Brillante y emotivo Paolo Sorrentino
Caine y Keitel son dos actores excelsos al servicio de un director que dona sensaciones hermosas
Hay directores cuyo estilo visual es identificable para cualquier cin¨¦filo aunque no aparezca su nombre en los t¨ªtulos de cr¨¦dito. Alfred Hitchcock fue en el pasado el m¨¢ximo representante de ese virtuosismo. Lo es actualmente Martin Scorsese. Y tambi¨¦n el director italiano Paolo Sorrentino. El lenguaje y la narrativa de este hombre provocan fascinaci¨®n en la mirada del receptor y dejan huella. Por supuesto esa forma de expresarse, esa c¨¢mara deslumbrante, resultar¨ªa in¨²til o superficial si el contenido fuera d¨¦bil o falso. Pero en el cine de Sorrentino las im¨¢genes y los sonidos est¨¢n al servicio de un mundo apasionante.
Yo no capt¨¦ en mi primera visi¨®n en Cannes de La gran belleza el arte inmenso que habitaba en ella. Sal¨ª desconcertado, con la sensaci¨®n de que todo era excesivo. Es una pel¨ªcula de la que me enamor¨¦ en visiones posteriores. Los festivales no son los mejores lugares para disfrutar de la grandeza de determinado cine. La culpa no es de ¨¦l, sino del cansancio, la saturaci¨®n o las condiciones an¨ªmicas del espectador.
Por ello me dirijo al estreno de Youth, la ¨²ltima pel¨ªcula de este director, en estado fresco, relajado, bien dormido, expectante. Y no me decepciona. Pillo su encanto desde el principio hasta el final. Es brillante pero tambi¨¦n emotiva. Esta vez el circo de Sorrentino se sit¨²a en un hotel y balneario precioso de los Alpes suizos, habitado por una fauna tan heterodoxa como sorprendente. Conviven monjes budistas cuyo esp¨ªritu flota, una especie de Maradona en lamentable estado f¨ªsico y mental, una Miss Universo con el cerebro perfectamente amueblado, un matrimonio de ancianos que parecen odiarse pero en el que sobrevive un furioso y mutuo deseo carnal, un actor filos¨®fico harto de que su ¨¦xito le haya llegado por interpretar a un robot. Es un universo entre surrealista y pintoresco. Con todos esos personajes te puedes re¨ªr o te pueden crear cierta inquietud. Pero el protagonismo, la reflexi¨®n fundamental de Youth, es ante todo tr¨¢gica.
Los fantasmas del pasado
Habla de la devastaci¨®n que impone la vejez, cuando ya s¨®lo quedan los recuerdos, las dudas sobre la forma en la que viviste tu existencia, la forzada convivencia con el deterioro del cuerpo y del cerebro, el retorno de los fantasmas del pasado. La protagonizan dos ancianos que han sido ¨ªntimos amigos desde su juventud. Ambos son artistas consagrados. Uno de ellos es un legendario director de cine que mantiene el entusiasmo para intentar rodar una pel¨ªcula que suponga un testamento a la altura de su obra. El otro, compositor y director de orquesta cuyas creaciones han sido veneradas, s¨®lo siente apat¨ªa hacia su arte y se niega tozudamente a regresar a los escenarios para dirigir una de sus antiguas y mas famosas ¨®peras, que va a representarse para la reina de Inglaterra. Juntos repasar¨¢n su vida, sus obsesiones, sus amores, los secretos que se guardaron, sus culpabilidades, los momentos de plenitud, los anhelos que se frustraron, el miedo a la inminente nada. Michael Caine y Harvey Keitel dan vida a la complicidad entre estos dos hombres angustiados. Quiero decir: consiguen hacerlos complejos, magn¨¦ticos y cre¨ªbles. Son dos actores excelsos al servicio de un director que dona sensaciones muy hermosas, imaginativo y profundo, l¨ªrico y amante del esperpento, m¨¢gico sin tener que hacer demasiados esfuerzos.
Mountains may depart, del prestigioso director chino Jia Zhang-Ke, cambia el formato de la pantalla a mitad de la historia. Ignoro el motivo. Es una pel¨ªcula con vocaci¨®n de melodrama. Describe la existencia de varios personajes, a los que de vez en cuando abandona sin dar explicaciones, desde 1999 a 2025. Son dos amigos enamorados de la misma chica. Acabar¨¢n siendo desgraciados tanto los presuntos ganadores como el perdedor. Durante la primera hora me invade el tedio, el tono es plomizo, los actores me parecen malos. Pero en la segunda parte, protagonizada por la relaci¨®n entre un hijo atormentado y err¨¢tico de la antigua pareja y una profesora que le dobla la edad, exiliados ambos en Australia e interpretados por un actor y una actriz poderosos, consigue introducirme en una pel¨ªcula que parec¨ªa destinada al naufragio. Imagino que los sin¨®logos valorar¨¢n m¨¢s que yo el retrato que pretende hacer el director sobre la vertiginosa transformaci¨®n de China en los ¨²ltimos tiempos.
Babelia
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