Que llore
'MasterChef' se agarra a la l¨¢grima f¨¢cil. Cada vez m¨¢s 'reality show' y menos cultural
?Ser¨¢ que el p¨²blico es cruel, que disfrutamos viendo a los semejantes sufrir? Los concursos se empe?an en hacer llorar a los participantes. Bien emocion¨¢ndolos, por ejemplo con mensajes de sus seres queridos, bien humill¨¢ndolos, como cuando les dicen que su plato es repugnante. El llanto tiene buena prensa en televisi¨®n. Se ve aut¨¦ntico (al menos, dif¨ªcil de fingir). Genera empat¨ªa. Se comenta en las redes, en los bares, en las oficinas. Vende.
Hace tiempo que en los concursos se incentiva la l¨¢grima f¨¢cil: da igual si son de talentos, como La voz o antes Operaci¨®n Triunfo, o de gente que no muestra talento alguno, como Gran Hermano o Gand¨ªa Shore; da lo mismo si los concursantes son an¨®nimos o famosetes como en Supervivientes.
MasterChef es uno de los grandes fen¨®menos televisivos en muchos a?os, imitado con menor acierto, y un fabuloso negocio que incluye libros de recetas, juegos de cuchillos y cursos a distancia. Siempre jug¨® en el filo entre el reality show y lo gastron¨®mico (y, por tanto cultural, lo que habilita a llenar el programa de publicidad en TVE). Si se tratara solo de ver c¨®mo se manejan en la cocina los aspirantes no habr¨ªa necesidad de encerrarlos y aislarlos. Pero si durmieran en casa no cabr¨ªan escenitas como las del martes pasado. En un cursi cap¨ªtulo como de San Valent¨ªn fuera de fecha, los concursantes recibieron cartas de sus parejas (menos una soltera, de su padre) que leyeron en alto en un mar de l¨¢grimas que, de caer en las ollas, habr¨ªan aguado los guisos.
Hasta los jurados se mostraron blandos esta vez. Quiz¨¢s para rehabilitar su imagen despu¨¦s de que vi¨¦ramos la furia de Pepe Rodr¨ªguez contra el autor del desdichado plato le¨®n come gamba, a quien, ya saben, vapulearon hasta el llanto. Se ha quedado un concursante, Pablo, que solloza a la m¨ªnima; sin embargo, otra (Mireia, la soltera de antes) se march¨® sonriendo y con la frente alta pese a que la echaron (tambi¨¦n) con malos modos. Su digna salida debi¨® decepcionar a los buscadores de morbo.
La gastronom¨ªa s¨ª es cultura. Esto otro no lo es.
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