Objetivo Garc¨ªa M¨¢rquez
Cuando se cumple un a?o de la muerte del Nobel colombiano, un libro repasa su vida a trav¨¦s de im¨¢genes de Daniel Mordzinski. As¨ª fue, en Biarritz, el primero de sus muchos encuentros
Desde hace casi cuarenta a?os Daniel Mordzinski ha venido trabajando en un ¡°atlas humano¡± de la literatura iberoamericana. Algunas de las piezas m¨¢s destacadas de este ambicioso proyecto est¨¢n representadas por sus fotograf¨ªas de Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, notables no solo por s¨ª mismas, sino por la naturaleza esquiva del Nobel colombiano, tan reacio a compartir su intimidad.En este libro, que es ante todo un homenaje, Mordzinski ofrece una muestra considerable de ellas, y las acompa?a al final con los retratos de algunos de los personajes m¨¢s cercanos a Gabo, familiares y periodistas, artistas y escritores que en uno u o en otro momento tuvieron con ¨¦l una relaci¨®n especial. A continuaci¨®n, reproducimos un extracto del libro, en el que Santiago Gamboa reproduce el primer encuentro entre Mordzinski y Garc¨ªa M¨¢rquez:
La oportunidad se present¨® en Biarritz poco despu¨¦s, siempre en ese prol¨ªfico a?o de 1995. All¨ª se celebrar¨ªa una semana dedicada a la literatura colombiana, teniendo como invitado especial a ?lvaro Mutis, el gran Gaviero. Se anunci¨® que Garc¨ªa M¨¢rquez ir¨ªa pero fuera de agenda. S¨®lo quer¨ªa acompa?ar a su amigo Mutis. Nada de presentaciones, nada de firmas de libros, nada de entrevistas. Nada de nada. Sin embargo Plinio llam¨® a Daniel a Par¨ªs y le dijo: ¡°Ve a Biarritz y dame un tel¨¦fono de contacto. Gabo te llamar¨¢¡±. Le indic¨® tambi¨¦n un fragmento de una entrevista que ¨¦l le hab¨ªa hecho en la que Garc¨ªa M¨¢rquez hablaba sobre Par¨ªs. Unos cu¨¢ntos p¨¢rrafos que servir¨ªan para el libro, acompa?ando las fotos. S¨®lo faltaba la autorizaci¨®n de Carmen Balcells, pero seg¨²n Plinio la cosa no era imposible. De alg¨²n modo, todo estaba listo.
Con esa ilusi¨®n Daniel viaj¨® a Biarritz el 23 de septiembre de 1995. Y de nuevo coincidimos, pues yo deb¨ªa hacer cubrimiento del festival para El Tiempo y mi secci¨®n literaria de RFI. Para all¨¢ salimos, ¨¦l en tren y yo en avi¨®n (yo ten¨ªa vi¨¢ticos y ¨¦l no). Al llegar a Biarritz, en lugar de andar de sal¨®n en sal¨®n, detr¨¢s de otros escritores, Daniel se dedic¨® a esperar en su hotel, ansioso, la anhelada llamada.
Como dice el narrador de Apocalypse now!, ¡°Todo lo que uno espera fervientemente acaba por llegar¡±, y as¨ª fue que el tel¨¦fono de Daniel son¨® y del otro lado estaba la voz esperada.
¡°Soy Garc¨ªa M¨¢rquez, Plinio me dijo que te llamara para unas fotos¡±.
Daniel hizo un esfuerzo por sobreponerse a la emoci¨®n, lo salud¨® y le dio las gracias. Adivinando su nerviosismo, Garc¨ªa M¨¢rquez agreg¨®:
¡°C¨®mo quiere que me vista, ?con corbata o sin corbata?¡±
Daniel trag¨® saliva y le dijo:
¡°Esta ma?ana sal¨ª a caminar por la playa, estuve mirando el mar y pens¨¦ en el Caribe y en Cartagena de Indias¡ Sin corbata¡±.
Se pusieron cita para el otro d¨ªa, a las 12 a.m.
Un poco antes, hacia las 10 de la ma?ana y en la misma playa, Daniel ten¨ªa cita con otro gran poeta y novelista, ?lvaro Mutis, el gran Gaviero, a quien ya conoc¨ªa desde hac¨ªa un par de a?os. Incre¨ªble coincidencia para Daniel tener por primera vez, frente al mismo mar, a dos de los m¨¢s grandes escritores latinoamericanos, y que adem¨¢s eran grandes amigos.
M¨¢s adelante nos explayaremos sobre esta coincidencia. Por ahora tenemos a Daniel vigilando el reloj, a la espera de un mediod¨ªa que ser¨ªa fundamental para su trabajo de artista y fot¨®grafo. La cita era en el Hotel du Palais, el antiguo palacio de la esposa de Napole¨®n III, una construcci¨®n barroca, llena de columnas y m¨¢rmoles, en ese estilo que los franceses llaman Segundo Imperio. A la hora en punto Daniel lleg¨® al lobby y pregunt¨® por Garc¨ªa M¨¢rquez, que ya lo esperaba. Por supuesto sin corbata. Se saludaron con amabilidad, cruzaron el portal de vidrio del restaurante y caminaron por el jard¨ªn hasta unas escaleras que bajaban a la playa. Ah¨ª, sobre algunas rocas varadas en la arena, con las c¨ªclicas hileras de espuma de las olas del Atl¨¢ntico y el cielo espejeante, Daniel y Garc¨ªa M¨¢rquez empezaron a trabajar.
Gabo Siempre. Fotograf¨ªas de Daniel Mordzinski. Textos de Santiago Gamboa. Random House. Mayo 2015.
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