Un complejo itinerario

En suspensi¨®n, en continuidad, la Tect¨®nica de Manuel Vilari?o (A Coru?a, 1952) se comprende en estratos permeables. Visitamos una exposici¨®n que se plantea de forma diferente, con el comisariado de Alberto Ruiz de Samaniego, por la singularidad de algunos de sus ¨²ltimos trabajos ¡ªesculturas de pulcra factura en bronce¡ª y por el esfuerzo en relatar desde otra perspectiva su trayectoria y, sobre todo, la construcci¨®n de su po¨¦tica. El relato expositivo no se compone ¨²nicamente desde lo fotogr¨¢fico, sino desde lo seminal, desde su propia biograf¨ªa, cohabitando con el tiempo, el proceso, la materia.

Las salas reciben sus obras y sus referencias, articuladas como un archivo, traducidas o acompa?adas de poes¨ªa y ciencia, proponiendo al espectador una inmersi¨®n en las conexiones entre obras, objetos, esculturas y textos, y entre las fuentes y revisiones del artista, Emily Dickinson, Olivier Messiaen o Denise R. Tual. El conjunto reunido nos hace pensar en los resultados, en los s¨ªmbolos, alegor¨ªas y espacios en los que Vilari?o trabaja, descubriendo nuevas estrategias narrativas que se trasladan en di¨¢logos entre diferentes dispositivos: vitrinas, v¨ªdeos, fotograf¨ªas de paisajes y aves, sombras o espectros, aparejos y herramientas que demuestran un tiempo manual, un complejo itinerario que va de lo sensible a lo manifiesto, y de relaciones que construyen una atm¨®sfera cotidiana relatando tanto un estado y un momento como una continuidad, una deriva.

Traspasamos, mientras se erosiona la escritura, se desdibuja la silueta, los sucesivos niveles que dan lugar a relatos de ficci¨®n y realidad. Confrontaciones dise?adas desde una teatralidad expositiva directa, sin escenario, en careos abiertos con la naturaleza, entre aves, nidos, sacos de c¨²rcuma y paisajes con proyecciones de poemas, expositores con cr¨¢neos de p¨¢jaros, seda de caballo o utensilios que se complementan, al mismo nivel, con las fotograf¨ªas en territorios de incertidumbre. Su energ¨ªa se hace carne, experiencia, como sucede en una de las obras m¨¢s intensas, el v¨ªdeo?le de feu (2015), el registro del retrato de la experiencia musical, de su propia vida, a trav¨¦s de una mirada familiar, mientras Messiaen y el paisaje recomponen un lugar de poes¨ªa. Una obra que emociona, quiz¨¢s porque cohabita al mismo nivel que la vida.

Manuel Vilari?o. Tect¨®nica. CGAC. Valle Incl¨¢n, 2. Santiago de Compostela. Hasta el 21 de junio de 2015.