Ciudadano ?lex

Un thriller pol¨ªtico, ajustado a la realidad como un guante. El partido en el poder est¨¢ maduro tirando a pasado; Fran, l¨ªder del partido emergente que dice representar el cambio tranquilo, se ha forjado una imagen p¨²blica de ciudadano honesto; ?lex, su secretario de organizaci¨®n, acaricia la vicepresidencia, y las empresas cotizadas en bolsa alientan la candidatura de ambos a las legislativas, que est¨¢n al caer. En Dignidad, Ignasi Vidal habla de la lucha de poder dentro de los partidos, de la vocaci¨®n y las ambiciones de sus dirigentes y de cu¨¢n sencillo es que los cargos sean instrumentalizados y se corrompan cuando no se desempe?an con transparencia absoluta.

La funci¨®n es un debate cara a cara in crescendo entre estos dos amigos, u?a y carne cuando entraron en pol¨ªtica, que ahora, con el poder a su alcance, ocupan posiciones divergentes moralmente. Daniel Muriel (Fran) dice haberse inspirado en Albert Rivera para componer su papel, pero, por su f¨ªsico y por el idealismo que trasluce, recuerda por momentos a Zapatero joven: su interpretaci¨®n d¨²ctil y org¨¢nica (ya desde la entrevista en v¨ªdeo que Esther Palomera le hace a modo de prefacio), su fuerza delicada y su determinaci¨®n contrastan con el f¨ªsico de lanzador de jabalina de ?lex, encarnado por el propio Ignasi Vidal con un empaque que evoca el de Carmelo G¨®mez. Juan Jos¨¦ Afonso, su director, hace valer el inter¨¦s creciente de la comedia, cuyo hiperb¨®lico giro final no deber¨ªa llevarse a t¨¦rmino (o s¨ª, pero sembrando cierta ambig¨¹edad al respecto de lo sucedido).