Salvavidas para tiempos oscuros

La novela negra tiene, como las mareas, su tiempo de flujo y reflujo. No es tanto una moda como un salvavidas ¨¦tico narrativo cuando el mundo se nos hace un poco m¨¢s da?ino. La producci¨®n de ficci¨®n negra, tanto extranjera como la escrita en espa?ol desde enero aqu¨ª, ha sido de considerable calidad. Todav¨ªa me sigue sonando muy bien la novela de Eugenio Fuentes (Tusquets), con ese algo anacr¨®nico detective privado de nombre tan poco negro. Cr¨ªmenes que no olvidar¨¦ (Destino), de Alicia Gim¨¦nez Bartlett, es el recorrido biogr¨¢fico que se merec¨ªa la inspectora Petra Delicado, como apuntaron en su blog Lilian Neuman y Rosa Mora. L¨¦ase tambi¨¦n las tres novelas del escritor argentino Ernesto Mallo, editadas ahora en uno solo volumen en Siruela, El comisario Lescano. Dolores Redondo me sigue gustando. Le¨ª Ofrenda a la tormenta con el temor de que no repitiera la calidad de las dos primeras y me equivoqu¨¦ rotundamente. Y dejo para el final Gran Granada (Anagrama), de Justo Navarro. Una novela negra, en la misma ciudad de Lorca, con un protagonista llamado Federico. Una novela sobre c¨®mo gestionar lo que se sabe sobre algunos asuntos que es mejor no conocer en tiempos adversos.

?Los extranjeros? Sobre la crisis griega, qu¨¦ mejor que un Petros Markaris. No pasen de largo ante Hasta aqu¨ª hemos llegado (Tusquets). Tampoco lo hagan con El gusano de seda (Salamandra), de Robert Galbraith (J. K. Rowling). Y por ¨²ltimo, Perfidia (Literatura Random House), la nueva novela del gran James Ellroy. Como escribi¨® en su blog Juan Carlos Galindo: no hay perd¨®n ni respiro, aunque s¨ª lugar para el amor y la redenci¨®n.