiera deseado, aparece la guerra, el nazismo, el racionamiento, la falta de combustible, la percepci¨®n de que no hay futuro, las dificultades para escribir, el miedo a la locura, la renuncia a los placeres de la vida ¡ªcaminar, conversar¡ª, la impresi¨®n horrible de que el esposo y la hermana se alejan¡ Entonces aparece el r¨ªo turbulento, una pesada piedra y una necrol¨®gica donde el suicidio de Virginia Woolf casi se interpreta como una imperdonable falta de patriotismo. Irene Chikiar Bauer lo cuenta bien.
Virginia Woolf. La vida por escrito. Irene Chikiar Bauer. Taurus. Madrid, 2015. 952 p¨¢ginas. 23,90 euros.
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