Desaprender, desmantelar
Tras despedirse de la poes¨ªa, Caballero Bonald vuelve a ella con 'Desaprendizajes', un libro de poemas en prosa que compendia varios de sus registros, obsesiones y enfados
La ¨²ltima palabra: as¨ª puede considerarse el libro de Caballero Bonald Desaprendizajes no porque sea el broche con que remata su obra, algo que ya hab¨ªa anunciado en ocasiones anteriores, sino porque, en su escritura multigen¨¦rica, la poes¨ªa es una palabra definitiva o m¨¢s all¨¢, a la que se conf¨ªa lo que ¨²nicamente ella es capaz de decir. Y eso pese a que es dif¨ªcil no emprender su lectura con reticencias: igual que muchos poetas no se resisten a publicar sus primeros balbuceos, otros siguen haci¨¦ndolo cuando ya solo ofrecen restos y escurriduras. Pronto advertimos que no es el caso de Caballero Bonald, ya que, al borde de los 90 a?os, su escritura no cede en fuerza expresiva respecto a sus obras mayores, aunque tampoco nos desvela algo que ignor¨¢ramos del autor. De modo que, si vale el matiz, cabe hablar m¨¢s de insistencia que de redundancia. Aqu¨ª est¨¢ el escritor pleno, ese que, ya sea en poemas, novelas o memorias, en verso o en prosa, se caracteriza por su densidad verbal y el empaque de una lengua que avanza premiosa, sinuosa y muy articulada, fastuosa y sin embargo el¨ªptica, exuberante y no obstante contenida y distante en lo gestual.
M¨¢s de seis d¨¦cadas despu¨¦s de Las adivinaciones (1952), Desaprendizajes no es continuaci¨®n de Entreguerras (2011), el poema-r¨ªo que le precedi¨® y cuyos vers¨ªculos discurr¨ªan en oleadas que atend¨ªan a los requerimientos de la memoria. En este, como ya ocurriera en Laberinto de fortuna (1984), la poes¨ªa no se acuesta en versos bien cortados, ni en las ondulaciones fluviales del vers¨ªculo, sino en la estricta prosa. Y, sin embargo, hay una m¨²sica po¨¦tica que asoma por doquier: periodos tri¨¢dicos, oposiciones y balanceos conceptuales, letan¨ªas enumerativas: ¡°Todo lo subterr¨¢neo tiene un orden: las ra¨ªces, los topos, los metales, los inv¨¢lidos ejes de ese tren soterrado en una v¨ªa muerta¡±¡ Y as¨ª sucesivamente. (Y baste notar que el fragmento reproducido puede leerse como una serie de cuatro endecas¨ªlabos sin m¨¢s que dejar de aplicar una sinalefa en el ¨²ltimo). Esta prosa est¨¢ formada, en fin, por una siller¨ªa de versos agazapados que no constituyen sistema, lo que hubiera sido un tic de versificador a su pesar, pero que, con su presencia espor¨¢dica, provocan una extra?a fascinaci¨®n mel¨®dica.
Por lo dem¨¢s, Desaprendizajes no es un libro unitario, sino una trenza de registros cada uno de los cuales dominaba alguno de sus otros t¨ªtulos. En general, se distancia de la melopea rememorativa de Entreguerras, aunque tiene algo de ella; como tambi¨¦n tiene algo, solo algo, de la indignaci¨®n de Manual de infractores (2005), m¨¢s directo en la denuncia que aquel lejano Pliegos de cordel (1963) donde Caballero se rindi¨® al social-realismo con menos voluntad que voluntarismo. Algunas estampas recrean mitol¨®gicamente el para¨ªso de Do?ana, como lo hac¨ªa de hoz y de coz Diario de Arg¨®nida (1997). En este libro, cuyo t¨ªtulo invita a repensar el mundo y desaprender lo asentado por la convenci¨®n o por la inercia, hay homenajes a unos poetas (Costafreda, ?ngel Gonz¨¢lez), concordancias y con-sentimientos con otros (Valente, Cernuda), consideraciones habituales en ¨¦l sobre la autonom¨ªa de la m¨²sica verbal (¡°En el puro recinto de la literatura, los temas siempre son superfluos¡±), enfados de poeta civil (contra la Andaluc¨ªa de gracejos y perifollos; contra la hostilidad de un paisaje ciudadano nutrido de ¡°gregarios de varia catadura, jerarcas escoltados por sus correspondientes moscas de muladar¡±), incluso evocaciones de experiencias iluminativas. De todo ello hay en este volumen recapitulativo y compendioso, en el que el autor nos entrega no dir¨¦ los recuelos, sino los zumos de una vida cumplida.
Desaprendizajes. Jos¨¦ Manuel Caballero Bonald. Seix Barral. Barcelona, 2015. 128 p¨¢ginas. 17 euros.
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