El arte de los extraterrestres
La Casa Encendida inaugura 'Arstronomy. Incursiones en el Cosmos', sobre la vida extraterrestre
Hace unos ocho a?os desde que el artista Robert Llim¨®s (Barcelona, 1943) tuvo un encuentro que ¨¦l calific¨® entonces de inici¨¢tico. Se encontraba pasando unos d¨ªas en las playas brasile?as de Fortaleza. Sentado sobre unas dunas y dispuesto a dibujar, asegura que ante sus ojos se aproxim¨® una gran nave espacial de color gris oscuro que emit¨ªa luces amarillas y naranjas. Por una de las ventanillas del aparato vio las siluetas de dos personas que le miraban con ojos m¨¢s grandes de lo com¨²n. Llim¨®s traslad¨® entonces la experiencia a su obra y la huella de aquel recuerdo sigue formando parte de su inspiraci¨®n. Pero Llim¨®s no es el ¨²nico artista que ha tenido aproximaciones con seres procedentes de otros mundos ajenos a la Tierra. El siglo XX est¨¢ lleno de ejemplos de como lo extraterrestre ha inspirado el mundo del arte. Mike Kelley, William Kentridge, Yves Klein, J¨²lius Koller, Gyula Kosice, Paul Laffoley, Isamu Noguchi o Bob Smith son unos cuantos ejemplos de creadores tocados por el fascinante mundo de las Galaxias. La exposici¨®n Arstronomy. Incursiones en el Cosmos, que desde hoy y hasta el 30 de agosto se puede ver gratis en madrile?a La Casa Encendida, es un detallado repaso sobre como el arte del siglo XX est¨¢ impregnado de visiones y experiencias de otros mundos.
La historiadora y comisaria independiente Danielle Tilkin (Par¨ªs, 1945) cuenta que el proyecto para hacer esta exposici¨®n surgi¨® durante una cena en Barcelona en la que el propio Llim¨®s rememoraba sus experiencias marcianas con otros artistas: ¡°Intercambiando informaci¨®n, concluimos que eran muchos los artistas que de una u otra manera hab¨ªan tenido experiencias con lo ufol¨®gico, lo parapsicol¨®gico o lo simplemente astral¡±.
Se crea o no en los avistamientos y encuentros en la tercera o cuarta fase, lo cierto es que el imaginario colectivo est¨¢ repleto de instant¨¢neas de seres de otros mundos gracias a las incontables pel¨ªculas, como Aelita: reina de Marte (1924) de Y¨¢kov Protaz¨¢nov o 2001: una odisea del espacio (1968), de Stanley Kubrick y obras literarias de autores como Cyrano de Bergerac o Julio Verne.
La exposici¨®n est¨¢ distribuida en cinco salas del edificio y re¨²ne la obra de 36 artistas espa?oles y extranjeros, de diferentes generaciones que de una u otra manera se han inspirado en todos los fen¨®menos existentes en torno a lo astral. La base cient¨ªfica de todo ello tiene aqu¨ª un lugar secundario. Lo que importa es la confrontaci¨®n, la reflexi¨®n y, muchas veces, la provocaci¨®n.
El recorrido empieza por la sala dedicada a los pioneros, a aquellos artistas que en la d¨¦cada de los cincuenta quedaron fascinados por los viajes a la Luna y por todo lo relacionado con la tecnolog¨ªa espacial. Aqu¨ª est¨¢n las utop¨ªas espaciales de Gyula Kosice y las no menos famosas m¨¢quinas m¨ªstico-c¨®smicas de Yves Klein junto a un peque?o robot de Panamarenko, y un duplicado de la esculturilla humanoide de Paul van Hoeydonck, que seg¨²n algunas versiones un astronauta llev¨® y dej¨® caer en la Luna en 1971, convirti¨¦ndolo en el primer artista en exponer fuera de la Tierra.
Cuenta la comisar¨ªa que los extraterrestres cobraron gran prominencia en Estados Unidos cuando dos acontecimientos memorables desataron la paranoia entre el cr¨¦dulo p¨²blico. El primero fue la difusi¨®n en 1938 de la adaptaci¨®n radiof¨®nica de Orson Welles de la novela de H. G. Wells La guerra de los mundos (1898), que sembr¨® el p¨¢nico entre los oyentes que creyeron que realmente se estaba produciendo una invasi¨®n marciana de la Tierra. El segundo, que tuvo lugar en 1947, fue el ¡°incidente ovni¡± de Roswell, en Nuevo M¨¦xico, que desat¨® una avalancha de teor¨ªas conspiratorias y dio pie a la sospecha ¨Cque algunos siguen manteniendo hoy en d¨ªa¨C de la presencia de alien¨ªgenas en nuestro planeta bajo el auspicio de los gobiernos, en particular el de Estados Unidos.
El recorrido prosigue con fotograf¨ªas de gran formato de Thomas Struth realizadas en la NASA y la colecci¨®n de im¨¢genes relacionadas con el tema recopiladas por Tony Oursler. Hay obras cl¨¢sicas de maestros consagrados como Keith Haring, Isamu Noguchi o Sigmar Polke que se exponen junto a las de creadores m¨¢s j¨®venes como el colectivo Greatest Hits, autores de un marciano hecho de hielo y conservado en una jaula de metacrilato.
Hay pocas incursiones al pasado. La comisar¨ªa responde que la fiebre por los llamados marcianos es un fen¨®meno del siglo XX, pero tambi¨¦n antes se produjeron lo que algunos llamaron ¡°conversaciones con las estrellas¡±. Y como ejemplo cita al astrof¨ªsico y director del planetario de Nueva York, Neil deGrasse Tyson, quien asegur¨® que Vincent Van Gogh solo pudo pintar su Noche estrellada (1888) en contacto con otros mundos. La realidad no pod¨ªa dar para tanto.
Babelia
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