El costumbrismo de las pegatinas (peque?icas) de las mandarinas
Luis Brea y el Miedo sacan disco de t¨ªtulo hom¨®nimo y consolidan un directo potente
Cuatro botellas de Mahou, una Coca-Cola, kikos gigantes y un par de cigarros de liar en un descanso. Es el atrezo de un par de horas en la cafeter¨ªa del Observatorio, el lugar donde ensayan Luis Brea y el Miedo. Ese Luis del que alguna vez se ha dicho que es un poeta costumbrista; ese que un d¨ªa solt¨®, con algo de sorna, que era postindie. Tal vez lo es. Pero no se habla de etiquetas, ni de g¨¦neros, ni de casillas; sino del pasado, de su historia, en la que ni ellos mismos se ponen de acuerdo. Como cualquiera, cuentan lo que recuerdan, que no tiene por qu¨¦ coincidir con lo que fue.
El hecho objetivo es que este jueves 21 de mayo tocan en la madrile?a Sala Tabo¨®, y esperan repetir lo que ocurri¨® el pasado marzo. El d¨ªa 3 Luis Brea y el Miedo sac¨® disco de t¨ªtulo hom¨®nimo. Dos semanas despu¨¦s tocaron en la Sala El Sol: entradas agotadas, alta concentraci¨®n de barbas, coros desde arriba y desde abajo del escenario, estribillos al un¨ªsono, cervezas como espada ¡ªy a veces como escudo¡ª, los Belv¨¦s de teloneros, y un p¨²blico entregado a lo nuevo, y a lo viejo, "Baso" es con "V", Autom¨¢ticamente y Dicen por ah¨ª fueron los bises. Funcionaron m¨¢s que bien, un directo c¨¢lido y limpio que super¨® durante muchos minutos el sonido del disco.
Luis Alberto Alemaza L¨®pez naci¨® en Alcorc¨®n (Madrid) en 1973, despu¨¦s de Los Hijos de Han Solo a finales de los 90 y Los Sitios durante la siguiente d¨¦cada, en 2009, eligi¨® ir por libre. Ahora, de repente, son cuatro: L¨¢zaro Fern¨¢ndez Montero (Alcorc¨®n, 1978), Nacho Mora do Campo (A Coru?a, 1975) y Jorge Mart¨ª Climent (X¨¤tiva, 1980). Bajo y coros, bater¨ªa y guitarra y sintes, respectivamente. A Luis y a L¨¢zaro los uni¨® el hecho de ser alcorconeros; con Jorge, la culpa la tuvo el Fotomat¨®n Bar (solera moderna, luego indie, luego h¨ªpster), donde Luis y Nacho acabaron poniendo copas y Jorge era t¨¦cnico de sonido; con Nacho, la casualidad los uni¨® un d¨ªa de ma?aneo con verm¨² en la Plaza Mayor.
Antes de eso, Marxophone fue su sitio en 2012 y sali¨® Hipotenusa, con el que giraron durante algo m¨¢s de un a?o. ¡°No todo fue bonito. Recuerdo haber tocado en Galicia con seis personas¡±, menea Jorge la cabeza mientras da la ¨²ltima calada a un cigarro. Las cosas han cambiado y ahora, de vez en cuando, pasan por radios y televisiones con ese nombre que extra?a pero atrae. ¡°Lo escrib¨ª un d¨ªa en un cuaderno, y me son¨® bien, se fue quedando durante dos a?os y medio m¨¢s o menos como pr¨®ximo t¨ªtulo del disco y al final as¨ª ha sido¡±, recuerda Luis. Jorge replica: ¡°Nada de eso, te lo propuse en la Monkey Week un d¨ªa, dije ¡®podr¨ªa ser Luis Brea y las Islas o Luis Brea y el Miedo...¡¯ Estabas borracho y se qued¨® en tu subconsciente¡±. El cantante, entre risas, no se atreve a desmentirlo: ¡°Pues no te voy a decir que no, puede ser. Creo que tambi¨¦n tiene que ver con el hecho de que yo sea psicoterapeuta, el miedo est¨¢ detr¨¢s de muchos bloqueos, de muchos estados de ¨¢nimo¡±.
Tal vez sea eso lo que arrastra a cualquier (casi y pos) treinta?ero a interiorizar algunas frases como un rezo nocturno. Si hay algo en lo que Luis Brea es impecable es en escribir letras que llegan a casi cualquiera: a los que han sufrido o disfrutado de una ruptura, a los que han esperado, a los que est¨¢n hartos, a los que no consiguen desengancharse de algo, o de alguien, a los que han despertado con resaca y a los que un d¨ªa vieron la luz. Apelar a los sentimientos es algo de lo que se empapa casi todo, quiz¨¢s porque sea lo que al final importa, quiz¨¢s porque es algo com¨²n al ser humano, quiz¨¢s por puro m¨¢rquetin; lo dif¨ªcil es hacerlo sin cruzar las l¨ªneas de lo cursi y lo manido. Y ah¨ª es donde este disco nada a sus anchas, en la cotidianeidad hecha cuento y verso (canta en After cris¨¢lida: "...la justicia se escribe en pegatinas, de esas peque?icas, de las mandarinas..."). Por eso, elegimos dos frases de cada una de las canciones de este ¨²ltimo disco, y ellos comentan, tambi¨¦n a sus anchas.
Respuestas para diez canciones
Yo no te s¨¦ decir que no.
¡°Yo no s¨¦ decir que no a quedarme en casa¡±. Jorge.
