Claudia Pi?eiro: ¡°El escritor siempre tiene la voluntad de espiar¡±
La escritora imagina personajes mientras conduce por la Panamericana y lo va grabando en su celular. Su nueva novela juega con la culpa y la maternidad
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Es imposible no pensar en Las viudas de los jueves al llegar a la casa de Claudia Pi?eiro. Ella vive desde hace 20 a?os precisamente en un barrio cerrado a 42 kil¨®metros de Buenos Aires. Fuera solo hay alambradas, garitas de seguridad, armas. Dentro, todo es paz: ¨¢rboles, p¨¢jaros, silencio y calma. Apenas se ven vecinos. Su novela m¨¢s conocida era dur¨ªsima con ese mundo. Pero ella sigue all¨ª. ¡°Soy una esp¨ªa privilegiada. A m¨ª me gustar¨ªa que un periodista criticara el mundo del periodismo, un cura a la Iglesia, un pol¨ªtico a su partido. El escritor siempre tiene la voluntad de espiar. Otros tratan de no ver el conflicto, un escritor siempre est¨¢ levantando la alfombra¡±, argumenta.
Pi?eiro, autora de ¨¦xito en su pa¨ªs y en otros muchos, acaba de publicar una nueva novela, Una suerte peque?a (Alfaguara), que sale ahora en Espa?a. Es diferente, ¡°m¨¢s madura¡±, explica, no tan policiaca como otras. Aunque gira en torno a temas comunes en su literatura. ¡°En todas mis novelas est¨¢ la muerte. En algunas hay trama policial y en otras no. Suele ser una excusa para contar c¨®mo viven esos personajes, como pas¨® con Las viudas de los jueves. Aqu¨ª est¨¢ la muerte pero no hay enigma, se juega m¨¢s con el sentimiento de culpa¡±.
Tambi¨¦n hay otro asunto central de sus libros: la presi¨®n social. ¡°Me interesa el mundo de las sociedades cerradas, donde todo se mueve por el qu¨¦ dir¨¢n. En esta novela es una comunidad que vive en torno a un colegio, donde todos m¨¢s o menos piensan lo mismo. En la clase media argentina las apariencias tienen mucho peso. A la gente le gusta juzgar al otro. Ser¨¢ porque somos un pa¨ªs m¨¢s joven que otros¡±.
Pi?eiro no ve el fen¨®meno del aislamiento como algo propio de Argentina. ¡°Cuando escrib¨ª Las viudas de los jueves, en Espa?a Rosa Montero public¨® un ar?t¨ªcu?lo en EL PA?S que se llamaba Encerrados en el castillo. Y hablaba de las vallas en Ceuta y Melilla, y de c¨®mo se sent¨ªa ella viviendo en Espa?a dentro de la muralla. Es lo mismo, all¨ª en macro y aqu¨ª micro, son mundos que se cierran para cuidar, ilusoriamente, ciertas cosas¡±.
Cuesti¨®n de gustos
1. ?En qu¨¦ novela se quedar¨ªa a vivir??En Un comunista en calzoncillos, que es mi novela m¨¢s autobiogr¨¢fica.
2. ?A qu¨¦ escritor de todos los tiempos invitar¨ªa a cenar??A Carver.
3. ?Cu¨¢l ha sido el mejor momento de su vida profesional??Es ahora, uno va madurando.
4. ?Qu¨¦ encargo no aceptar¨ªa jam¨¢s??Escribir algo que no me interesa.
5. ?Qu¨¦ libro no pudo terminar? Ninguno.
6. ?Qu¨¦ hizo este ¨²ltimo fin de semana??Estuve encerrada en la feria del libro de Buenos Aires durante 24 horas.
7. ?Qu¨¦ est¨¢ socialmente sobrevalorado??El ¨¦xito.
8. ?A qu¨¦ escritor le dar¨ªa un premio??A Ricardo Piglia o a C¨¦sar Aira.
