El ¨¦xito entendido como repetici¨®n
El Premio Mies van der Rohe lleva dos ediciones con el el mismo patr¨®n confuso
El Premio Mies van der Rohe lleva dos ediciones repitiendo el mismo patr¨®n confuso. La confusi¨®n nace de una contradicci¨®n. Parece juzgar de manera distinta la arquitectura realizada por proyectistas j¨®venes que la que merece el galard¨®n principal. De los primeros valora la sensatez, la capacidad de priorizar y de apuntar estrategias para el futuro. De los segundos, sigue aplaudiendo el impacto, la monumentalidad, el componente formal de una disciplina que lleva a?os reconociendo que muchos de sus problemas derivan de haberse preocupado m¨¢s por la imagen de la arquitectura que por su uso.
En esta ocasi¨®n, la contradicci¨®n ha llegado al paroxismo porque los arquitectos emergentes -el estudio barcelon¨¦s Arquitecturas G- son casi tan j¨®venes como los consagrados en esta edici¨®n Fabrizio Barozzi (Rovereto, 1976) y Alberto Veiga (Santiago de Compostela, 1973). Los autores de la premiada Filarm¨®nica de Szczecin, en Polonia, abrieron estudio en Barcelona hace poco m¨¢s de una d¨¦cada. La uni¨®n de dos profesionales de distintos pa¨ªses en una ciudad que no es la suya rompe con la manera tradicional de empezar. Sin embargo, su fruct¨ªfera trayectoria ha resultado ser cl¨¢sica, del tiempo en el que los arquitectos eran educados para convertirse en estrellas globales. As¨ª las cosas, la obra formalista de Barozzi y Veiga -que en este caso resulta tan monumental como fr¨ªa a pesar de la referencia al vecino castillo ?de hielo?- ha conseguido entrar en ese c¨ªrculo desbancando a proyectos m¨¢s arriesgados, -como la "ciudad vertical" De Rotterdam de Koolhaas (OMA)- o m¨¢s ejemplares -como la ampliaci¨®n de Rijksmuseum de ?msterdam de Cruz y Ortiz-Enhorabuena. El pero no es tanto al premiado como al premio. El efecto Guggenheim no funciona ya como f¨®rmula: un edificio no transforma una ciudad. As¨ª, ?puede la Uni¨®n Europea indicar un camino arquitect¨®nico -el de la monumentalidad- que ya sabemos que no tiene futuro? Valorar m¨¢s la imagen de un edificio que sus consecuencias y los valores que transmite es una manera anticuada de entender el potencial transformador de la arquitectura.
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