C¨®mo ser al mismo tiempo lo mejor y lo peor.
¡°Mi ex¡±. L¨¢zaro.
Necesito una respuesta ya.
¡°A veces he necesitado una respuesta interna, m¨ªa, no de alguien. Tomar una decisi¨®n¡±. Nacho.
Con hambre te quedas t¨².
¡°Cualquier pol¨ªtico en general¡±. Luis.
¡°Esperanza Aguirre¡±. Apunta insistente Nacho.
?Cu¨¢l es el secreto de una buena mamada?
¡°Mi ex¡±. Repite L¨¢zaro entre la carcajada general.
¡°La actitud¡±. Luis.
Mira toda esa gente que se cree especial.
¡°Donde destacan un poco voces sin ton ni son es en las redes social, hay af¨¢n de polemizar sobre todo¡±. Jorge.
¡°La letra en principio se refiere al t¨ªpico t¨ªo que entra en el garito crey¨¦ndose eso, especial. Habla de la pose, que en algunos barrios puede ser natural pero hay quien lo lleva al extremo y puede llegar a ser c¨®mico¡±. Luis.
Llegaste tarde y pediste ron.
¡°El mejor sitio para pedirse un ron, el Fotomat¨®n¡±. Comenta L¨¢zaro y est¨¢n de acuerdo Jorge y Luis. Para Nacho, el Moloko.
Me encanta esta parte.
¡°Para m¨ª en la playa, cuando llega la serie de las olas¡±. Comenta Nacho, refiri¨¦ndose al mejor momento para ¨¦l mientras surfea, algo que comparte Luis.
¡°La coda final de God Only Knows, de The Beach Boys¡±. Jorge.
Me hizo fr¨ªo en el infierno, las dos veces que fui.
¡°La primera vez que escuch¨¦ esa frase me pareci¨® una genialidad, el mejor retrato del loser, ah¨ª, concentrado¡±. Jorge.
¡°Un poco de optimismo tambi¨¦n. Loser, pero con esperanza¡±. Contesta Luis.
El mundo acaba en esta playa, pero no es el final.
¡°Ah¨ª s¨ª que hay una evocaci¨®n al optimismo total¡±. Nacho.
¡°Yo pienso que el mundo se puede acabar en esa playa, pero hay m¨¢s mundos. Es como un duelo, algo muere en la arena y algo empieza en el mar¡±. Luis.
Colecciono miles de esas chorradas.
¡°Sombreros y gorras, around the world, compro yo y pido a quien se va de viaje que me traiga uno. Tendr¨¦ como una veintena. M¨¢s de 20 pero menos de 100¡ eso es¡±. Nacho.
¡°Colecciono tickets, papeles y tonter¨ªas. Entradas¡mola recordar las cosas a trav¨¦s de alg¨²n papel¡±. L¨¢zaro.
¡°Miradas¡±. Luis.
¡°Discos y vinilos¡±. Jorge.
Es una putada.
¡°Que las cosas no salgan como esperas¡±. Jorge.
¡°Que cierren un bar a las tres y media¡±. Luis.
¡°Que ganen las elecciones pol¨ªticos corruptos¡±. Nacho.
¡°Tener que luchar con la gente del curro para que me den d¨ªas para trabajar con Luis¡±. L¨¢zaro.
?Qu¨¦ es lo que t¨² me puedes ofrecer?
¡°Luis Brea y el Miedo puede ofrecer¡ honestidad¡±. Nacho.
No hay nada como la primera vez.
¡°Todo, no hay nada como la primera vez en todo¡±. Luis, con el que comulgan todos.
Domingo de resurrecci¨®n.
¡°He tenido varios, pero elijo una vez que aparec¨ª en una gasolinera de Tenerife, sin saber c¨®mo hab¨ªa llegado all¨ª. Y no voy a contar nada m¨¢s¡±. Luis.
Siempre estuvo ah¨ª, yo no lo quise ver:
¡°La verdad, es algo que a veces nos negamos a ver¡±. Luis.
¡°Hay personas que no te est¨¢n haciendo bien, pero las mantienes, te aferras a ellas, porque cambiar eso supone un esfuerzo que no quieres hacer¡±. Javi.
¡°Los t¨ªpicos problemas de pareja, porque prefieres seguir como est¨¢s que afrontar el problema¡±. Nacho.
¡°Pues eso, no hay muchas m¨¢s vueltas que dar¡±. L¨¢zaro.
Saliste del coche, yo esperaba que miraras atr¨¢s.
¡°Si tu esperas que alguien mire atr¨¢s es que a¨²n tienes esperanza, si no lo hace, es demoledor. Cuando recuerdo aquello siempre me traslado a una secuencia de La dolce vita en la que ella se baja del coche en medio de un descampado y se marcha¡±. Luis.
He hecho una lista con todos tus defectos, y creo que ahora te quiero m¨¢s.
¡°Me parece que es perfecto, el hecho de que quieras m¨¢s a alguien sabiendo sus defectos¡±. Jorge.
Tu canci¨®n preferida.
¡°My girl, The Temptations¡±. Luis.
¡°A mi hija, la peque?a, hasta hace nada le cantaba The Way I Feel Inside, de The Zombies¡±. Jorge.
¡°Es injusto para las dem¨¢s elegir una. Pero vale¡An American Trilogy, de Elvis¡±. Nacho
¡°U Can¡¯t Touch This, de MC Hammer¡±. L¨¢zaro.
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