El rinc¨®n de Pi?eiro es un escritorio luminoso que da a su jard¨ªn, en el silencio absoluto roto por los p¨¢jaros. Aunque en realidad ese rinc¨®n, poco a poco, se lo han robado sus hijos, de 17, 19 y 21 a?os. Y ahora escribe en cualquier sitio. Adem¨¢s aprovecha un lugar poco literario para imaginar personajes: la Panamericana, la gran autopista que desde su casa en el norte la lleva a Buenos Aires. ¡°Son muchas horas de soledad, ideales para pensar. Cuando tengo una idea en el coche, la grabo en el celular, manejando no puedo escribir. Maitena dec¨ªa el otro d¨ªa que ella piensa en la ducha. Yo en la Panamericana¡±.
Pi?eiro no fue siempre escritora. Durante 10 a?os trabaj¨® de auditora en la consultora Arthur Andersen. ¡°Yo ven¨ªa de una familia inmigrante espa?ola, ten¨ªa que estudiar, ni pensaba en ser escritora. Quise hacer sociolog¨ªa, pero era 1978, en plena dictadura, y era una carrera problem¨¢tica. En la Facultad de Derecho uno me dijo: ¡®No estudies ac¨¢, vas a terminar muerta en una zanja¡¯. As¨ª que me pas¨¦ a contabilidad. Me esforc¨¦, y llegu¨¦ muy lejos. Pero un d¨ªa, a finales de los ochenta, mientras viajaba a S?o Paulo a hacer una auditor¨ªa, le¨ª en un diario econ¨®mico un anuncio: ¡®Concurso de novela¡¯. Era La Sonrisa Vertical. Qued¨¦ finalista. Nunca se public¨®, la tengo por ah¨ª guardada. Pero me ayud¨® a decidirme. Empec¨¦ a escribir en una revista, ganaba mucho menos, pero pod¨ªa pagar la luz y la comida y bastaba¡±.
Pi?eiro ha pasado a la fama por sus novelas de suspense, pero dice que ¡°la trama no es m¨¢s que una excusa para entender a los personajes¡±. Y explica el momento clave de su nueva novela. ¡°Cuando Sof¨ªa, la protagonista, tiene que decidir salvar a uno de los dos ni?os, uno la entiende. Me gusta poner a los personajes en situaciones l¨ªmite. Mientras escrib¨ªa Las viudas de los jueves, mi maestro, Guillermo Saccomanno, me hac¨ªa leer En busca del tiempo perdido, de Proust. Me dec¨ªa que era la forma de que no me arrasara la trama policial y pudiera seguir contando c¨®mo vive esta gente, qu¨¦ ropa usan, c¨®mo se relacionan, que era lo m¨¢s interesante de la novela¡±.
A¨²n no imagina qu¨¦ suceder¨¢ con Una suerte peque?a, pero varias de sus novelas han acabado en la gran pantalla. ¡°Yo escribo visualmente, veo una imagen y trato de escribirla. Voy de la imagen a la palabra, tal vez por eso hay gente que es capaz de hacer el camino contrario y sacar pel¨ªculas de mis novelas. Ya tengo tres que lo son y otras est¨¢n en proyecto¡±.
Una suerte peque?a gira tambi¨¦n sobre la maternidad de la protagonista. ¡°Otras novelas estaban m¨¢s concentradas en la trama, en resolver un enigma, en esta el suspense es m¨¢s emocional. Tambi¨¦n trata de hacer una reflexi¨®n que generaciones como la m¨ªa no hicieron. ?ramos madres porque nos tocaba, sin pensar si quer¨ªamos o no. Ahora hay escritoras m¨¢s j¨®venes, como Lina Meruane, con su libro Contra los hijos, que reflexionan sobre el derecho a no ser madre¡±. La protagonista utiliza adem¨¢s la escritura casi como una terapia, pero Pi?eiro no la ve as¨ª. ¡°Ac¨¢ en Argentina todo el mundo va a terapia y a veces en mis talleres literarios me encuentro con gente que est¨¢ all¨ª porque se lo ha recomendado su psic¨®logo. Yo les digo que no, que el taller no es una terapia. Ahora, en mi caso la escritura es una manera de salir del silencio. El silencio es el motor de mi ser escritor¡±.
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