Morrissey enarbola su condici¨®n de superviviente en el SOS 4.8
El brit¨¢nico ofrece su merjor versi¨®n en la primera jornada del festival murciano, marcada tambi¨¦n por las notables actuaciones de Metronomy y The Vaccines
Puede ser un incorregible narcisista, un vegano cerril hasta lo irritable o un personaje atrapado en el gozne de la autoparodia. Pero cuando Morrissey abre la boca para hacer lo que mejor sabe (cantar), rindiendo honores a su leyenda sin explayarse m¨¢s de la cuenta en un presente borroso, no queda m¨¢s remedio que cuadrarse. Irrumpi¨® algo m¨¢s delgado que en su ¨²ltima visita a Espa?a, en octubre pasado. Y tan pronto comenz¨® su show, en el SOS 4.8, como por ensalmo, se esfumaron los nubarrones de senectud que amenazaban debacle en aquellos controvertidos bolos. Fue todo tan aparentemente sencillo como despachar Suedehead, Stop Me If You Think You¡¯ve Heard This One Before, Everyday Is Like Sunday o una intimidante Speedway y desgranar su endeble ¨²ltimo disco no m¨¢s all¨¢ de lo estrictamente necesario: cosas como Istambul o Kiss Me a Lot. Hasta se permiti¨® una The First Of The Gang To Die pr¨¢cticamente en ac¨²stico. Porque ¨¦l lo vale.
Pero, sobre todo, lo hizo con esa capacidad interpretativa tan superlativa (y las mejores prestaciones vocales que uno le recuerda en sus cinco visitas a nuestro pa¨ªs) que pertenece, directamente, a una era que no tiene visos de volver. Cuando las deidades del pop no dejaban de serlo al bajar de un escenario. Cuando su vida y milagros cincelaban la ¨¦tica y la est¨¦tica de sus fans, m¨¢s all¨¢ del goce puntual. Tan solo cuando la proclama acaba por arruinar la est¨¦tica hizo aguas su directo, como en la burda andanada antitaurina The Bullfighter Dies (impropia del autor de There Is a Light That Never Goes Out) o el expl¨ªcito muestrario de casquer¨ªa que, proyectado desde la pantalla, deja las virtudes de Meat Is Murder en un segundo plano. Un par de borrones, en todo caso, en medio de un estupendo set. De los que validan una mitolog¨ªa rock en v¨ªas de extinci¨®n y sin relevos en el horizonte.
Fue la suya la actuaci¨®n m¨¢s repleta de morbo, pero no la m¨¢s celebrada de entre las que coparon la atenci¨®n de los m¨¢s de 30.000 asistentes a la primera de las dos jornadas de la octava edici¨®n del SOS 4.8, el festival que convierte el recinto de La Fica de la capital murciana en un hervidero humano. Los brit¨¢nicos The Vaccines tambi¨¦n dejaron su pabell¨®n bien alto con ese concepto del rock tan de rompe y rasga que manejan, en el que lo visible de algunas costuras (The Strokes, Arctic Monkeys) ni menoscaba su irresistible efervescencia ni pone en cuesti¨®n su derecho a trascender el hype. Pusieron a todo el mundo a bailar, y con razones de peso. M¨¢s sutil es lo de sus paisanos Metronomy, tan exquisitos como siempre a la hora de destilar sus primorosas composiciones de pop electr¨®nico, a medio camino entre lo sint¨¦tico y lo anal¨®gico. Sobrados de clase y estilo. Triunfaron a¨²n con menos reservas los jienenses Supersubmarina. Y no porque su f¨®rmula de indie as¨¦ptico de ¨²ltima generaci¨®n suponga precisamente el descubrimiento de la penicilina, sino porque lo defienden con encomiable arrojo e inequ¨ªvoco poder de sugesti¨®n sobre su numerosa parroquia.
La peregrinaci¨®n entre los tres escenarios principales del SOS depar¨® m¨¢s momentos jugosos, aunque m¨¢s de una vez tuvieran que ser degustados como un frugal picoteo. La inclasificable pero vivificante descarga rock de los murcianos Perro fue uno de ellos. Pero tambi¨¦n los contagiosos mantras, entre el kraut y la electr¨®nica planeadora, de los valencianos Jupiter Lion. Dean Wareham y sus Luna, por su parte, sonaron tan inmaculadamente virtuosos como siempre, pero tambi¨¦n propensos a esa linealidad que no casa del todo bien con el punto de ebullici¨®n que los festivales demandan pasada la media tarde. Y Xoel L¨®pez volvi¨® a combinar alg¨²n himno pop que prodigaba al frente de Deluxe con sus recientes incursiones en sonoridades latinas, con la acostumbrada divisi¨®n de opiniones.
El festival contin¨²a esta tarde noche con las actuaciones de Temples, Lori Meyers, Los Punsetes, FM Belfast o, sobre todo, los norteamericanos The National, su principal reclamo.
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