Miquel Barcel¨®: ¡°Pintar es, casi siempre, hacer cosas en vano¡±
El artista exhibe sus ¨²ltimos lienzos en Par¨ªs y ha inaugurado una muestra en Suiza con su madre, mientras prepara en su atelier del Marais un cara a cara con Picasso
Para Miquel Barcel¨® (Felanitx, 1957), pintar es igual que hacer submarinismo. Suele hacerlo con sus cuadros dispuestos sobre el suelo, manejando el pincel como si se sumergiera en ellos buceando en apnea. ¡°Entro y salgo de mis cuadros, buscando algo que no siempre encuentro. Igual que en el mar, lo habitual es bajar y no encontrar nada. Pintar es, casi siempre, hacer cosas en vano¡±, sostiene. En el silencio de su taller, Barcel¨® prepara estos d¨ªas las obras que expondr¨¢ en una doble muestra a principios de 2016, que lo llevar¨¢ a ocupar la Biblioteca Nacional de Francia y el Museo Picasso de Par¨ªs, donde establecer¨¢ un di¨¢logo con la obra del pintor malague?o. ¡°A ver qu¨¦ sale¡±, se limita a decir.
Su lugar de trabajo es un inmenso atelier emplazado en dos niveles distintos que comunica con su domicilio, situado en las plantas superiores. Est¨¢ ubicado en una de las arterias comerciales del Marais parisiense, al que lleg¨® hace m¨¢s de dos d¨¦cadas, cuando no estaba ni la mitad de concurrido. Pese a las dimensiones generosas del espacio, Barcel¨® dice que se le ha quedado peque?o y que se plantea trasladarse a otro mayor. Al atravesar el umbral, aparece un impresionante conjunto de obras y objetos, acr¨ªlico y arcilla, vinilos y peri¨®dicos, chisteras y esqueletos de animales. Resulta tan desordenado como extra?amente armonioso. El pintor mallorqu¨ªn se plantea una mudanza que se anuncia dif¨ªcil, tanto por motivos log¨ªsticos como por apego sentimental. ¡°No me costar¨¢ marcharme¡±, desmiente el artista, metido en un mono azul manchado de pintura y yeso. ¡°La verdad es que no soy un nost¨¢lgico. Tengo muchos vicios, pero ese todav¨ªa no¡±.
Poco antes de cruzar la puerta nos hemos adentrado en su nueva exposici¨®n, L¡¯inass¨¨chement, que tiene lugar a pocos metros de su casa, en el espacio de su nuevo galerista en Par¨ªs, el austriaco Thaddaeus Ropac, quien cuenta con Kiefer, Baselitz y Pei-Ming en su cartera. Hasta el 31 de mayo, Barcel¨® expone 17 estampas del fondo marino, repletas de pulpos, sepias y medusas, tal vez algo m¨¢s di¨¢fanas que de costumbre. ¡°En realidad siempre pinto lo mismo, aunque a veces no lo parezca. Supongo que es as¨ª, fatalmente, para cualquier artista¡±, desestima. ¡°Lo que es cierto es que la ligereza siempre es un af¨¢n para m¨ª, en todos los ¨¢mbitos. Si mis cuadros han sido pesados alguna vez, ha sido a mi pesar. Aspiro a tener relaciones menos tensas con el mundo. A olisquear las cosas, en lugar de devorarlas¡±.
Cuesti¨®n de gustos
1. ?En qu¨¦ obra se quedar¨ªa a vivir??En una obra acabada.
2. ?A qu¨¦ artista de todos los tiempos invitar¨ªa a cenar??A Catherine Deneuve. Es una amiga y dice que soy su pintor favorito, lo que es un honor. Una vez me la llev¨¦ a hacer sobrasada a Mallorca.
3. ?Cu¨¢l ha sido su mejor momento profesional??Los frescos murales para la catedral de Palma. Fue muy intenso. Algunos d¨ªas me sent¨ªa casi como Miguel ?ngel.
4. ?Qu¨¦ encargo no aceptar¨ªa jam¨¢s??Casi todos. No acepto pr¨¢cticamente ninguno.
5. ?Qu¨¦ obra no pudo terminar??De las m¨ªas, un cuadro sobre tres ping¨¹inos borrachos caminando bajo la lluvia en Par¨ªs. De los dem¨¢s, la ¨²ltima de Tim Burton, Big Eyes. Me sal¨ª del cine al cuarto de hora.
6. ?Qu¨¦ hizo el ¨²ltimo fin de semana??Inaugurar la muestra de dibujos bordados que expongo con mi madre en Sankt Gallen. Fue bonito verla firmando cat¨¢logos a los 89 a?os.
7. ?Qu¨¦ est¨¢ socialmente sobrevalorado??En Occidente, casi todo. Por ejemplo, la tecnolog¨ªa y las redes sociales.
El artista entiende la vida como una trashumancia. La suya ha transcurrido, hasta la fecha, entre tres puntos geogr¨¢ficos: Mallorca, Mal¨ª y el Marais. ?frica le cambi¨® la vida: ¡°Fue como hacer un reset de todo¡±. Pero hace cuatro a?os que no puede pisar el pa¨ªs africano, donde se compr¨® una casa y congeni¨® con la etnia dog¨®n, fascinado por su religi¨®n animista. ¡°Uno corre el peligro de que lo rapten o lo maten. Pero no me voy a quejar, porque peor lo tienen ellos¡±, responde.
En el cat¨¢logo de la muestra, Enrique Vila-Matas define a su protagonista con los siguientes atributos: ¡°Energ¨ªa asombrosa, apego a las ra¨ªces terrenales, locura feliz¡±. Lo primero, desde luego, salta a la vista. Barcel¨® ha formado parte del comit¨¦ cient¨ªfico que pilot¨® la reproducci¨®n de la cueva Chauvet, reci¨¦n inaugurada en las gargantas de la Ard¨¨che. En su interior se han calcado las 400 pinturas de animales encontradas en estado intacto en la gruta original. Asegura, solo medio en broma, que acept¨® formar parte del comit¨¦ para que le dejaran seguir visitando el lugar. ¡°Descubrir esa cueva fue un shock may¨²sculo. Me hizo entender la historia del arte de un modo distinto. Chauvet forma parte del arte que no somos capaces de entender¡±, afirma. Adem¨¢s, acaba de inaugurar otra muestra en la localidad suiza de Sankt Gallen, donde expone una peculiar colaboraci¨®n art¨ªstica junto a su madre, Francisca Artigues, de 89 a?os. Durante meses, le mand¨® dibujos que ella bord¨® a mano, sobre lino y algod¨®n. ¡°Cuando era peque?o, mi madre pintaba. Dej¨® de hacerlo cuando yo empec¨¦ a hacerlo en serio y nunca consegu¨ª que volviera a hacerlo. Dec¨ªa que con un pintor en la familia era suficiente¡±, recuerda.
En un rinc¨®n del taller se distingue un cuadro de su hija, que est¨¢ terminando Bellas Artes. ¡°Tiene un mundo muy suyo y siempre ha pintado. A m¨ª me horrorizaba que lo hiciera, pero no supe c¨®mo disuadirla. Lo intent¨¦ regal¨¢ndole c¨¢maras de fotos, pero no hubo manera¡±, confiesa. ¡°Esta es una vida jodida y uno no quiere que sus hijos sufran, sino que sean felices. Y lo normal cuando uno pinta es pasar muchas horas infelices¡±.
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