El fuego de Gosling
Hay pel¨ªculas que vivir¨ªan en cualquier evento, pero que en Cannes se mueren. El acontecimiento las mata. El poder del festival franc¨¦s, y lo que se mueve alrededor de ¨¦l, colas de fans, colas de compradores de producciones, colas de periodistas especializados, multiplica en ocasiones las sensaciones que determinadas obras conllevan, hasta acabar con su contexto, con sus intenciones, con su verdadera val¨ªa.
LOST RIVER
Direcci¨®n: Ryan Gosling.
Int¨¦rpretes: Christina Hendricks, Iain De Caestecker, Saoirse Ronan, Eva Mendes.
G¨¦nero: thriller. EE?UU, 2014.
Duraci¨®n: 95 minutos.
Es lo que quiz¨¢ ocurriera en mayo de 2014 con Lost River, debut en la direcci¨®n y el gui¨®n del actor Ryan Gosling, que la mayor¨ªa de la cr¨ªtica poco menos que destroz¨® tras su pase en la secci¨®n Una Cierta Mirada. Una obra de evidente desequilibrio narrativo, pero de enorme potencia visual que, sin embargo, servidor defendi¨® en su cr¨®nica de aquella jornada festivalera. Vista de nuevo un a?o despu¨¦s, se confirma la sentencia absolutoria.
Como un Edward Hopper pesadillesco de la Am¨¦rica profunda, m¨²sica que contrasta en tono con las secuencias a las que ilustra, un montaje por corte que continuamente se salta peque?os pasos a base de breves elipsis que le otorgan a las escenas un ritmo casi paranoico, y una sensacional fotograf¨ªa de Beno?t Debie, responsable, entre otras, de Irreversible y Spring breakers, Lost River tiene en el cine de David Lynch uno de sus modelos evidentes.
Un mundo en ruinas
Pero no solo; tambi¨¦n se nota que Ryan Gosling ha trabajado con Nicolas Winding Refn. La hermosa utilizaci¨®n de los colores verdes y rojos, y la conjunci¨®n de ambos, junto a los planos en gran angular, destacan en un conjunto asentado en un mundo en ruinas, individual y colectivo, que se desvanece entre bancos, inmobiliarias y crisis econ¨®mica y moral, casi como en Bestias del sur salvaje.
Cuando las secuencias se alargan en base a di¨¢logos de cierta conciencia social, pero en realidad pura fachada de reiteraciones y vacuidades, Lost River se estanca. Pero cuando prevalece lo surrealista, lo macabro y lo visual, con esa intensidad fotogr¨¢fica, musical y sonora, la pel¨ªcula se enciende. Como el fuego que la domina, el de un debutante con fortaleza desigual y esp¨ªritu pretencioso, pero en modo alguno desde?able.
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