¡®Historia del toreo¡¯, de N¨¦stor Luj¨¢n: un saludo a la afici¨®n
La reedici¨®n de esta obra con las ilustraciones originales y el texto ¡®Tauromaquia¡¯ revela una historia ¨ªntima, popular e intelectual de Espa?a, al mostrar c¨®mo las artes han acompa?ado al toreo
M¨¢s mitificado que le¨ªdo, N¨¦stor Luj¨¢n (Matar¨®, 1922-Barcelona, 1995) ha sido un escritor al que ha costado encontrarle la distancia justa. Sus obras se encuentran antes en las librer¨ªas de viejo que en las de nuevo. Lujosa y placentera, su prosa, con un arsenal ret¨®rico incomparable, afrenta el minimalismo que hoy se exige en el periodismo y la edici¨®n. Por ¨²ltimo, la propia dispersi¨®n de su obra no le ha ayudado: novelas gratas pero r¨¢pidas, y ensayos sobre cocina cuando esto se consideraba menos parte de la literatura que de las variedades.
Y bien, pese a estas dificultades, Luj¨¢n todav¨ªa se las ha arreglado para mantener un mito reverente. En primer lugar, porque los a?os han puesto al descubierto una literatura gastron¨®mica espa?ola que, en el segundo siglo XX, tiene un nivel extraordinario: Cunqueiro, Perucho, Pla, Luj¨¢n, y Luj¨¢n ha sido el m¨¢s conocedor de todos ellos. Y, en segundo lugar, porque su escritura ¡ªuna literatura muy period¨ªstica y un periodismo muy literario¡ª ofrece, por ejemplo en sus retratos, un contrapunto vintage que refrescar¨¢ o no nuestros planteamientos de hoy, pero en todo caso desata la concupiscencia lectora. F¨ªjense si es vintage Luj¨¢n que pod¨ªa ser a la vez taurino y pujolista. Resulta en todo caso del mayor inter¨¦s saber qu¨¦ pueda decir a la generaci¨®n que ahora toma la alternativa.
Enciclopedista de los placeres y trag¨®n del conocimiento, no es inexplicable que los toros atrajeran desde fecha temprana a un Luj¨¢n siempre a medio camino entre la sensualidad y la cultura: su primer libro, a¨²n en los cuarenta, ser¨¢ De toros y toreros. El viajero de los expresos continentales, el Luj¨¢n que, entre citas de Balzac, nos va a ense?ar todo de las trufas o del caf¨¦, es un se?or que se acerca con pasi¨®n y seriedad a esa excepci¨®n ib¨¦rica que es el toreo.
Tributario del Coss¨ªo, su Historia del toreo conocer¨¢ dos ediciones (1954 y 1966) en vida del autor y una tercera (1993) en la que Juan Antonio Polo busca prolongar el texto hasta m¨¢s all¨¢ de donde lo hab¨ªa dejado Luj¨¢n, en tiempos de El Cordob¨¦s y Domingu¨ªn. Esta edici¨®n de Pase¨ªllo, m¨¢s all¨¢ del rescate, tiene varios aciertos: ce?irse al texto lujaniano de 1966 y mantener unas ilustraciones (doscientas) que atestiguan la trascendencia cultural del tema comentado. Tambi¨¦n, y de modo notable, incluir un texto del propio Luj¨¢n, Tauromaquia, a modo de s¨ªntesis de amenidad sobre lo b¨¢sico: qu¨¦ es lo que vemos en una corrida, del pase¨ªllo hasta el arrastre. Una adici¨®n de la mayor utilidad para salvar la barrera de conocimientos y terminolog¨ªa que impone el mundo taurino en una ¨¦poca en la que tenemos un trato menos natural con ¨¦l. Cualquiera, por tanto, puede acercarse a este Luj¨¢n, aunque no tenga sepa bien distinguir entre un berrendo y un entrepelado.
Toda historia de la lidia, y tambi¨¦n la de Luj¨¢n, se encuentra un problema: c¨®mo describir lo que nadie ha visto, sea el toreo al modo del valle del Ebro en el XVIII o la diferencia de estilos entre Pedro Romero y Costillares. De por s¨ª la cr¨®nica taurina tiene la labor de contar un suceso irrepetible, lo que ha llevado a un subg¨¦nero literario cuya exactitud radica en la hip¨¦rbole y la apreciaci¨®n personal: imaginen, pues, pasar de la cr¨®nica a la historia. ?C¨®mo ser¨ªa ¡°la elegancia indescriptible de Cara-Ancha¡¯, muerto en 1925, ¡®toreando con el capote¡± de la que nos habla Luj¨¢n? Habida cuenta de que el toreo, a lo largo del tiempo, va tomando la forma que le dan los propios diestros protagonistas, esta erudici¨®n taurina tiene algo de melancol¨ªa y de ficci¨®n, sin que por ello resulte menos sabrosa o menos hermosa, como una arqueolog¨ªa hecha de coplas, cr¨®nicas, estampas viejas y viejos carteles.
As¨ª, quiz¨¢ de modo inevitable ¡ªy de modo m¨¢s que favorable para la prosa de Luj¨¢n¡ª, el libro se va contando a trav¨¦s de sus grandes personalidades y sus grandes rivalidades: Lagartijo y Frascuelo, Bombita y Machaquito, Paquiro, Pepe-Hillo, Joselito y Belmonte. Para Luj¨¢n, el toreo ¡°se va ordenando¡± paulatinamente, hasta que, con el citado Belmonte, deja de ser fiesta para convertirse en est¨¦tica, sin abandonar nunca su condici¨®n de concreci¨®n pl¨¢stica, junto al flamenco, de un sentimiento tr¨¢gico de la vida, a decir del autor.
Es de agradecer que esta Historia del toreo se cuente a trav¨¦s de perfiles que, de c¨¦lebres, pueden as¨ª pasar a conocidos: no leemos igual el Llanto por Ignacio S¨¢nchez Mej¨ªas despu¨¦s de saber tanto de ¨¦l (¡°su valor en la plaza fue sencillamente aterrador¡±), y algo nos dice de las emociones del pa¨ªs que Espartero tuviera sus, digamos, swifties. Pero es a¨²n m¨¢s sugestivo pensar que, a trav¨¦s de esta ilaci¨®n, lo que se revela es una historia ¨ªntima o popular de Espa?a. Y no solo: es tambi¨¦n un lugar desde el que contar su historia intelectual, sea a trav¨¦s de las artes que han acompa?ado al toreo, sea a trav¨¦s del forzoso posicionamiento que, por el simple hecho de ser el pa¨ªs de la tauromaquia, han tenido las ¨¦lites del pensamiento y del gobierno a lo largo de los siglos. Un posicionamiento que siempre llevaba consigo una proyecci¨®n pol¨ªtica.
De todo ello, hasta la deriva tur¨ªstica de los toros en tiempos del desarrollismo, nos habla Luj¨¢n, si bien hay que ver en ¨¦l a una especie de Midas literario: ya podr¨ªa escribir de la historia del seguro agrario en Nueva Gales del Sur, que todo tema que toca lo convierte en interesante. A ¨¦l mismo, en ocasiones, se le van los dedos a lo que, parece, en el fondo le apasiona: la descripci¨®n de Espa?a al t¨¦rmino de los Austrias menores, o los tipos de peinado dieciochesco o de baile galante. Ah¨ª, entre quite y quite, es donde m¨¢s se luce, con una que prosa recuerda al Rolls de un ganadero: est¨¢ llena de lujos, pero c¨®mo anda.
Historia del toreo
582 p¨¢ginas
34,95 euros
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