Nuevo plan de estudios para la noviller¨ªa
El m¨¢s brillante de la clase fue Posada de Maravillas Cort¨® una oreja y cont¨® con el benepl¨¢cito del jurado examinador
El m¨¢s brillante de la clase fue Posada de Maravillas. Cort¨® una oreja y cont¨® con el benepl¨¢cito del jurado examinador. Bien es cierto, no obstante, que pag¨® un caro y duro tributo. Casi con toda seguridad, a estas horas no podr¨¢ moverse de la cama, porque, a pesar de que solo tiene veinti¨²n a?os, no parece que haya cuerpo capaz de aguantar la paliza que le propin¨® el cuarto de la tarde cuando trataba de colocarlo ante el caballo. El novillo se le col¨® aviesamente por el costado derecho, lo levant¨® como un gui?apo y lo tir¨® contra el suelo con furia desatada; no contento con el costalazo que le hab¨ªa propinado, lo enganch¨® por la chaquetilla, volvi¨® a lanzarlo al aire y le propin¨® otro tortazo tremendo, de esos de los que una persona normal no se levanta si no lo hace con la ayuda del equipo de una ambulancia.
El muchacho, que, por su edad, parece de goma, pero no lo es, se incorpor¨® a duras penas con el auxilio de medio callej¨®n, y, con el cuerpo roto y andares impropios de sus pocos a?os, lleg¨® hasta el estribo de la barrera, donde se dej¨® caer porque no pod¨ªa mantenerse en pie. Lo introdujeron en el callej¨®n, lo rodearon bien rodeado para que no percibiera una gota de aire (algo muy espa?ol, por otra parte, en tesituras de este tipo), lo despojaron de la chaquetilla, tom¨® aire como pudo, y sali¨® con la muleta y la montera en las manos para brindar al p¨²blico desde el centro del ruedo.
As¨ª, en camisa, con el sufrimiento reflejado en el semblante, seguramente mareado y el dolor en las mismas entra?as, Posada de Maravillas (hay que reconocerle que el nombre desgrana una sublime originalidad), se dispuso a dar lo mejor de s¨ª mismo. Hizo de tripas coraz¨®n, rehizo en el ¨¢nimo lo que con las fuerzas no pod¨ªa, y explic¨® a la plaza que tiene personalidad, hechuras de torero, inspiraci¨®n y sentido de la armon¨ªa.
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Recibi¨® al novillo en los medios con la muleta plegada, al estilo del cartucho de pescao de Pepe Luis, y sigui¨® por naturales hondos y largos. Cambi¨® de manos y dibuj¨® muletazos de peso, que cerr¨® con un garboso cambio de manos. Naturales de nuevo ¡ªera por ah¨ª por donde mejor embest¨ªa su oponente¡ª y corri¨® bien la mano en una exhibici¨®n de gracia y aroma que hac¨ªa rato que hab¨ªa llegado a los tendidos. Con la vista nublada estar¨ªa cuando se dirigi¨® a la barrera para cambiar la espada, cuando lo que de verdad anhelaba era el agua milagrosa, esa que a los toreros le derraman por la nuca y le llega hasta la planta de los pies, y los renueva y vivifica.
Posada de Maravillas fue el m¨¢s brillante de la clase, pero su examen no fue de matr¨ªcula de honor; quiz¨¢, porque es hijo de su ¨¦poca y su concepci¨®n del toreo, radiante desde la cuna, est¨¢ manchado de los pecados de la modernidad.
El toreo en el alma
En las escuelas taurinas de hoy est¨¢ vigente un plan de estudios que suena a obsoleto. A los chavales les ense?an a ponerse bonitos, a ensayar los desplantes, a besar el vaso del agua, brindar con garbo al respetable, andar con cierta chuler¨ªa y hacerse con el peso de los enga?os, pero lo que es torear como mandan los c¨¢nones cl¨¢sicos, eso ya es arena de otro costal. Raro es el novillero (Posada incluido) que no cita al hilo del pit¨®n, lejos de los pitones (fuera cacho), en l¨ªnea recta y despegado. Es decir, les ense?an a dar pases, pero no a torear. Se entiende as¨ª que en esto del toro haya tan alto ¨ªndice de abandono de escolar.
Hace falta un nuevo plan de estudios. Porque no es suficiente el valor (Roca Rey lo tiene de sobra) ni manejar con soltura el capote (los tres lo hacen con cierta suficiencia); el toreo hay que sentirlo en el alma.
Clemente (franc¨¦s, pero con la misma ense?anza) debe cambiar de m¨¦todo si quiere evolucionar. No le ayudaron sus novillos, pero dijo poco. Roca Rey lo intent¨® de veras. Su primero se hundi¨® pronto, y el otro, muy dificultoso, lo puso en apuros.
Pero los tres (Posada en su primero lo dej¨® claro) necesitan un cambio de plan. El toreo que apasiona es muy diferente a como ellos lo ejecutan.
Babelia
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