Gloria nacional
No se me ocurre nadie mejor que Paco de Luc¨ªa para representar esa categor¨ªa
El sentido de la expresi¨®n ¡°gloria nacional¡± me ha sonado desde ni?o a una especie de exaltaci¨®n patri¨®tica degenerada. Ha tenido que venir el tiempo, con sus hermosas oportunidades y experiencias, a explicarme qu¨¦ contiene exactamente una expresi¨®n as¨ª. Gloria nacional es aquella persona que concita en sus conciudadanos un orgullo admirativo, que al margen de la penosa rivalidad cotidiana, despierta en los que escuchamos su nombre una reverencia. La excelencia, palabra que utilizan los pol¨ªticos conservadores para hundir la igualdad de oportunidad educativa, est¨¢ representada por alguna de esas glorias nacionales en sus oficios diversos. No se me ocurre nadie mejor que Paco de Luc¨ªa para representar esa categor¨ªa.
En primer lugar porque Paco de Luc¨ªa sali¨® de abajo, en todos los sentidos. De abajo en la escala social, en la escala geogr¨¢fica y en la escala cultural. Porque el flamenco, machacado por la explotaci¨®n interesada del se?orito y la falta de generosidad de los puristas, alcanz¨® con ¨¦l una familiaridad mundial. Paco sirvi¨® adem¨¢s a la guitarra espa?ola como el mejor soldado imaginable. Despu¨¦s de abrazarla de ni?o, heredada de un padre que se hab¨ªa ganado las pesetas en las fiestas particulares y los tablaos, fue capaz de sacarle al instrumento un fuego que tan solo cantaores y bailaores eran h¨¢biles para prender en las audiencias.
En los homenajes que se le tributan a Paco de Luc¨ªa hablan m¨²sicos que tienen mucho m¨¢s conocimiento sobre la especialidad. Con sus demostraciones de admiraci¨®n dejan claro que en el oficio alcanz¨® un grado no asequible para muchos. No hubo ya guitarrista en el mundo que despu¨¦s de que ¨¦l alcanzara sus m¨¢s altas cotas no rindiera pleites¨ªa al maestro. Paco de Luc¨ªa era un nombre que te soltaba como inspiraci¨®n un joven guitarrista de rock y el m¨¢s complejo de los jazzistas. El acuerdo estaba basado en algo admirable que Paco logr¨® en algunas de sus composiciones: la precisi¨®n t¨¦cnica unida a la inspiraci¨®n mel¨®dica.
Con la debida sorna que ¨¦l tanto practic¨®, reconozc¨¢moslo en toda su grandeza como una ¡°gloria nacional¡±
Pero hay algo que es necesario a?adir para alcanzar el rango de gloria nacional y tiene que ver con el car¨¢cter. No basta el talento, sino que tiene que venir acompa?ado de su expresi¨®n. Paco de Luc¨ªa incorpor¨® al repertorio un ladino sentido del humor que lo distanciaba de todo. Abandon¨® la trascendencia para ser capaz de apreciar otras artes y otros entretenimientos. Dedic¨® cada rato de conversaci¨®n privada a demoler los t¨®picos y a re¨ªrse de la autoridad y de la petulancia. No hay nada mejor que corone la inteligencia que el sentido del humor. Y ¨¦l pose¨ªa ese trazo firme, igual que Enrique Morente, que acababa cada frase brillante en una risa compartida, incluso gamberra.
En una de las ocasiones en que pudimos hablar sobre m¨²sica, gracias a los amigos comunes que tuvieron la maravillosa generosidad de sentarnos juntos a cenar, regalo que nunca olvidar¨¦, recuerdo que me cont¨® el proyecto de grabar una serie de coplas que formaban parte de sus recuerdos de infancia, de esa cultura popular que te cala en los huesos sin que lo sepas ni lo puedas evitar. Record¨¦ entonces un encuentro muy divertido con Roc¨ªo Jurado, interrumpido por su escolta habitual, pero en el que dio tiempo a rememorar la infancia, los padres adorados y tambi¨¦n la copla. Roc¨ªo me dijo con su tono grandilocuente que la copla era la ra¨ªz. No dijo m¨¢s, solo eso. La ra¨ªz. Para Paco, grabar las coplas ten¨ªa adem¨¢s otro sentido igual de valioso. Reconocer al final de un viaje laborioso a trav¨¦s de la t¨¦cnica y la precisi¨®n instrumental que no existe mayor reto para un compositor que arrancar una melod¨ªa de calado. En esa sencilla y compleja ecuaci¨®n reconoc¨ªa ¨¦l sus limitaciones y sus retos m¨¢s logrados. Igual que en los Ojos verdes cantados por Marif¨¦ de Triana reencontraba algo que pertenec¨ªa a su esencia personal.
En un pa¨ªs que no es muy dado a los acuerdos, que genera talentos art¨ªsticos incre¨ªbles pese a la guerra cerrada del poder contra el ingenio, se necesitan personalidades como la de Paco de Luc¨ªa para concitar ese encuentro. Por eso, aunque sea una expresi¨®n ajada y sobreutilizada por los enemigos de la gracia, no creo que haya nada que defina mejor lo que fue. Con la debida sorna que ¨¦l tanto practic¨®, reconozc¨¢moslo en toda su grandeza como una ¡°gloria nacional¡±.
Babelia
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