Hijos del ¡®rock and roll¡¯

En el juicio sumar¨ªsimo al que est¨¢ siendo sometida la Santa Transici¨®n, la m¨²sica pop es un campo de batalla perif¨¦rico pero recurrente: lo vemos en libros recientes y, ocasionalmente, en programas como Och¨¦ntame otra vez. Simplificando, se nos cuenta que hubo un intento deliberado de eclipsar al belicoso rock urbano para potenciar el pop l¨²dico de la Movida. Me temo que no pasa de una caricatura, ya formulada en su momento por uno de los interesados, Vicente Mariscal Romero.

La realidad, carajo, resulta m¨¢s resbaladiza. Es un barullo de suspicacias, groseras lecturas sociol¨®gicas, oportunismos y ese intangible que llamamos zeitgeist. Algo que se evidencia leyendo Rock & R¨ªos. Lo hicieron porque no sab¨ªan que era imposible (Efe Eme), escrito por Josemi Valle, alguien a qui¨¦n supongo simpatizante con el rock urbano: su obra anterior fue una biograf¨ªa de Asfalto y Topo. Se trata de un tomo que no hubiera cabido en las colecciones que se dedican a elep¨¦s cl¨¢sicos. Primero, Miguel R¨ªos es artista verboten en los c¨ªrculos que deciden lo que cabe honrar/recuperar. Segundo, las dimensiones del texto de Rock & R¨ªos superan ampliamente lo habitual en esos libritos.

Josemi Valle ha hablado con todos los protagonistas vivos, como es obligado. Pero adem¨¢s ha escarbado en hemerotecas y documentos audiovisuales, para esbozar el decorado de fondo. As¨ª, asombra saber que Aplauso, principal programa musical de TVE durante cinco a?os, emite el 1 de mayo de 1982 un ¡°Especial rock heavy metal¡± (seg¨²n el presentador, Jos¨¦ Luis Fradejas, ¡°el sonido de moda en el mundo¡±). Una semana despu¨¦s, en prime time, la Primera Cadena difunde el v¨ªdeo que recoge el concierto que sirvi¨® de base a Rock & R¨ªos.

Alguien alegar¨¢ que, precisamente, una de las primeras decisiones del PSOE al ocupar la planta noble de Prado del Rey, fue eliminar Aplauso. Cierto, pero es que, aparte del repel¨²s est¨¦tico que provocaba el programa, escond¨ªa chanchullos como las galas por discotecas, para entregar premios ad hoc a famosos o seleccionar concursantes para la secci¨®n ¡°La juventud baila¡±.

En 1982, a Miguel le corresponde la ingrata tarea de desasnar el pa¨ªs para el rock, a partir del descomunal ¨¦xito de Rock & R¨ªos. Su oficina comete un terrible error: ofrece bolos de dos categor¨ªas, un simple concierto y un gran espect¨¢culo con l¨¢ser y otros complementos. Inevitablemente, los promotores contratan la primera opci¨®n y anuncian la segunda. ?El resultado? Hist¨®ricos excesos de overbooking: Zorita, un pueblo de C¨¢ceres, pasa de 3.000 habitantes a acoger 30.000 ¡°hijos del rock & roll¡±. Por decirlo eufem¨ªsticamente, en todas las paradas se desencadenan conflictos de orden p¨²blico: en Oviedo, Miguel termina en un calabozo por negarse a tocar en condiciones peligrosas.

Otro asunto es la rapidez con que se desgasta el discurso ¡°coleguero¡± de R¨ªos pero nunca agradeceremos bastante su pelea por el trato digno a m¨²sicos y p¨²blico. Miguel y su productor, Carlos Narea, toman de nota las carencias en infraestructura y aplican las lecciones al a?o siguiente, con El rock de una noche de verano. Seg¨²n resume Valle, ¡°el rock nativo ingresa como miembro de pleno derecho en la industria cultural¡±.

De ello se beneficiaran tanto los grupos de rock urbano ¨Ca los que Miguel promociona con fervor- como las futuras estrellas de la Movida. Unas figuras casi invisibles en 1982: despreciadas por un negocio musical miope, se refugian en unos neonatos sellos independientes que permitir¨¢n sobrevivir al movimiento. Una salida, ay, no explorada por el rock urbano, encadenado por contratos leoninos a una compa?¨ªa tan putrefacta como Zafiro.

Una l¨¢stima que discos como Rock & Rios no tengan su equivalente televisivo, un C¨®mo se hizo¡­ al estilo de Classic albums o Ultimate albums. Josemi Valle sugiere incluso la secuencia final. En el terreno que alojaba al Pabell¨®n del Real Madrid, se alza ahora el Cuatro Torres Business Area: ¡°sobre el sitio en que se registr¨® en directo el disco de rock m¨¢s relevante de nuestro pa¨ªs solo se celebran ahora aquelarres financieros.¡±